Transición justa

La térmica de Andorra deja ya de producir con el convenio de transición sin firmar

Las últimas toneladas de carbón se reservarán y la planta seguirá "disponible" hasta el 30 de junio. Los trabajadores pedirán una reunión a Endesa, que garantiza que se mantendrá el empleo.

La central térmica de Andorra detuvo en la noche de este jueves su producción y reservará sus últimas toneladas de carbón hasta el 30 de junio, hasta que el Ministerio para la Transición Ecológica decrete su cese o hasta que sea requerida por necesidades del mercado. La planta permanecerá desacoplada de Red Eléctrica y, previsiblemente, no volverá a conectarse hasta entonces, ya que los elevados costes de producción de la energía térmica harán que solo sea necesaria en caso de extrema necesidad.

El anuncio se produce sin que se haya firmado el convenio de transición justa, llamado a compensar las graves consecuencias socioeconómicas que tendrá el fin del carbón en el territorio, y sin que se haya aclarado si será Endesa quien lidere el proyecto de renovables que sustituirá la potencia térmica de la central. Tampoco ha habido avances en la elevación de aguas del Ebro, clave para atraer nuevas empresas.

El territorio tiene ya un primer borrador de la estrategia del Ejecutivo central. Faltan por concretar, sin embargo, las inversiones y alternativas que se impulsarán para reindustrializar la zona. También se lucha desde las instituciones para ampliar el reparto del Fondo Europeo de Transición Ecológica, que, en principio, solo contempla 307 de sus 7.500 millones para España, una cantidad que tendría que repartirse entre al menos seis comunidades y siete ejercicios, de 2021 a 2027. El último paso se dio el pasado miércoles en las Cortes, donde los #grupos instaron al Gobierno central a realizar "cuantas acciones considere necesarias" para modificar los criterios de distribución.

A la central andorrana, que entró en funcionamiento en 1981, solo le quedan ya 25.000 toneladas de carbón, el equivalente a cinco días de funcionamiento con un grupo de trabajo. Se desconoce, no obstante, si se quemarán la próxima semana, en un mes o conforme se acerque el 30 de junio, ya que todo dependerá del ‘mix’ energético nacional.

A pesar del parón, fuentes de Endesa recalcaron que "se mantendrá el empleo" y que los trabajadores, como ya ocurriera en 2019, cuando la central estuvo parada prácticamente todo el primer semestre, se dedicarán principalmente a tareas de mantenimiento. Esto incluye labores de vigilancia, revisión de motores...

La térmica sufrió ya hace unas semanas un parón forzoso por el temporal. La borrasca Gloria hizo que detuviese unos días su producción, pero el pasado viernes pudo retomar la actividad y, desde entonces, ha quemado alrededor de 5.000 toneladas diarias.

CENTRAL TERMICA DE ANDORRA ( TERUEL ) / ULTIMO DIA / 13/02/2020 / FOTO : JAVIER ESCRICHE [[[FOTOGRAFOS]]]
Central térmica de Andorra
Javier Escriche

El vicepresidente del Gobierno aragonés y consejero de Industria, Arturo Aliaga, subrayó que, hasta que no se autorice el cierre, la planta tendrá que estar a disposición del sistema. Lo importante, en su opinión, es que Endesa sea "sensible" con sus trabajadores y "mantenga hasta el último momento sus compromisos en materia de empleo".

Aliaga asistirá el próximo lunes a la Conferencia Sectorial de Energía y tiene todavía pendiente una reunión con la vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, un encuentro que ya ha solicitado y para el que aún no hay fecha. El problema, destacó Alejo Galve, secretario general de UGT en Teruel, está en que los trabajadores de Endesa desconocen qué ocurrirá a partir del 1 de julio, momento en que la térmica dejará de estar disponible y se procederá a su desmantelamiento.

La prioridad, aseguró, es que la eléctrica explique cómo se van a producir las salidas voluntarias. "La gente está enfadado porque, que sepamos, no hay nada ni por parte de Endesa ni del Gobierno de España", añadió.

Para Antonio Planas, delegado de CC. OO. en la térmica, más que una transición justa, el proceso está siendo "una travesía en el desierto". Los trabajadores prevén solicitar en las próximas horas una reunión con la dirección para exigir explicaciones. "No esperábamos llegar a este momento así. Los ánimos están por los suelos. Nuestra situación es mala, pero lo de las contratas no tiene nombre, van a ser meses muy duros", dijo.

Aunque, como recordó el alcalde de Andorra, Antonio Amador, ya en 2019 comenzó a reducirse el empleo y la actividad, este último parón ha supuesto "un mazazo de realidad". Recalcó, no obstante, que se está trabajando "intensamente" en medidas de choque para resistir este primer "envite".

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