"Ojalá los toros salgan corredores". Este era este domingo el deseo del ganadero de Castellote José Antonio Adell, a cuya manada pertenecen los cuatro astados que este lunes recorrerán las calles del Centro Histórico de Teruel sujetos con cuerdas y guiados por los miembros de la Asociación de la Soga y la Baga.

Y todo apunta a que los cuatro animales protagonizarán rápidas carreras, pues, según Adell, con un peso que oscila entre los 450 y los 500 kilos, estos son más ligeros que los del año pasado, a los que les costó correr.

Son tres toros negros como el azabache y uno ‘colorado’, todos con el encaste de Aldea Nueva. Dos de ellos se han criado enteramente en Castellote y los otros dos solo a medias. Sus nombres son Avellano, Macareno, Reforzado y Valiente. Hay dos con los cuernos ‘playeros’ o muy abiertos y dos con sus astas ‘veletas’ o, lo que es lo mismo, hacia arriba.

La ganadería de Adell, abierta en 1997, ha cumplido 26 años. Se trata de una empresa familiar que puso en marcha Teodoro Adell y cuyo testigo, tras jubilarse, ha sido recogido ahora por su hijo, José Antonio. En la explotación se crían en estos momentos 45 toros.

El ganadero lamenta que, tras la crisis de la pandemia de covid, que puso contra las cuerdas a las explotaciones de reses taurinas, ha surgido otra recesión por la inflación de precios que también está afectando al sector. A ella, explica José Antonio Adell, se suman los problemas por la sequía, que ha mermado los pastos y los sembrados.