'Abrazos seguros', el invento casero que hace posible rodear a la persona querida sin contacto físico
La residencia de mayores Delicias de Zaragoza, gestionada por la Fundación Rey Ardid, ha ideado un ingenioso artilugio para estrechar a sus usuarios cumpliento las medidas de seguridad.
Evitar el abrazo en el reencuentro con familiares y amigos o con esas personas a las que se cuidan y necesitan cariño es una de las peculiaridades colaterales de la pandemia a la que toca acostumbrarse. Pero somos una especie social y precisamos el afecto y ese contacto físico que a veces se convierte en la mejor medicina, aunque el saludo con el codo siga ganando adeptos en la vida social. ¿Y si existiera alguna forma segura en estos tiempos de coronavirus de sentir el calor de un abrazo pero sin contacto directo?
'Abrazos seguros' es el invento casero que han diseñado y acaban de estrenar en la residencia de mayores Delicias de Zaragoza, gestionada por la Fundación Rey Ardid. Un burro para colgar la ropa, un hule transparente y los brazos de dos equipos de protección individual (EPIs) cosidos con mucha maña a ambos lados a orificios situados a diferentes alturas (una superior a la otra) hacen posible el milagro con algo de coordinación entre quienes lo usan.
"No te tocas pero sientes verdaderamente el abrazo. Ahora mismo lo estamos utilizando los trabajadores entre nosotros y con los residentes. Está teniendo muy buena acogida", explica Minerva Morago, la directora de este centro de ancianos zaragozano. En un futuro lo podrán también a disposición de los familiares como una medida de protección a la hora de abrazar a los suyos.
De momento las visitas a los usuarios que se permiten en esta segunda fase de la desescalada se llevan a cabo en la terraza al aire libre, conectada a la calle, con que cuentan las instalaciones y con una valla de por medio. El ingenioso artilugio es "un poco obra de todos", pero la titularidad de la patente corresponde en buena parte a una de las trabajadoras sociales y al personal de mantenimiento.
