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El Ayuntamiento de Zaragoza reparará el mural eliminado de la plaza de San Miguel
La pintura, que representaba la Puerta del Duque de la Victoria, fue retirada a lo largo de la semana pasada por los daños que habían provocado en él las grietas de la fachada.
El mural de la Puerta del Duque de la Victoria, pintado hace más de tres décadas en un edificio de la plaza de San Miguel de Zaragoza, fue retirado a lo largo de la semana pasada debido a las grietas que sufrían sus paredes exteriores. El asunto causó un cierto revuelo en las redes sociales, donde muchos usuarios se preguntaban qué había pasado con la pintura y qué iba a hacer el consistorio al respecto.
El misterio fue resuelto poco después por el concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento, Víctor Serrano, que confirmó vía Twitter que el mural será recuperado con cargo al presupuesto municipal. Al parecer, según Serrano, el edificio sufrió “un problema de asentamiento, manifestado a través de diferentes grietas en sus fachadas exteriores” que terminaron por dañar este mural realizado en el año 1988.
El Consistorio, a través del Servicio de Inspección Urbanística del Área de Urbanismo, ordenó que se llevara a cabo su reparación. “Conociendo el daño que había sufrido el mural, se ha hecho valer en favor del Ayuntamiento un derecho de servidumbre sobre la ‘medianera”, explicó el concejal.
Por último, y para recuperar el mural dañado, el Gobierno municipal ha confirmado que se ha formalizado un contrato con la empresa que está llevando a cabo las obras de renovación. Será a cargo del presupuesto municipal y en colaboración con el taller del pintor oscense Pepe Cerdá una vez que finalicen las obras, si bien no han trascendido más detalles sobre la intervención.
El mural de la Puerta del Duque de la Victoria ocupa una superficie de 20x15 metros y está situado en la parte trasera del número 4 de la calle de Reconquista. Se trata de una obra del arquitecto técnico José Lanao, que contó con la colaboración del rehabilitador Federico Urzaiz y el pintor Alfonso Forcellino.
Conmemora así el arco que se construyó con motivo de la visita a Zaragoza del general Espartero para inaugurar la línea de ferrocarril que uniría a la capital aragonesa con Madrid. Esta puerta de entrada a la ciudad fue derruida en 1919, pero los vecinos de la zona se resisten a olvidarla y le guardan especial cariño.
De hecho, el año pasado, la Asociación de Vecinos 1808 del barrio de San Miguel barajó diversas posibilidades para conmemorar el centenario de su desaparición. “Propusimos hacer varias cosas, como una reproducción a pequeña escala de la puerta”, comenta Daniel Portero, su presidente. Finalmente, no se llevó adelante ningún tipo de celebración.
Sobre la actuación en el inmueble, Portero considera que se tendría que haber tenido más en cuenta la voz de los vecinos: “No entendemos por qué se ha picado toda la fachada, aunque a lo mejor no quedaba otro remedio”, comenta.
En este sentido, desde el consistorio aseguran que las grietas afectaban a la práctica totalidad del mural y que la obra se está ejecutando siguiendo los criterios de los técnicos municipales.
Otros colectivos como la Asociación Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) critican la falta de información al respecto y piden al Consistorio más transparencia. “La gestión no tiene que ser así. Todos estos murales que hay en la ciudad son suficientemente significativos como para contar con los ciudadanos: hay que comunicar que hay un problema y demostrarlo”, consideran.
“El resultado puede ser bueno o no. El problema es el proceso. No se puede sorprender a la ciudad así”, añaden. Y es que, la noticia de la destrucción del mural generó “una cierta alarma social” entre su comunidad en redes sociales. “No basta con decir que se recuperará. Hace falta más transparencia y contrastar soluciones”, concluyen.
