Azcón y Alegría mantienen su disputa por la alcaldía de Zaragoza a la espera de la decisión de Madrid

El acuerdo de PP y Cs para investir al candidato popular salta por los aires tras exigir Vox la entrada al gobierno.

Jorge Azcón, candidato del PP al Ayuntamiento de Zaragoza, y Sara Fernández, candidata de Ciudadanos, conocen en directo, durante la firma del pacto, que Vox pone en duda su apoyo a la investidura de Jorge Azcón.

Zaragoza afronta la sesión de investidura de su nuevo alcalde con un resultado incierto. La decisión de Vox de no respaldar el acuerdo de PP y Cs si no se acepta su entrada en el gobierno, solución que rechaza la formación naranja, dinamitó el bloque de centroderecha a última hora de la tarde, cuando ya estaba pactada la elección del popular Jorge Azcón como regidor, y otorgó opciones a la socialista Pilar Alegría. El desenlace no se jugaba en Zaragoza: las direcciones nacionales de los partidos del bloque de centroderecha forzaban la negociación para tratar de cerrar el paso a la izquierda tanto en la capital aragonesa como en la española. A última hora de este viernes todo quedaba en el aire.

La jornada fue de vértigo en el Ayuntamiento de Zaragoza. A primera hora, la líder de Cs, Sara Fernández, se reunía con la candidata socialista, Pilar Alegría. En el encuentro se llegó a hablar de una estructura de áreas. Los socialistas, según fuentes consultadas, tenían en mente incluso la opción de ofrecer durante dos años la alcaldía a Fernández, al estilo de Albacete y Ciudad Real, para asegurarse su apoyo.

A la salida del encuentro, sobre las 10.30, la aspirante del PSOE no quería hacer declaraciones pero conforme avanzaba la mañana en las filas socialistas crecía el pesimismo. En ese momento se estaban acelerando los contactos del PP y Cs. Se informó a Vox, cuyos votos Azcón daba por seguros. Hay que tener en cuenta que el PP y la formación de extrema derecha habían mantenido contactos en los últimos días y que el mismo jueves el concejal electo de Vox Julio Calvo expresó su disposición a apoyar a Azcón, sin exigir entrar en el gobierno.

Santiago Morón y Julio Calvo a las puertas del Ayuntamiento de Zaragoza
Santiago Morón y Julio Calvo a las puertas del Ayuntamiento de Zaragoza
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PP y Cs tenían el acuerdo listo a la espera de que la dirección nacional de Cs diera el visto bueno definitivo. "Está cerca", decía Azcón en las constantes salidas al pasillo. Tanto el como Sara Fernández estaba permanente colgados del teléfono informando de la evolución de la negociación. Al final, la confirmación llegó.

Azcón estaba exultante. "Ya podemos anunciar que mañana habrá una mayoría de cambio. Significa acabar con 16 años de izquierdas en Zaragoza", dijo. "El cambio que las urnas nos habían marcado ha llegado", añadió Fernández, que confirmaba que sería la próxima vicealcaldesa. Cuando se le preguntó por los votos de Vox, Azcón (el encargado de lograrlos) fue claro: "No habrá dificultad". No sabía lo que estaba por venir.

Alegría asumía su derrota. La socialista criticó que hubiera sido Madrid quien había impuesto el nombre del próximo alcalde de Zaragoza y que el Ayuntamiento fuera a estar "teledirigido" por la extrema derecha. Cargó contra la formación naranja y prometió una oposición "seria y contundente". Todo parecía resuelto y en el Ayuntamiento nadie dudaba del resultado de la investidura.

A las 17.00, Jorge Azcón y Sara Fernández rubricaron sus 50 medidas de gobierno. Pero el momento feliz del pacto quedó empañado. El portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, advertía de que no se había contado con su partido en el acuerdo y que estaba dispuesto a permitir la investidura de Alegría para empezar a negociar el lunes una moción de censura. No cerraba la opción de un acuerdo a última hora, pero era pesimista. "Parece que Zaragoza no tiene solución", dijo.

Azcón se enteró de lo ocurrido en plena comparecencia. Insistió en que el PP había hablado con los representantes de Vox, con quien se reunió el jueves. "Vox tendrá que explicar qué ha cambiado para que hubiera una coincidencia y que dijeran que estaban dispuestos a votarme y que ahora quieran hacer alcaldesa a Pilar Alegría", expuso el candidato del PP, que recordó que se ofreció a Vox la presidencia de juntas de distrito.

Reunión entre Cs y Vox

Al principio, se consideró un órdago de última hora, pero conforme avanzó la tarde cundió el temor en las filas populares. Los propios ediles de Vox estaban desconcertados y preocupados ante la posibilidad de darle a la izquierda la alcaldía. Todos estaban pendientes de Madrid, donde las direcciones nacionales mantenían el pulso. Mientras, en el Ayuntamiento, los representantes de Vox se reunían con Sara Fernández. Era un encuentro ya previsto en el marco del acuerdo con el PP, pero que cobró relevancia con el órdago de Espinosa de los Monteros. Calvo exigió la entrada en el gobierno y Fernández dijo que no. "Para nosotros es una línea roja. No he entrado en negociaciones. Con Vox no negocio nada. Tengo un acuerdo con el PP", declaró Fernández, que confirmó que votará a Azcón.

Ya a las 19.45 era el secretario de Organización del PSOE-Aragón, Darío Villagrasa, quien calificó lo ocurrido de "chapuza" y aseguró que Vox es "un factor de inestabilidad". "La ultraderecha está marcando la agenda incluso antes de facilitar la investidura", dijo. Y subrayó que Cs "no puede ponerse de perfil". El PSOE seguía en la pelea mientras la derecha buscaba el acuerdo.

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