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Acepta seis años de prisión por intentar matar a cuchilladas a su camarero en pleno centro de Zaragoza

El dueño del pub Göia, que atacó al joven en plena calle tras el cierre del local, pacta la pena tras reconocer los hechos.

Mientras la Policía Nacional reducía al agresor, agentes de la Local atendían en el suelo a la víctima
Mientras la Policía Nacional reducía al agresor, agentes de la Local atendían en el suelo a la víctima
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Seis años y medio de prisión y el abono de una indemnización de 20.000 euros. Esa es la pena que aceptó este martes el dueño del pub Göia de Zaragoza, Ian R. B., tras reconocer que intentó acabar a cuchilladas y en plena calle con la vida de uno de sus camareros. La Fiscalía solicitaba inicialmente siete años y la acusación particular, diez, pero, al admitir el procesado los delitos, ambos rebajaron sus peticiones.

Los hechos que sentaron este martes en el banquillo de la Audiencia Provincial al hostelero se produjeron sobre las diez de la mañana del 19 de mayo de 2019 en la céntrica calle de José María Lacarra. El bar había estado abierto toda la noche y ya de madrugada, cuando se marchó la clientela, Ian R. B. y la víctima, Alejandro A., se quedaron dentro tomando copas, fumando porros y esnifando alguna rayas de cocaína.

La representante del Ministerio Público acusaba al dueño del establecimiento de un delito de tentativa de homicidio, pero entendía que cuando persiguió a su joven empleado con un cuchillo en cada mano estaba influenciado «parcialmente» por el consumo de cocaína.

Por motivos que nunca han quedado claros, de forma repentina, el acusado cogió las armas blancas y se dirigió hacia Alejandro A. con la "clara intención" de acabar con su vida. El camarero, de 28 años, intentó huir y salir del bar a toda costa, pero antes de alcanzar la salida y tras haber esquivado una primera acometida, recibió una cuchillada en un hombro.

Una vez en la calle, trató de escapar, pero Ian R. B. lo persiguió hasta que le dio alcance y lo tiró al suelo. El empleado quedó tendido bocabajo y en esa postura recibió las primeras cuchilladas. En un momento dado, logró darse la vuelta para tratar de defenderse y el agresor le asestó varias más, dos a la altura del estómago y otras en la cara.

Dada la hora y lo céntrico de la calle, la agresión fue presenciada por numerosas personas, varias de las cuales la grabaron con sus móviles desde los balcones, pero otras que pasaban en ese momento por el lugar tuvieron la valentía de intervenir para ayudar a Alejandro A. y tratar de quitarle de encima a Ian R. B., que empleó tal fuerza para atacarle que llegó a doblar el filo de un cuchillo.

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