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Los detallistas vuelven a casa: empieza la mudanza al Mercado Central

La instalación provisional echó ayer el cierre tras casi dos años de funcionamiento y la centenaria lonja abrirá el jueves de nuevo sus puertas tras su renovación integral

La instalación provisional que se levantó junto a las Murallas Romanas para dar cobijo a los detallistas durante la reforma del Mercado Central ya ha echado el cierre. Buena señal, pues quiere decir que el estreno de la histórica lonja es casi inminente. La de este sábado fue la última mañana de compras y a mediodía los comerciantes empezaron a recoger sus puestos para, poco a poco, desplegarlos en el emblemático edificio, ya del todo reformado. Durante los siguientes cuatro días (hasta el jueves) permanecerán cerrados los dos mercados.

El ir y venir de ajetreados trabajadores, que se afanaban en limpiar los que durante casi dos años han sido sus puestos y en arrastrar carretillas hasta arriba de cajas por los escasos 28 metros que separan los dos inmuebles, daba buena cuenta de lo que está a punto de suceder.

Entre los detallistas era evidente el nerviosismo y la ilusión por regresar a la centenaria lonja, obra del arquitecto turiasonense Félix Navarro. El próximo jueves, 6 de febrero, el Mercado Central volverá a abrir sus puertas al público, en una jornada que se espera de gran afluencia por el interés que la reforma ha generado entre los ciudadanos, que están a punto de reencontrarse con su lonja más emblemática. Antes, el miércoles, el Ayuntamiento de Zaragoza hará la presentación oficial ante los medios de comunicación.

Atareado en transportar la maquinaria al nuevo emplazamiento, Ángel Puig, dueño de la carnicería que lleva su nombre y que ocupará el puesto 40 en el mercado, explicó este sábado que está viviendo la mudanza con "mucho estrés" y "nervios". "Faltan los últimos detalles, pero creo que llegaremos bien al jueves", indicó. No obstante, se mostró satisfecho con el resultado de la reforma: "Ha quedado muy bonito, ha merecido la pena la espera", comentó, ilusionado por que la renovación tenga también un reflejo en el negocio.

Los detallistas empezaron el traslado a sus nuevos puestos, que dejarán a punto durante esta semana. No hay un protocolo para la mudanza, sino que cada comerciante decide cómo organizarse. Quienes trabajan con producto no perecedero pueden adelantarse y dejar antes alimentos o bebidas. De hecho, los almacenes de la planta baja desprendían el sábado olor a cerveza, señal de que alguno de los cuatro negocios de hostelería con los que contará el mercado había optado por adelantarse y llevar ya los primeros barriles.

Este sábado cerraba el Mercado Provisional y los detallistas comenzaban el traslado a un totalmente renovado Mercado Central, que abrirá sus puertas el jueves.

La inquietud que aseguraba tener Puig también estaba latente en el resto de los detallistas. Así lo aseguró, al menos, Juanjo Gracia, mientras estaba ocupado en sacar brillo a su puesto de la instalación provisional, donde pocas horas antes vendía las últimas piezas de pescado. Según dijo, las obras han conseguido que la arquitectura del edificio, que data de 1895, "se luzca mucho más". Además, como punto a favor destacó la "amplitud" y la "modernización": "Ahora sí es un mercado de 2020", aseguró contento.

"Con la reforma esperamos atraer a un público joven que es lo que le falta a los mercados", apuntó Gracia. "Todo lo nuevo gusta", añadió poco después en este sentido Marifé Castiñeira, también inmersa en el trajín de dejar vacío el puesto que desde abril de 2018 ha ocupado su frutería. Los comerciantes esperan, pues, que hasta el Mercado Central no acudan solo sus compradores habituales, sino que la expectación que su completa reforma ha levantado contribuya a atraer a un mayor número de clientela y que la lonja acabe por convertirse en un punto de encuentro de zaragozanos y turistas.

Un cierre temporal

Los detallistas se despidieron de la infraestructura que les ha proporcionado cobijo mientras se llevaban a cabo las obras del Mercado Central y durante el tiempo que se ha dilatado una apertura que parecía que nunca llegaba, ya que tuvo que retrasarse en varias ocasiones. No obstante, lo más probable es que se desplieguen nuevos comercios y los clientes vuelvan a pasearse por su interior, aunque, eso sí, en una nueva ubicación.

La concejal de Economía en el Ayuntamiento de Zaragoza, Carmen Herrarte, ya ha anunciado en varias ocasiones que su intención es dar un nuevo uso a la instalación, que en su día supuso un desembolso de 1,4 millones de euros. El gobierno PP-Cs está estudiando trasladarla al barrio de Parque Venecia. Concretamente, se situaría en la plaza de Marco Polo, en la esquina de las calles de Tintoretto y El Campanille.

Según dijo Herrarte, los vecinos han manifestado que tienen una "necesidad real" de contar con un equipamiento comercial. Se trata, explicó, de una zona emergente, con una alto porcentaje de población joven, pero que es un auténtico "desierto comercial". La lonja provisional serviría pues para cubrir esta demanda del distrito mientras se construye el nuevo mercado frente al cuartel de la Policía Local.

Aunque no adelantó fechas, la responsable del área sí que contó que el traslado supondría una inversión de alrededor de 1,2 millones de euros. No obstante, solo retirarlo ya costaría casi la mitad. Pese a que por ahora se está elaborando un informe técnico con el objetivo de conocer la viabilidad del proyecto, la idea que baraja el gobierno es que no se instale la totalidad de la infraestructura en Parque Venecia, sino únicamente 1.000 de los 1.700 metros cuadrados disponibles, para habilitar una docena de puestos de venta según los intereses de los propios vecinos.

También, aseguró Herrarte, se prevé crear desde el primer momento un canal digital acorde con el ritmo de vida de la población, para que el consumidor pueda adquirir los productos a cualquier hora del día pese a la cada vez más abundante falta de tiempo.

Las novedades de la lonja

Las obras de reforma del histórico Mercado Central se han topado con varios escollos que fueron retrasando su fecha de apertura. Ahora, los zaragozanos están a punto de poder volver a comprar en una lonja que es todo un símbolo de la ciudad, y cuya renovación ha traído consigo multitud de novedades destinadas a mejorar el día a día de las actividades comerciales.

Quien decida acercarse a pasear por su interior el próximo jueves encontrará que la zona destinada al tránsito es mucho más amplia. También los puestos de los detallistas han ganado un espacio considerable, ya que de los 160 que había anteriormente se pasa ahora a 74 (nueve están pendientes todavía por salir a licitación) que ocuparán entre 18 y 20 metros cuadrados. De estos, cuatro estarán destinados a hostelería y, según apuntan desde el Ayuntamiento, se podrán consumir productos recién adquiridos en el resto de los comercios.

La reforma, que ha supuesto una inversión de 8,8 millones de euros de las arcas municipales, también ha servido para instalar una conexión directa mediante un ascensor con el parquin subterráneo de César Augusto. Además, con los nuevos cerramientos se ha conseguido que el mercado gane en iluminación y que la particular arquitectura del edificio sea más reconocible.

Aunque en general los detallistas se mostraron ilusionados por regresar a su histórica casa, lo cierto es que a algunos, según contó Ángel Puig, todavía les costaba asimilar que ya no volverán a trabajar en el mercado provisional: "Tenemos muchas ganas, pero a la vez aún no nos hemos hecho a la idea".

De momento, todavía quedan unos días de relativa calma para digerir el gran cambio. Aun así, la inauguración del Mercado Central es ya una realidad.

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