Zaragoza

Azcón impulsará una nueva ordenanza para prohibir el botellón en toda la ciudad

La norma endurecerá las sanciones por conductas incívicas e impedirá la venta ambulante de alcohol.

El último fin de semana el Ayuntamiento reforzó las medidas de control del botellón.
Oliver Duch

En plena pandemia de la covid-19 y con los botellones como uno de los focos de contagio, el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, quiere poner coto este fenómeno y tiene previsto impulsar una nueva ordenanza que lo prohíba en toda la ciudad. La futura normativa, que irá acompañada de sanciones más duras de las que se aplican en la actualidad a las conductas incívicas, se empezará a debatir hoy en el seno del Gobierno municipal e iniciará la tramitación administrativa a la vuelta de las vacaciones.

En la actualidad, el botellón no está prohibido en Zaragoza. Solo está proscrito en el caso de que «se impida o dificulte la circulación rodada o el tránsito peatonal» por la vía pública, se moleste a los vecinos o se generen residuos que ensucien la calle. La infracción a lo dispuesto en este apartado de la ordenanza de limpieza pública se califica como leve y se sanciona con multas de entre 50 y 250 euros.

Ambigüedad jurídica

El gobierno PP-Cs quiere endurecer estas sanciones, pero fuentes municipales no pudieron concretar de momento en qué medida subirían las cuantías. Explicaron que la iniciativa trata de «acabar con la ambigüedad jurídica» que existe en la actualidad con el botellón. A partir de la aprobación de la norma, el hecho en sí de beber alcohol en la calle en grupo estaría perseguido.

El gobierno municipal extenderá la prohibición a cualquier concentración con ingesta de bebidas alcohólicas en plazas, parques, riberas y calles, se produzcan o no molestias o suciedad. La medida se plasmará en una ordenanza sencilla, que completará la normativa municipal, autonómica y estatal ya existente, y que entre otras medidas quiere paliar el problema del consumo de alcohol, especialmente entre jóvenes.

La normativa llega en plena fase de rebrotes de la covid-19 y justo en un momento en que la Policía Local impide las concentraciones de grupos de jóvenes para ingerir alcohol con el objetivo de evitar la extensión de la pandemia, al igual que ocurre en otros municipios. Solo en Zaragoza, las asociaciones vecinales denuncian hasta 30 puntos en los que son habituales los botellones.

La ordenanza irá acompañada de la necesidad de reforzar las alternativas de ocio juvenil y trabajar en materia de concienciación. También pretende regular la venta ambulante de alcohol, un fenómeno que no está muy extendido en Zaragoza pero que se quiere cortar de raíz. Solo se podrá vender alcohol en la vía pública en momentos festivos y siempre con la autorización del Ayuntamiento. Además de las sanciones, otra cuestión que se deberá resolver es cómo se aplicará y si se establecerán excepciones. La más importante es durante las fiestas del Pilar, donde el botellón está muy extendido en algunos espacios.

La medida reabre un debate que estuvo muy presente en la vida municipal en 2008 y 2009, cuando el entonces gobierno socialista impulsó la ordenanza cívica. Fue en ese momento cuando se introdujo, con el acuerdo del PP, la primera mención al botellón como fenómeno a perseguir, aunque siempre y cuando se generasen problemas a los vecinos o suciedad en el entorno. Numerosos colectivos protestaron por las elevadas cuantías que incluía la normativa, que llegaban hasta los 1.500 euros.

Aquella ordenanza fue derogada en 2014, tras un pacto presupuestario entre el PSOE, que gobernaba en aquella época, e IU. El articulado se repartió entre otras ordenanzas (limpieza, zonas verdes y actividades publicitarias) y se redujeron las sanciones, que se quedaron en un máximo de 750 euros para los casos mas graves de vandalismo.

Con la medida, Zaragoza quiere sumarse a municipios como Toledo, que tiene prohibido el botellón en el Casco Histórico y que hace unos días extendió la medida a toda la ciudad para evitar la extensión de la pandemia de la covid-19.