Una granizada de más de una hora abolla coches y daña cultivos en Cella
El pedrisco, de gran tamaño, rompió mesas de terraza, canalones y persianas, mientras que la tromba de agua cortó caminos rurales y anegó la travesía urbana.
Las tormentas volvieron a golpear este sábado la mitad meridional de la provincia de Teruel, donde a lo largo de la última semana los aguaceros y el granizo en distintos puntos han sido constantes. La peor parte se la llevó esta vez la localidad de Cella, que durante más de una hora, si bien de forma intermitente, soportó un fuerte temporal con pedrisco de gran tamaño que causó daños en las casas, los coches, las vías de comunicación y los campos.
El alcalde de Cella, Juan Sánchez, muy preocupado, explicó que algunas de las piedras alcanzaron el tamaño "de casi un huevo de gallina". Por ello, la tormenta abolló y rompió lunas de los coches que estaban aparcados en la calle y en las casas destrozó canaleras, persianas, tejas y mesas de plástico instaladas en las terrazas. "Ha causado daños; al principio, no lo parecía, pero ha durado tanto que ha terminado por ser muy perjudicial", afirmó el regidor.
Una vecina, Ramona Calderas, que regenta el bar del Centro de Día de la localidad, lamentó que la granizada rompió el cristal delantero de su coche y ahora tendrá que repararlo. Relató que la gran cantidad de agua caída, más de 50 litros por metro cuadrado, mezclada con el granizo, corría con fuerza por las calles colapsando las alcantarillas.
Según contó el alcalde, la tromba de agua hizo que se desbordara una rambla, provocando a su vez la inundación de uno de los parques que hay a la entrada de la localidad. También quedó anegado un tramo de la travesía urbana de la carretera que conduce a Santa Eulalia, lo que obligó a los coches a circular con mucha precaución. Varios caminos rurales quedaron destrozados por el arrastre de tierra y piedras.
A la espera de poder realizar una valoración más concreta de los daños, Sánchez lamentó que la tormenta, que comenzó sobre las 17.00 y no paró hasta las 18.30, causó pérdidas en los cultivos de maíz y girasol y en los huertos de la zona de la Vega. "Es el tercer temporal con granizo que sufrimos en un mes; este verano está siendo muy duro", manifestó el alcalde.
El dueño de un bar de la localidad, Ramiro Torres, explicó que, al asomarse a la puerta del establecimiento para comprobar la entidad de la tormenta, vio "toda la calle inundada y los desagües atascados por el granizo y las hojas y ramas de árboles caídas".
También hubo pedrisco en Camañas y Visiedo, pero de menor tamaño, por lo que los daños fueron más reducidos. En Camañas, según explicó la alcaldesa, Sara Ros, se registraron ocho litros por metro cuadrado, pero con una gran intensidad, pues
Las tormentas se repitieron por la noche en la Sierra de Albarracín. En Guadalaviar, la tromba de agua, acompañada de granizo, obligó a suspender el concierto con el que se cerraban las fiestas. En Griegos, se registraron 33,8 litros de agua por metro cuadrado y el granizo cubrió de blanco las calles en una tormenta que llegó con mucho viento. "Parecía el infierno", confesó el concejal de esta localidad Manuel Lapuente. En Tramacastilla, según datos de Aemet, cayeron 20,8 litros por m2.
Mientras, en Fortanete, en la comarca del Maestrazgo, este sábado fue un día dedicado a limpiar la gran cantidad de tierra y piedras que la tormenta del pasado viernes dejó en las calles y caminos rurales. El agua, 35 litros por metro cuadrado, convirtió en un río algunas vías urbanas y derribó paredes de huertos. "Hemos tenido que intervenir por miedo a que una nueva tromba de agua nos cause problemas más graves aún", afirmó el concejal José María Tena.
