sucesos en Zaragoza

El dueño del bar que acuchilló al camarero alega que este le atacó con un martillo

El detenido, al que el juez envió este martes a prisión, niega que discutieran por una mujer. La víctima explicó a HERALDO que el agresor parecía tener alucinaciones, lo que el arrestado también rechazó durante su declaración en el juzgado.   

El agresor se empleó con tanta violencia que dobló el cuchillo con el que agredió al camarero.
El agresor se empleó con tanta violencia que dobló el cuchillo con el que agredió al camarero.
HA

Ian R. B., de 34 años, ingresó en la noche de este martes en la prisión de Zuera por intentar matar a cuchilladas a Alejandro A. C., de 28, el pasado domingo en la céntrica calle de José María Lacarra de Zaragoza. El juez José Ignacio Martínez decretó su encierro provisional como presunto autor de un homicidio en grado de tentativa.

El magistrado adoptó esta decisión a petición del fiscal y tras escuchar la declaración del detenido, que no fue prolijo en explicaciones y estuvo auxiliado por una intérprete de francés, además de por la abogada del turno de oficio Pilar Martínez de la Llana. El juez tuvo en cuenta la gravedad de las lesiones sufridas por la víctima y el posible riesgo de fuga del agresor, nacido en Estados Unidos pero de nacionalidad francesa.

Según pudo saber este diario, Ian R. B., que no tiene antecedentes, no negó haber acuchillado a Alejandro A. C., pero aseguró que lo hizo en "legítima defensa". Admitió que discutió con él, pero rechazó que fuera a causa de una mujer, por el consumo de drogas o por haber sufrido alucinaciones, explicación esta última que dio el joven a HERALDO. Según este, el joven camarero lo atacó con un martillo cuando discutían sobre la propiedad del negocio y tuvo que usar un cuchillo para defenderse.

Esta explicación resulta un tanto confusa si se tiene en cuenta que Ian R. B. es el administrador solidario, junto con su mujer, de la sociedad propietaria del bar y Alejandro A. C. apenas había trabajado un par de veces en el pub como camarero y sin contrato.

Siempre según sus propias manifestaciones ante el juez, tras cerrar el bar, se quedaron dentro tomando cervezas y consumiendo cocaína. En un momento dado, comenzaron a discutir y, según su versión, el joven cogió un martillo con el que trató de agredirle y él se defendió con el cuchillo que tiene en el bar para cortar limones.

La disputa comenzó dentro del establecimiento pero continuó en la calle, donde una docena de testigos vieron horrorizados cómo estaba encima de él y no dejaba de lanzarle golpes con el cuchillo en la cabeza y en el pecho mientras Alejandro A. C. trataba de sujetarle la mano en la que llevaba el arma. Finalmente, entre la resistencia de la víctima, el auxilio de varios ciudadanos y la llegada de la Policía consiguieron, no sin esfuerzo, quitárselo de encima.

El agresor se mostró muy tranquilo durante la comparecencia ante el juez y no necesitó ser examinado por el médico forense.

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