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Teruel, a rebosar de público en el casamiento entre Isabel de Segura y Don Pedro de Azagra

Miles de personas ataviadas al estilo medieval llenan las calles para revivir la leyenda de los Amantes

Incio de las bodas de Isabel de Segura con la boda de Isabel con don Pedro de Azagra, Foto Antonio garcia_bykofoto. 17_02_23[[[FOTOGRAFOS]]]
Los actores han imprimido un gran realismo a la escena del casamiento entre Isabel y Pedro de Azagra.
Antonio García/Bykofoto

La pasión que despierta la recreación en las calles de Teruel de la leyenda de los Amantes sigue intacta tras el paréntesis que impuso la pandemia, que obligó incluso a celebrar una edición, la de 2021, de forma virtual. Así se ha puesto de manifiesto este viernes en la representación de la primera de las escenas clave de la historia, la boda amañada entre Isabel de Segura y Don Pedro de Azagra, que ha sido seguida por miles de personas que han abarrotado la plaza de la Catedral. La fiesta, que rescata el centenar de actos y los 120 personajes de antes de la covid, recobra también el calor del público.

Convertido Teruel en un escenario teatral que traslada a la población al siglo XIII –cuando la tradición sitúa la trágica historia de amor de Isabel y Diego–, el atrio de la Catedral ha sido el epicentro del drama. Hasta allí ha llegado, a caballo y con un gran séquito, Don Pedro de Azagra, con quien Isabel debe casarse por imperativo paternal justo un día antes de que expire el plazo acordado entre ella y su amado, Diego de Marcilla, para que este regrese de la guerra con riqueza y honores que lo hagan merecedor de ella.

Ha sido un casamiento lleno de sobresaltos. Unos niños han advertido a los presentes de que Isabel no quería acudir a la boda, si bien finalmente, por respeto a su padre, se ha presentado. Un hermano de Diego de Marcilla ha intentado, sin éxito, reventar la ceremonia diciendo que Marcilla no está muerto. La misma protagonista, a la que da vida la actriz Sandra Grijalba, se ha desmoronado y se ha negado a dar el sí hasta que otra vez la mirada paterna la ha hecho ceder. Un frío beso entre los recién casados –ella con lágrimas– ha sellado el matrimonio forzado.

El realismo ha sido total, con obispos, cardenales, abades y familiares de los novios en un marco impresionante: el exterior de la Catedral. La fuerza interpretativa de los actores y la potencia de la leyenda han arrancado encendidos aplausos de los asistentes, mutados en figurantes al ir todos vestidos a la usanza medieval. Hasta los más descreídos en las historias de amor han admitido haber disfrutado con la recreación.

La capital turolense se ha convertido de nuevo este viernes en una ciudad del siglo XIII.

"Nos ha gustado muchísimo, ¡qué emocionante!», confesaba una pareja de Zaragoza, Virginia y Manuel, que volvían a las Bodas 15 años después. Dos amigas, Paola y Cristina, de Calatayud, confesaban sentirse admiradas. "Lo han hecho genial, los lloros de ella al no querer casarse me han llegado al corazón", ha dicho Paola. La fiesta ha congregado a un buen número de políticos, como los consejeros de Presidencia y Cultura, Mayte Pérez y Felipe Faci; la directora general de Turismo, Gloria Pérez; y el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ejerciendo de anfitriona la alcaldesa de Teruel, Emma Buj.

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