25 años de los médicos de rescate: "Trabajamos en un entorno hostil y con heridos muy graves"

Nuria Gago, coordinadora de la Unidad de Rescate de Montaña (URM) del 061, habla de la misión de este servicio, pionero en España, que se creó en 1999 y actualmente está formado por 19 sanitarios. 

Nuria Gago, junto a un componente del Greim, colgada de la grúa del helicóptero en un rescate.
Nuria Gago, junto a un componente del Greim, colgada de la grúa del helicóptero en un rescate.
H. A.

Nuria Gago no olvida sus inicios en la Unidad de Rescate de Montaña (URM) del 061 Aragón. En sus primeras guardias, poco después de incorporarse en el verano del 2021, esta intensivista que unió su afición por la montaña y su vocación por la medicina tuvo que atender a dos heridos graves por el accidente de una avioneta en Castejón de Sos. "Si ya es complicado enfrentarte a un paciente en la montaña, con dos se multiplican los problemas. Hay que hacer un triaje, ver qué necesita cada uno y cómo sacarlos cuanto antes para que reciban asistencia", dice.

Aquel día acabó durmiendo en la provincia de Teruel a causa de la caída de un senderista por un cortado. Ocurrió a última hora y ya no había luz para regresar con el helicóptero. "Fue como decir ‘Si querías saber de qué va esto, ya lo tienes claro’", cuenta Gago, coordinadora de la unidad de rescate medicalizado, que este 2024 celebra su 25 aniversario. La UMR realiza entre 350 y 360 asistencias al año, el 55% en tres meses de verano, más otras salidas con la Guardia Civil en las que no tienen que intervenir porque solo hay ilesos y que representan un 10% de los casos.

Fue en julio de 1999 cuando empezaron a trabajar los primeros sanitarios tras superar el curso de especialización. El servicio, que garantizaba una intervención inmediata sobre el terreno, colocó a Aragón como referente del rescate en España, sumando una tercera pata a los grupos del Greim y la unidad aérea ya operativos. 

En octubre de ese año se firmó el primer convenio entre el departamento de Sanidad, el Ministerio del Interior y la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM). Desde entonces se han salvado muchas vidas y evitado lesiones más graves, gracias a que la medicina se ha acercado al lugar donde estaban los accidentados. 

"Me mudé para hacer las dos cosas que más me gustaban, la medicina y la montaña. A casi todos los de este servicio, lo que nos motiva es compaginar nuestra afición con nuestra profesión"

La unidad la forman 10 médicos, a los que en verano se suman nueve enfermeros, cuando se incorpora el helicóptero de refuerzo a Benasque. Trabajan en otros servicios: en las ambulancias del 061, las ucis o las urgencias de los hospitales, e incluso en atención primaria. Cuando les toca guardia con la URM se apartan de su puesto para estar a disposición de las unidades aéreas. Todos tienen una formación previa especializada, sanitaria y técnica, para saber progresar por montaña en condiciones extremas. Deben ser autónomos, no representar una carga, ya sea en un barranco, una cumbre o una cueva.

Gago estuvo en el rescate de un espeleólogo en agosto pasado, 15 horas en una cueva. "Es lo más complejo para nosotros. No es habitual pero tenemos que estar preparados". Y el paciente de mayor riesgo, dice, un politraumatizado, "sin quitar que un infarto en la montaña es complejo de resolver".

Ella trabajaba en Valencia en cuidados paliativos y ahora presta servicio en las ambulancias de Jaca y Sabiñánigo. "Me mudé para hacer las dos cosas que más me gustaban, la medicina y la montaña. A casi todos los de este servicio, lo que nos motiva es compaginar nuestra afición con nuestra profesión".

Curar con lluvia o con nieve

En este trabajo no hay otros sanitarios de apoyo y se atiende al herido a la intemperie, llueva o nieve. "Es todo muy hostil. Sufres por el herido y por lo que necesitas hacer para sacarlo de allí con unas mínimas garantías de que llegue al hospital". A veces a contra reloj porque las horas de luz se acaban, o si el helicóptero no puede intervenir, hacer la evacuación a pie. "El tiempo es crucial para un paciente grave".

Nuria Gago recuerda algunos accidentes que la han marcado, como un desprendimiento de rocas que afectó a tres escaladores, uno falleció y otro sufrió un grave traumatismo. Hasta que llega el helicóptero del 112, dice, "estás tú y lo tienes que hacer todo: monitorizar al paciente, coger la vía, los vendajes, cargar la medicación...". "Es lo que más respeto te produce. Aunque los guardias que nos acompañan nos echen una mano, recae en ti toda la responsabilidad, en un lugar en el que no podemos hacer una asistencia como en un hospital a una persona que está muy grave. Más que la parte técnica de progresar por la montaña, porque al final esto es entrenamiento", afirma la médico.

Y si la montaña en sí misma complica la asistencia, aún se hace más difícil si en un solo deben atender 12 salidas, como ha ocurrido en Benasque en verano, "jornadas muy largas y muy duras", asegura Nuria Gago.

Conmemoración oficial

El Gobierno de Aragón conmemoró oficialmente el pasado mes de abril el 25º aniversario de esta y de otra iniciativa de referencia, el programa Montaña Segura. En el acto, celebrado en Zaragoza coincidiendo con las III Jornadas de Seguridad en Montaña, la consejera de Presidencia, Tomasa Hernández, dijo que Aragón se convirtió hace un cuarto de siglo "en una referencia internacional en lo que se refiere al rescate".  "Debemos renovar casi cotidianamente nuestro compromiso con la seguridad en la montaña, donde cada actuación, cada consejo o cada prevención puede suponer salvar una vida". 

El reconocimiento se hizo extensivo a la campaña de prevención de accidentes en el medio natural fruto de un convenio de colaboración entre el Gobierno de Aragón, Aramón y la FAM, cuyo principal objetivo es evitar los accidentes, educando en seguridad. En sus inicios, gracias a una red de más de 250 voluntarios, se consiguió mediante encuestas conocer los perfiles de los montañeros, profundizar en cuáles son las principales carencias en seguridad e identificar las zonas de mayor dificultad. 

En la actualidad, más de 700 personas integran la Red de Informadores Voluntarios, que llega a más de 380 puntos de Aragón, donde se informa y educa en seguridad en montaña a los visitantes. La campaña apuesta, además, por otras dos líneas de trabajo: actuaciones educativas con menores y divulgación virtual de consejos y materiales a través de su página web y redes sociales.

En el acto se reconoció a la Fundación Ibercaja, el Instituto Aragonés de la Juventud, Aramón, el Gobierno de Aragón y la Federación Aragonesa de Montañismo por su contribución a la campaña Montaña Segura. También a entidades y personas que ayudaron a la creación del servicio de rescate medicalizado y siguen comprometidos con él, como los Grupos de Rescate de la Guardia Civil de Aragón, la Unidad Aérea de Huesca, el 061 Aragón, la Asociación de Medicina de Montaña José Ramón Morandeira, la Universidad de Zaragoza, la FAM y el Club de Montaña Peña Guara de Huesca.

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