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El Pilar reabre sus puertas tras 57 días de cierre obligado por el coronavirus

Más de 60 personas hacían fila esta mañana a las puertas de la santa capilla para ser los primeros en entrar.

El Pilar ha reabierto este lunes sus puertas tras 57 días de cierre obligado por el coronavirus. Más de 60 personas hacían fila a las puertas de la santa capilla para ser los primeros en entrar. 

La verja, adornada con ramos de flores depositados por los fieles, ha reabierto puntual a las 8.31 y en apenas tres minutos, el Pilar, ahora dividido en dos zonas independientes, ha completado su nuevo aforo para esta parte: 64 personas. 

Decenas de zaragozanos han guardado fila a las puertas del Pilar este lunes para poder entrar a ver a la Virgen el primer día que la basílica abre sus puertas tras 57 días de cierre obligado por el coronavirus.

María Teresa ha sido la primera. "He venido a las 7.40. Para mi, el Pilar forma parte de mi vida", ha dicho. 

Para José María Bordetas, capellán de la Virgen, también ha sido ilusionante. "Las circunstancias han obligado al cierre y no había más remedio que acatar. Todo esto ha llevado una serie de redistribuciones de servicios y espacios. Ha sido toda una experiencia. Quizá la división de espacios se pueda mantener a posteriori", ha afirmado.

La primera misa, a la que han asistido 115 personas, ha durado prácticamente media hora de reloj. Ha sido oficiada por el deán del Cabildo, Joaquín Aguilar, uno de los encargados de reabrir la basílica. Para él ha sido un momento "emocionante". Él ha sido, precisamente, el encargado de trasladar las novedades a los fieles. "Tras 57 días, podemos encontrarnos otra vez. Bienvenidos a esta celebración de la eucaristía con presencia física", ha dicho antes de anunciar que no habría cantos y que no saldría nadie a leer. "Tampoco podremos darnos la mano al dar la paz, bastará con una inclinación"; ha añadido.

El deán ha pedido "por los enfermos de la pandemia" y por quienes han perdido la vida en las últimas semanas. También ha recordado los nuevos horarios y que, mientras dure la desescalada, no se pasará el cestillo de la colecta, sino que se habilitará a la salida "para no romper la distancia social". A la hora de dar la comunión, los feligreses han ocupado los carriles habilitados, delimitados por los grandes bancos de la basílica, con un metro de distancia entre ellos. "Yo no diré 'el cuerpo de Cristo' a cada uno. Lo digo ahora y bastará con responder amén", avisaba Aguilar, al tiempo que indicaba que la forma consagrada se daría "en mano". 

A las 9.30, cuando solo había pasado una hora desde la apertura de puertas, los dos accesos del Pilar sumaban ya 501 visitantes: 115 al altar mayor y 386 a la santa capilla. Tanto es así que esta última zona acumulaba ya una espera de más de 15 personas, con filas hasta el acceso desde la plaza del Pilar al pasaje del Ciclón.

Rosa Bruna tenía ya ganas de que el Pilar reabriera para acercarse a rezar. "Las medidas de seguridad son totalmente necesarias. Nos tendremos que acostumbrar", decía tras asistir a su primera misa con mascarilla. A Ángel Gimeno, otro de los asistentes a la eucaristía, la homilía le pareció "muy rápida y concreta". "Vengo con mucha frecuencia. Rezo el rosario todos los días a las 7.30", admitía. Otros, como Carmen Palacián y su hijo David Saz acudían simplemente "para dar las gracias". "Impresiona ir a misa así, pero me temo que hasta que no haya una vacuna, esto estará así de perpetuo", comentaba.

La basílica ha reabierto con unos estrictos protocolos de seguridad y limpieza. Ayer, por ejemplo, se hizo una batida "a fondo" de desinfección. Las capillas laterales permanecerán cerradas por el momento. También seguirá clausurada la zona de la parroquia, utilizada para bautizos y comuniones. Como novedad, se ha instalado un reclinatorio frente al pilar de la Virgen para facilitar la oración y evitar el contacto físico. Y hasta nueva orden, la Virgen permanecerá sin manto.

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