inseguridad en el entorno de pignatelli

"Vivid cómo queráis, pero respetad a quienes también vivimos aquí"

Pese a las amenazas, los vecinos de la calle Pignatelli y su entorno tratan de hacer ver a los jóvenes ‘okupas’ que hay unas normas que respetar para convivir.

Uno de los jóvenes okupas conversa en el balcón con un vecino, en un patio de luces que se ha convertido en un insalubre vertedero.
Uno de los jóvenes okupas conversa en el balcón con un vecino, en un patio de luces que se ha convertido en un insalubre vertedero.
José Miguel Marco

Resulta difícil hablar y mucho más llegar a entenderse con chavales que apenas han rebasado la mayoría de edad y contemplan cualquier norma como un límite. La falta de referentes, el consumo de drogas y el flirteo con la delincuencia los hacen todavía más inaccesibles y peligrosos. Y eso es algo que saben muy bien, porque lo sufren a diario, aquellos a los que les han tocado por vecinos los nuevos ‘okupas’ del entorno de la calle Pignatelli. Les insultan, les amenazan y les hacen la vida imposible. Pese a ello, sigue habiendo personas dispuestas a hacer ver a estos jóvenes que se puede convivir.

"Mira, yo soy voluntario de Cruz Roja y estoy acostumbrado a tratar con chavales con problemas como tú. A mí me da pena cómo vivís, pero no seré yo quién os diga qué debéis hacer con vuestras vidas. Vivid como queráis, pero respetad a quienes también vivimos aquí". Quien pone voz a estas palabras es Andrés Sánchez. La persona a la que se dirige, uno de los jóvenes que se refugian en el número 26 de la calle de Agustina de Aragón. Ambos conversaban a mediodía de ayer desde los balcones del pequeño patio de luces situado en la trasera de los edificios, apenas 20 metros cuadrados que los ‘okupas’ han convertido en un insalubre vertedero.

"Se pasan el día esnifando pegamento o colocados con cualquier droga. Es muy difícil hacerles entrar en razón. Pero la gente que padecemos sus broncas y los vemos salir a la calle con machetes no podemos aguantar más", comenta este vecino, también miembro activo del colectivo Calles dignas.

Andrés asegura no tener miedo, pero personas que llevan "toda la vida" en el barrio se sienten ahora "más amenazadas que nunca". "No hablamos de que te miren mal. Se encaran contigo y te amenazan. Y si tienes que pasar por aquí todas las noches cuando vuelves del trabajo, obviamente te entra miedo", explica una vecina que prefiere no hacer público su nombre.

"No hablamos de que te miren mal. Se encaran contigo y te amenazan"

Durante los últimos meses, en este céntrico pero abandonado rincón del Casco Viejo de Zaragoza, los vecinos han visto machetes y escuchado disparos de madrugada. Han presenciado cómo quemaban sillones debajo del balcón de una vivienda poniendo en peligro a toda una familia para "marcar el territorio". Y ahora temen que esta espiral de violencia vaya a más. "Aquí hay gente de muchas nacionalidades y de muchos colores. Mal que bien, se ha podido vivir.Pero cada vez resulta más difícil. La Policía viene poco, sobre todo la Local.Pero los políticos aún lo hacen menos", concluye uno de los ‘supervivientes’ de Pignatelli.

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