sucesos
Piden cárcel y 8.133€ por un brutal codazo en una pachanga de fútbol en Zaragoza
La agresión, que costó una fractura facial y la pérdida de dos dientes a la víctima, se produjo en un partido entre amigos en el pabellón municipal de La Granja.
Las denuncias por agresiones que se producen en las canchas de fútbol de ligas para aficionados o en meras pachangas entre amigos empiezan a convertirse en algo demasiado habitual. A lo largo de los últimos meses, han sido varias las causas por hechos de esta naturaleza que se han instruido en los juzgados de Zaragoza. En algunos casos, por lesiones bastante graves y con secuelas que resulta imposible justificar dentro de lo que algunos llaman lances del juego.
El Juzgado de Instrucción número 8 acaba de dictar auto de apertura oral contra Jonathan R.Z., un joven de 21 años para el que la Fiscalía y la acusación particular piden un año de prisión y una indemnización que oscilaría entre 4.933 y 8.133 euros por el brutal codazo que supuestamente asestó a D. T. O., de 27 años, durante un entrenamiento en el pabellón municipal de La Granja. Como suele ocurrir en estos casos, cuando declaró ante el juez instructor, el acusado negó haber golpeado intencionadamente al denunciante y aseguró que fue «un golpe normal del juego». Sin embargo, acabará sentado en el banquillo por un delito de lesiones.
Los hechos se produjeron sobre las nueve de la noche del pasado 30 de octubre durante el partido de entrenamiento que habían montado un grupo de amigos con jugadores de otro equipo. Según la denuncia que se interpuso en la comisaría de San José, en un momento del encuentro, Jonathan R.Z. fue a pegar una patada al balón y se golpeó con la rodilla de D. T. O. El primero sufrió un intenso dolor, por lo que comenzó a proferir gritos e insultos contra el futbolista con el que había chocado y que acabaría sufriendo después la violenta agresión.
Solo un minuto después
Porque, apenas un minuto después, los dos jugadores volvieron a coincidir. Según la Fiscalía y la acusación particular, a cargo de la letrada Carmen Sánchez, molesto por lo sucedido, el ahora acusado dio un salto y, haciendo un movimiento brusco, golpeó con su codo izquierdo contra la boca del rival.
El impacto fue tan fuerte que el agredido cayó de forma súbita al suelo y empezó a sangrar por la boca. Como pudo, el joven busco una fuente para lavarse, pero al ver que se le movían los dientes fue realmente consciente de la gravedad de la lesión.De hecho, acto seguido se desplazó a urgencias del Hospital Miguel Servet para que le atendieran.
Según el informe forense, D. T. O. sufrió un traumatismo facial que le provocó una herida en el labio superior y le desplazó los dos incisivos centrales superiores, con fracturas coronales. El fuerte codazo le provocó también una luxación sin desplazamiento de los incisivos laterales superiores. Las lesiones tardaron 20 días en estabilizarse y obligaron a extraer al paciente dos piezas dentales. Además, este ha sufrido un perjuicio estético valorado en dos puntos, ya que precisa un arco de acero para ferulizar los dientes superiores.
Como observación, la forense precisa que, «la pérdida dental, si bien no ha sido provocado por el traumatismo, sí es derivada del mismo por las graves lesiones que hicieron necesaria su extracción».
Un cabezazo contra el pecho
En su descargo, cuando declaró el pasado febrero en sede judicial, el encausado negó que impactara en la rodilla del denunciante o que profiriera contra él gritos o insultos poco antes de la supuesta agresión. Respecto al codazo en el rostro del perjudicado, también lo niega. Según Jonathan R.Z., conducía el balón y, cuando se disponía a disparar a portería, otro jugador se chocó contra él, en referencia a la víctima. «No hubo ningún codazo ni nada por el estilo», insistió. Según este, «en el lance del juego, otra persona –D. T. O.– cayó y tuvo lesiones en la boca. Pero no por el codazo, dice, sino porque este otro jugador habría chocado con la cabeza contra su pecho.
