Los turistas madrugan para entrar al Parque de Ordesa tras el cierre del viernes
Las colas se han repetido este sábado a primera hora de la mañana pero no se ha alcanzado el cupo de 1.800 personas en la Pradera, por lo que no se ha tenido que cerrar el acceso.
Por segundo día consecutivo el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha recibido un aluvión de turistas aprovechando el puente festivo del Pilar y, aunque se ha rozado el máximo de visitas permitidas, no ha sido necesario cortar los accesos al valle de Ordesa, como ocurrió el viernes.
Quienes querían disfrutar del espacio protegido han madrugado hoy incluso más. A las siete y media de la mañana ya se circulaba en caravana hacia Torla y ha habido que hacer largas colas para sacar el billete de los autobuses lanzadera a la Pradera.
El servicio de transporte público desde el centro de visitantes de Torla se reanudó el jueves y funcionará hasta el domingo 15 de octubre, por lo que se impide el acceso con vehículo privado. También estará operativo los siguientes fines de semana de este mes: del 20 al 22 y del 27 al 29.Hay salidas desde las 6.00 hasta las 8.00 cada media hora y el resto cada 15 o 20 minutos.
A diferencia de lo ocurrido el viernes, hoy no ha sido necesario cortar el paso ya que no se ha llegado a los 1.800 visitantes simultáneamente en la Pradera. Según fuentes de la plantilla, se ha rozado esa cifra, pero sin alcanzar el cupo máximo permitido.
No obstante, la afluencia ha seguido siendo masiva, y no solo en este sector del Parque Nacional, el más frecuentado, sino también en otros valles vecinos, como el de Bujaruelo. Un trabajador ha comentado que las imágenes difundidas ayer de las colas y la noticia del cierre de la entrada antes de las 10.00 ha podido favorecer que los visitantes hayan llegado antes o hayan optado por visitar otros puntos del espacio protegido.
El valle de Ordesa es el sector más masificado y con más tirón, con unos 225.000 turistas al año, según datos del 2021, pero el Parque Nacional cuenta con una superficie de más de 15.000 hectáreas y hay muchos otros lugares donde se puede disfrutar de sus atractivos. El sector de Pineta ronda los 180.000; Añisclo, unos 140.000; y Escuaín, 50.000. Precisamente uno de los retos del parque es diversificar las visitas, para lo que se están mejorando los accesos a los otros valles.
El viernes los visitantes tuvieron que soportaron largas colas para sacar el billete de autobús en Torla, esperas de hasta 3 horas para llegar a la Pradera, atascos de tráfico, coches aparcados en la carretera y, además, muchos se quedaron sin poder acceder al espacio protegido al colgarse el cartel de completo. "No lo habíamos visto nunca así", comentaban trabajadores del parque.
En los últimos años, el Parque Nacional ha asistido a un repunte de las visitas durante la estación de otoño. A esta tendencia se ha sumado el largo puente festivo en todo el país y el buen tiempo, que ha llenado casi al cien por cien los alojamientos en todas las comarcas del Pirineo. Además, la entrada a otros sectores del Parque Nacional, el cañón de Añisclo, se ve dificultado por las obras, lo que ha contribuido a concentrar las visitas en el valle de Ordesa.
