inseguridad en el entorno de pignatelli

"Como policías, si no han delinquido, solo podemos identificarlos e informar al juez"

Una patrulla de la Policía Nacional inspeccionó este viernes uno de los edificios okupas más conflictivos del entorno de Pignatelli y halló dentro a tres jóvenes con antecedentes por asaltos violentos. 

Dos agentes de la Policía Nacional inspeccionan el edificio okupa del número 26 de la calle de Agustina de Aragón.
Dos agentes de la Policía Nacional inspeccionan el edificio okupa del número 26 de la calle de Agustina de Aragón.
José Miguel Marco

Los vecinos aseguran que, desde hace unos tres meses, en el número 26 de la calle de Agustina de Aragón se refugian entre 3 y 15 jóvenes. La ‘okupación’ varía en función de la hora y el día de la semana, pero los sábados está «a tope». «Sabemos que hay problemas y hemos venido a dar vuelta», explicaba este viernes una patrulla de la Policía Nacional mientras se colocaba los guantes y enfundaba los chalecos de seguridad. «No sabes lo que te vas a encontrar y hay que tomar precauciones», comentaba uno de los agentes antes de acceder al edificio por la puerta forzada hace tiempo por los nuevos inquilinos.

Del peligro que entraña este edificio y la gente que los okupa dan cuenta los incidentes registrados durante la madrugada del pasado martes, 13 de agosto, cuando la Policía fue alertada de una bronca que acabó en pelea y en la que llegó a exhibirse algún machete. Afortunadamente, los vecinos salieron a los balcones y los agresores terminaron esfumándose sin que hubiera que lamentar víctimas.

«No sabes lo que te vas a encontrar y hay que tomar precauciones»

La fachada del inmueble fue restaurada y oculta su verdadera realidad, un conjunto de estancias cochambrosas donde se acumula basura por todas partes. Los jóvenes que allí conviven cogen agua de la llave de paso que hay en la calle y se duchan en la vía pública con una manguera. «Pero dentro no hay luz ni aseos y esta gente hace sus necesidades en un cuarto o en bolsas que luego tira al solar de detrás», comentan los policías.

Tras inspeccionar el edificio –de cuatro alturas y con el tejado en ruinas–, los policías vuelven al coche. Dentro había tres jóvenes de 19 años, los tres con antecedentes por robos con violencia, pero ninguno reclamado por la Justicia. «Hemos entrado, pero si no han delinquido o no les encontramos nada sospechoso, solo podemos identificarlos e informar al juzgado», comentan. Como el inmueble es de un banco, lo lógico es que el juez le haga saber que existe una situación de riesgo. «Desgraciadamente, como mucho, pondrán otra cerradura», lamentan. 

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