sucesos en Zaragoza

Atribuyen al pirómano de Casetas la quema de nueve contenedores, dos viviendas y dos vehículos

El juez lo envió a prisión por delitos de daños, incendio y resistencia a la autoridad, ya que agredió a dos guardias civiles.

La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación
La Guardia Civil detuvo al pirómano de Casetas
Efe

El vecino de Casetas detenido como presunto autor de numerosos incendios intencionados que habían causado preocupación entre el vecindario se encuentra en la cárcel de Zuera desde la noche del jueves. El magistrado de guardia decretó su prisión provisional por su supuesta implicación en delitos de incendio y daños. A estos se añade otro de atentado a la autoridad ya que, como informó la Comandancia de Zaragoza, el hombre opuso resistencia cuando fue trasladado a las dependencias oficiales y causó lesiones a dos agentes.

La Guardia Civil llevaba tiempo buscando a la persona que desde febrero y hasta el 28 agosto había prendido fuego de manera intencionada a dos viviendas, nueve contenedores, dos vehículos, un solar de 60 metros cuadrados y unos 1.000 metros cuadrados de maleza y vegetación, todos ellos cometidos en el casco urbano.

La investigación abierta por el equipo de Policía Judicial de Casetas permitió obtener indicios que apuntaban a que las quemas habían sido cometidas por la misma persona. Finalmente y como este jueves adelantó HERALDO, los agentes lograron identificar a un hombre de 37 años, vecino del barrio, como sospechoso de los actos incendiarios. Al ser registrado, la Guardia Civil encontró en su poder cinco mecheros, uno de ellos oculto en su ropa interior. Esta persona, cuya identidad no fue facilitada, tiene antecedentes policiales.

Según estas fuentes, el arrestado, tras provocar, presuntamente los incendios, permanecía en las proximidades observando las labores de extinción como un vecino más. Este comportamiento es habitual en los pirómanos quienes, además, suelen vivir muy cerca del lugar donde causan los daños y se camuflan entre los afectados simulando ser uno de ellos.

Así ocurría, por ejemplo, con el pirómano del Arrabal,Héctor S. S., un vecino del barrio de 35 años al que la Policía atribuyó la quema de 40 contenedores, una veintena de vehículos y daños causados en varias fachadas de edificios próximas a los depósitos de reciclaje. Los incendios eran provocados de manera periódica en la calle donde vivía y en las más cercanas, todas alrededor de la plaza de San Gregorio.

Después de una larga y complicada investigación, pues es muy difícil sorprender a los pirómanos en plena faena, los agentes dieron con él. Descubrieron que, como vecino de una de las calles castigadas por los fuegos, él mismo había avisado dos veces a la Policía. Incluso se quemó en una mano cuando ayudó a sofocar uno y su coche también resultó dañado.

A pesar de que la Policía estaba convencida de que había sido el autor de todos ellos, al final la Fiscalía solo encontró pruebas para atribuirle dos y, además, en grado de tentativa, puesto que en una ocasión lo vio un vecino e impidió que prendiera el contenedor y en la segunda lo pilló la Policía y, lógicamente, evitó también el incendio. El acusado reconoció dos delitos y fue condenado a dos años de prisión.

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