teruel
"Tengo cosquillas en el estómago y emoción en el corazón por subir al Torico"
Cientos de niños y mayores disfrutaron este martes ascendiendo con una plataforma hasta el emblema turolense en un acto solidario con la AECC
Cientos de niños y mayores pudieron ver este martes 'cara a cara' al famoso Torico de Teruel gracias a un acto organizado por el Ayuntamiento y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) que ya se ha convertido en una tradición de las Fiestas del Ángel.
Desde primera hora de la mañana y hasta el final de la tarde, la fila de turolenses que querían subir hasta el Torico, embarcándose en una plataforma elevadora instalada con este fin, llegó hasta la calle del Tozal. Las ganas de contemplar de cerca al astado de bronce emulando a los peñistas que este sábado pondrán a la escultura el pañuelo rojo, invadían a todos los asistentes.
"Siento cosquillas en el estómago y mucha emoción en el corazón", dijo María, una niña de ocho años que estudia en el Colegio Miguel Vallés de la capital turolense. No mostraban menos interés un grupo de chavales de entre siete y diez años que esperaban impacientes su turno para subir. "Me haré una foto con el Torico y la pondré en mi habitación", aseguró Enzo, de la escuela Las Viñas, mientras Izan, del Pierres Vedel, confesaba que había dormido la noche anterior "con nervios por subir al Torico".
Leyre, con "siete años para ocho", que estudia en el Miguel Vallés, se mostraba "sin miedo" a la hora de subir a la plataforma y Javier, del Colegio Ensanche, confesaba tener "mucho cariño" al famoso astado turolense.
También aguardaban en la fila con la ilusión reflejada en sus ojos la mamá de Pablo, un niño de solo dos meses de edad, y sus felices abuelas, María Amparo, de Teruel, y Trini, de Zaragoza, quien viajó hasta la capital turolense para vivir junto a su nieto la primera Vaquilla de este. "No he subido nunca al Torico, solo he visto este acto en la tele, pero ahora no podía perderme la oportunidad de tener una foto con mi niño y sus abuelas junto al monumento", explicó la madre del pequeño vaquillero.
Para Juan Manuel Poyuelo, un vecino de Teruel que llevaba de la mano a su hijo de corta edad, subir al Torico "es algo único, por eso nadie quiere perdérselo".
Cada participante en este acto aporta dos euros que son destinados a la AECC para que continúe prestando servicios a los afectados por la enfermedad y a sus familiares, además de avanzar en la investigación contra esta patología.
El presidente de la AECC en Teruel, Miguel Ángel Sauras, elegido para este cargo en las últimas semanas, agradeció al Ayuntamiento su esfuerzo en la organización de un acto "muy entrañable" que beneficia a todos los enfermos.
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Sauras explicó que la AECC se ha marcado como objetivo aumentar la supervivencia de los afectados, algo que precisa de muchos recursos para mejorar las terapias de choque y los medios de diagnóstico. El presidente de la AECC felicitó también a los 60 voluntarios que colaboraban con la actividad "haciendo que todo sea mucho más fácil".