"Tengo 53 años, ¿a dónde voy a ir ahora tras toda una vida aquí?"

Empleados de Endesa y las subcontratas critican las "promesas inclumplidas" de los gobiernos tras una vida en Andorra que ahora ven amenazada por el cierre de la térmica.

Los trabajadores de la térmica, horas antes de que la planta detuviera su producción
Los trabajadores de la térmica, horas antes de que la planta detuviera su producción
María Quílez

Los trabajadores de la térmica de Andorra veían anoche con impotencia la última exhalación de la chimenea de la central. Los hay que, en contra de lo expresado por Endesa, creen que ya no volverán a verla en marcha más, ya que, según #explicaron, el carbón que queda "es todo barro" y no alcanza las 25.000 toneladas. Esto, auguraron, "comenzará a notarse en las próximas semanas en las plantillas".

"Desde mi infancia he visto la central echando humo. Es pensar en no verla más y se me hace un nudo en el corazón. Pero lo que más me fastidia es que no voy a ver ni mi pueblo, porque me voy a tener que ir de aquí", decía emocionado Pedro Miñana, presidente del comité de la empresa auxiliar Maessa.

Antonio Planas, trabajador de Endesa y representante de CC. OO., se mostró indignado tanto con la empresa como con las instituciones. "Nos han engañado y nos han faltado al respeto. Solo hemos recibido palmaditas en la espalda de unos y otros", indicó. "Hace un año vino la ahora vicepresidenta Teresa Ribera y nos prometió que Andorra iba a ser referente de la transición. No hay nada. Ni transición justa, ni injusta, ni nada", denunció.

Un futuro incierto

"A los gobiernos les tenía que dar vergüenza acercarse por aquí", añadió Gustavo Mañas. En su caso, es operario de Endesa desde hace 16 años. Es viudo y tiene una niña de 9 años. No sabe lo que le depara el destino porque está pendiente de una recolocación que no sabe cuándo llegará ni dónde le llevará. "Hay compañeros que ya se han tenido que ir. Uno a Melilla y otro a Cuenca. ¡Y eso que las recolocaciones iban a ser en la zona!", exclamó. No obstante, reconoció que más problemas tienen los "compañeros y amigos" que pertenecen a subcontratas. "Ellos sí que están mal", dijo.

Uno de ellos es Ángel Villén, que entró a trabajar en la central térmica en 1988 y tiene 53 años. Ahora pertenece a la subcontrata Nervión, de limpieza, y reconoce que tiene la moral "por los suelos". "Ahora, ¿dónde voy a ir? ¿Qué empresa me va a coger con 53 años y toda la vida dedicado a la limpieza industrial?", se preguntaba a las puertas de la planta.

Los trabajadores llamaron a la manifestación que tienen prevista en Zaragoza el próximo 29 de febrero. Será la tercera concentración que celebran este año, después de la que tuvo lugar en Andorra en enero y la última en Teruel, donde se escenificó el entierro de la cuenca minera. Los representantes sindicales, de las subcontratas y la asociación de jubilados de Endesa afirman que movilizarse "es lo único que les queda" y lo harán frente a la sede del Gobierno de Aragón manifestando así la necesidad de que se firme de inmediato el convenio de transición justa para Aragón.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión