Casa Montal, 100 años de pasión por la gastronomía y la cultura

En la calle de la Torre Nueva se encuentra el palacio renacentista que alberga el negocio de la familia Montal, y que a lo largo de 2019 celebra el centenario de su apertura.

Casa Montal, 100 años de pasión por la gastronomía y la cultura
Casa Montal, 100 años de pasión por la gastronomía y la cultura
Archivo Heraldo

Mantener abierta la persiana de un negocio durante 100 años es toda una muestra de perseverancia y un ejemplo de cómo un comercio zaragozano ha sabido adaptarse y ofrecer los mejores productos a sus clientes a lo largo del tiempo. Durante cuatro generaciones, la familia Montal ha estado al frente de un local que comenzó vendiendo productos de alimentación, en 1919, en el mismo lugar en que hoy se encuentra, la calle de la Torrre Nueva, junto a la plaza de San Felipe y el Torreón Fortea, en un palacio renacentista construido entre el siglo XV y XVII. Un siglo después, Casa Montal, es además, un referente de la gastronomía y la vida social y cultura de la capital aragonesa.

Desde 2005, María y Nacho Montal regentan el establecimiento. Son la cuarta generación después de Julián y Rafael, quienes a partir de 1957 dieron una vuelta de tuerca para convertir Casa Montal en lo que sigue siendo en la actualidad: una tienda de alimentación especializada; Julián y Benigno, que en 1936 cogieron el testigo de su padre; y Jacinto Montal, impulsor junto a sus tres hijos de la apertura de La Madrileña, nombre que adoptó en sus inicios la tienda, que ya existía en 1890, y que fue renovada por don Jacinto en 1919.

En la década de los 30, La Madrileña -Casa Montal- comenzó a publicar un catálogo navideño de turrones y botellas. Desde entonces, sigue editándose con motivo de la campaña navideña: uno de sus fuertes. De hecho, en década de los 50, Montal empezó a comercializar cestas de Navidad, cuyo primer modelo se vendía por 100 pesetas.

Casa Montal

En esa época, la tercera generación llega con Julián y Rafael, que se incorporaron al negocio en 1956 y 1958, respectivamente. Muy pronto, reformarían el escaparate de la tienda con una dimensión de siete metros de largo y un nuevo aspecto que les valdría ser ganadores de varios primeros premios en diferentes concursos de escaparates que entonces se organizaban en la capital aragonesa, como el obtenido en 1959, premiado con 5.000 pesetas por Comercial Nestlé.

Uno de los hitos más importantes de Casa Montal llegaría una décadas más tarde, ya en los 80, cuando el establecimiento cobra una nueva dimensión y se abre a la cultura y a los eventos sociales como un espacio donde tienen lugar charlas, degustaciones, desfiles y exposiciones culturales.

En noviembre de 1986, los hermanos Julián y Rafael Montal deciden instalar en la bodega un museo dedicado a la Torre Nueva. Rafael siempre se interesó por el arte aragonés y, por pura diversión, fue recopilando documentación, grabados, azulejos y diversos elementos de la Torre Nueva adquiridos en rastros y anticuarios entre los que destaca la maquinaria del reloj ubicado en el monumento mudéjar del siglo XVI hasta su derribo, en 1892.

Casa Montal

Unos años después, el 30 de mayo de 1990, se inauguraría, tras las obras de reforma iniciadas unos años antes por el arquitecto José María Valero, el patio renacentista del edificio que ocupa Casa Montal, donde se ubica el restaurante, otra de las señas de identidad del establecimiento que durante los meses de febrero y marzo de este año ofrece un menú especial con motivo del centenario.

De Montal son célebres, además, varios postres ideados por Rafael Montal Montesa, en colaboración con la pastelería Tolosana, como la vara de San José, los sombreros de Goya, la tarta del Cine (con motivo de la celebración del centenario del cinematógrafo), la tarta de la Vendimia, los adoquines de la calle Alfonso y las conchas Montal.

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