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El vecino de Illueca acusado de tirotear a dos jóvenes ofrece 3.000€ para salir de prisión 

El encausado lleva dos años en prisión provisional a la espera de juicio por una doble tentativa de asesinato en Épila, pero la Fiscalía se opone a que salga de Zuera.

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La Guardia Civil reconstruyó el crimen en 3d
Guardia Civil

Francisco J. E., presunto autor de un doble intento de asesinato cometido en Épila en marzo 2018, compareció este miércoles ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Zaragoza que deberá decidir si prorroga su situación de prisión provisional al cumplirse dos años de su detención sin que se haya celebrado aún el juicio.

La representante de la Fiscalía solicitó a los magistrados que prolonguen durante un año más su estancia en la cárcel mientras termina de instruirse  el caso y se fija la fecha de la vista oral. Por su parte, Javier Elía, abogado defensor de Francisco J. E., de 46 años, planteó su puesta en libertad bajo una fianza de 3.000 euros.

Los hechos por los que el investigado fue detenido ocurrieron en el mediodía del 18 de marzo de hace dos años en el Cabezo Ballesteros de Épila, donde se supone que intentó matar a los ocupantes de un turismo disparando varias veces contra el parabrisas. El conductor reaccionó pisando el acelerador y atropellando a Francisco J. E., que resultó herido de gravedad en ambas piernas. El conductor del Ford Mondeo, J. C. H., de 27 años, y su acompañante, un menor de edad, huyeron ilesos.

Ese día, cuando la Guardia Civil llegó al lugar encontró a Francisco J. E. con múltiples fracturas en las piernas y empezó a investigar el caso como si de un atropello con fuga se tratase. El dispositivo puesto en marcha para localizar al conductor huido dio fruto al día siguiente, cuando los agentes encontraron el vehículo en Alagón cubierto con una manta.

Al inspeccionarlo, observaron que el turismo presentaba dos impactos en el parabrisas, justo enfrente del asiento del conductor, lo que dio un giro a la investigación. El coche, un Ford Mondeo, fue inspeccionado por técnicos de la Guardia Civil y constataron que la luna delantera había recibido dos disparos, uno de ellos la había atravesado y la bala se había quedado incrustada en el volante.

Cuando los investigadores consiguieron localizar al conductor del coche y al menor que lo acompañaba, ambos ofrecieron una versión muy distinta a la del atropellado. El adulto, J. C. H., declaró que estaba mostrando el coche al joven y que, sorpresivamente, se presentó Francisco J. E., se situó frente al asiento del conductor, sacó una pistola y comenzó a disparar.

Según el conductor, su reacción fue agacharse para esquivar las balas y pisar el acelerador para salir de allí y ponerse fuera del alcance del pistolero. En su huida, añadió, atropelló de forma «accidental» al agresor.

Cuando este último volvió a ser interrogado, no solo negó rotundamente que hubiera disparado contra ellos, sino que acusó al conductor del Ford Mondeo de simular los impactos de bala en su coche como una estrategia defensiva para justificar el atropello, que calificó de intencionado. Incluso dijo que le había pasado dos veces el coche por encima y le había causado fracturas en ambas piernas, cadera y pelvis.

Sin embargo, la juez no creyó su versión y lo envió a la cárcel de manera preventiva. Posteriormente, la Guardia Civil hizo una reconstrucción tridimensional mediante láser del escenario del crimen. Los resultados de la novedosa técnica fueron que, presuntamente, Francisco J. C. había intentado acabar con la vida de los ocupantes del turismo.

Su abogado pidió su libertad argumentando que existen muchas contradicciones sobre el caso (como que ocultaran el vehículo) y que no hay riesgo de fuga de su cliente puesto tiene arraigo familiar y está todavía en tratamiento médico.

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