Quejas en Pancrudo (Teruel) por el humo que genera el incendio casual de una mina

Los vecinos del barrio de Cuevas de Portalrubio protestan porque la humareda llega hasta sus casas.

La intensa humareda surge del yacimiento de carbón incendiado en la antigua mina.
La intensa humareda surge del yacimiento de carbón incendiado en la antigua mina.
Jorge Escudero

El incendio espontáneo de una antigua mina de carbón provoca quejas de los vecinos de Cuevas de Portalrubio, una pedanía de Pancrudo, y también de La Rambla de Martín, un barrio de Martín del Río. El fuego, que se inició de forma accidental, motivó ayer la consulta del Ayuntamiento de Pancrudo al Departamento de Medio Ambiente ante las molestias que la humareda provoca a los residentes en los dos núcleos más cercanos al yacimiento.

La mina a cielo abierto permanece abandonada desde hace varias décadas y en la cavidad excavada para extraer carbón se ha generado un lago de aguas contaminadas. En una de las laderas que cierran el humedal, se ha desatado un incendio que vierte una intensa humareda al exterior y que, en función del viento dominante, llega hasta las casas de Cuevas de Portalrubio y La Rambla.

El alcalde de Pancrudo, Julián Sancho, afirmó que la antigua mina "no puede estar así" porque al peligro de caídas o de desbordamiento de la balsa generada por el desmonte se ha sumado ahora la emisión incontrolada de humo. Sancho añadió que la humareda, que se ha intensificado en los últimos días, "molesta" a los vecinos de Cuevas de Portalrubio porque "es desagradable". El alcalde comunicó la incidencia al Departamento de Medio Ambiente para que tomará medidas, aunque reconoció que es difícil apagar el fuego desatado en el interior del yacimiento.

Una fuente del Departamento de Medio Ambiente señaló que no hay peligro de incendios forestales porque el enclave está rodeado de campos de cultivo y lejos de bosques y señaló que no es la primera vez que se incendia el filón de carbón sin que haya generado problemas relevantes.

El único vecino de La Rambla de Martín, Antonio Güiza, explicó que cuando el viento empuja el penacho de humo hacia el pueblo un intenso olor a azufre quemado "se mete en las calles y las llena de pestazo". Güiza, exminero jubilado, explicó que para extinguir el fuego habría que desmontar la ladera humeante hasta llegar a la veta de carbón incendiada. Recordó que no es la primera vez que sufre este problema y el pasado verano avisó a los bomberos ante la virulencia del incendio.

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