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La leyenda de los Amantes se adueña de una ciudad envuelta en el Medievo

Teruel, convertida en una villa del siglo XIII, recibe a miles de visitantes que quieren rememorar la historia de amor de Isabel y Diego. Los actos arrancaron este jueves y culminan este fin de semana.

Anuncio de la boda de Isabel con D. Pedro de Azagra /20-02-20/ Foto: Jorge Escudero [[[FOTOGRAFOS]]]
Una rebelde Isabel, interpretada por Alba Sánchez, protesta desde el balcón por el amaño de su boda con Pedro de Azagra.
Jorge Escudero

Teruel es desde este jueves un gran teatro en el que por plazas, calles y esquinas, revividos por actores aficionados, se mueven los personajes de la trágica leyenda de los Amantes. Con la ciudad engalanada al estilo medieval, el público pudo disfrutar de la primera escena de la recreación, la que recoge la falsa noticia de la muerte de Diego de Marcilla en la batalla y, a continuación, el anuncio de la boda entre Isabel de Segura –que se opone al casamiento porque está prometida con Diego desde hace cinco años– y Don Pedro de Azagra.

Pese a ser el primer día de la fiesta, la plaza de la Catedral, donde se representó el episodio que desencadena todo el drama amoroso, se llenó de espectadores. Dieciséis actores dieron vida a los vecinos que formaban parte del Concejo de Teruel en el siglo XIII, quienes, en un guiño a la situación actual de la provincia, se quejaron del mal estado de los caminos y de la falta de recursos económicos para hacer frente a los fastos con los que habrá que recibir al Rey.

Es en este contexto cuando llegan rumores de que Diego de Marcilla ha muerto, ocasión que aprovecha el padre de Isabel para pactar el matrimonio entre su hija y el poderoso Señor de Azagra, asegurando una buena familia para aquella. El debut de Alba Sánchez, encarnando a Isabel de Segura, quien se asomó a un balcón y recordó con pesar la promesa de amor que tenía con Diego, fue muy aplaudido por un público entregado a vivir la fiesta que recuerda la pasión que unió a los dos jóvenes enamorados.

Un total de 120 actores no profesionales participan en la representación, conocida como Las Bodas de Isabel de Segura, que tiene lugar a lo largo de cuatro días, desde ayer y hasta el domingo. A ellos se unen decenas de personas pertenecientes a grupos recreacionistas que contribuyen a transformar la ciudad en una auténtica villa medieval.

Pero la clave del éxito de esta celebración es, sin duda, la implicación de los turolenses, 17.000 de los cuales –la población ronda los 35.000 habitantes– se visten a la usanza medieval convirtiéndose en figurantes de esta escenificación que en muchos momentos adquiere tintes cinematográficos, por la abundancia de matices y detalles que los rodean.

Una de estas escenas, como explica la directora teatral de Las Bodas de Isabel de Segura, Marian Pueo, será la llegada de Diego a Teruel –el sábado a las 19.45– por el Paso de la Andaquilla o Portal de Daroca. El acto incluye el guión ganador de esta edición, escrito por Francisco Oliver, según el cual Diego tiene un conflicto con un amigo que se fue junto a él en busca de riquezas pero acabó fracasado.

Personajes más impulsivos

Pueo define la representación de este año como "muy vitalista, muy física y con unos personajes más impulsivos". Añade que se dan situaciones violentas y "nada correctas políticamente" en aras a conseguir un mayor realismo, pues "la sociedad medieval era más violenta que la del siglo XXI".

A juicio de Marian Pueo, los actores protagonistas, Alba Sánchez en la piel de Isabel de Segura e Israel Bujeda en la de Diego de Marcilla, han adquirido una "gran madurez" interpretativa a lo largo de las muchas horas de ensayo y, sobre todo, de la representación el pasado mes de octubre de La Partida de Diego, el preámbulo de Las Bodas de Isabel de Segura.

La ciudad de Teruel espera este fin de semana un aluvión de visitantes que el Ayuntamiento cifra en alrededor de 90.000 personas. Contribuirá a ello la excelente previsión meteorológica, con días soleados y temperaturas máximas de hasta 21 grados, como podría ocurrir el próximo domingo. No se espera que llueva ni que sople el viento en ningún momento. No obstante, la gran oscilación térmica característica del clima turolense persistirá y debe ser tenida en cuenta para no quedarse helado a primera hora del día y al final de la tarde. Ayer, 23,8 grados separaron la mínima –4,1 grados negativos registrados a las 7.50 horas– de la máxima –19,7 grados a las 14.40 horas–.

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