Trazado del nuevo carril bici en Huesca: ¿Por dónde tengo que pasar?

La implantación de los 4 km de vías ciclables en la ciudad, además de protestas por la supresión de aparcamientos, provoca la confusión de los vecinos por la superposición de las marcas viales.     

Señales confusas sobre la calzada y las aceras en la avenida Martínez de Velasco de Huesca.
Señales confusas sobre la calzada y las aceras en la avenida Martínez de Velasco de Huesca.
Heraldo.es

Discurre por la calles, por encima de los pasos de cebra y sobre aceras recién construidas. Nada detiene su avance. El trazado de los nuevos 4 kilómetros de carril bici en Huesca ha pasado de provocar protestas por la supresión de aparcamientos a sembrar la confusión entre los peatones y ciclistas que, de momento, no saben por dónde tendrán que pasar para no incumplir la normativa o no toparse unos con otros. Sin hablar de las tortugas que han empezado a poblar las vías como elemento que delimita los caminos. 

La superposición de las marcas viarias ha dibujado un auténtico galimatías en algunos tramos, especialmente en la avenida Martínez de Velasco, que asombra e intimida. En su momento ocurrió algo parecido con el paso de cebra 'más largo del mundo', que se pintó en 2013 entre las calles Gil Cávez y Antonio Angulo Araguás, (entonces ronda Estación). Ahí sigue, con 48,8 metros de una acera a otra, y también con carril bici.

El trazado de los nuevos tramos ciclables se ha convertido en pasto de las redes sociales, que critican que, según la traza, los peatones deben ceder el paso a las bicis, los pasos de cebra están en las aceras y las curvas tienen el nivel del circuito de Montmeló o forman un ángulo de 90 grados.    

Todos se preguntan quién se ha encargado de un diseño que, tal como está, crea un sinfín de dudas. Bien es cierto, como ha señalado la concejala de Urbanismo, María Rodrigo, que falta la señalización, no se sabe si horizontal o vertical, que guíe a cada ciudadano, según vaya en bicicleta, patinete, a pie o en coche. 

También sorprenden las plataformas que se están construyendo en las paradas del autobús urbano afectadas por el paso del carril bici. La calzada se ha elevado, cubierto con hormigón y pintado de rayas blancas, como un paso de cebra. Se trata de una extensión sobre la cual los usuarios del transporte público deberán esperar, ya que el bus no podrá acercarse a la acera (lo impide el carril bici), y los ciclistas deberán cruzar con extremo cuidado. Eso sí, los viajeros podrán subir con más facilidad al autocar.   

En todo caso, el proyecto recoge que dicho diseño ha tenido en cuenta criterios de seguridad y visibilidad en los cruces de calles y rotondas, y que se ha priorizado el tránsito ciclista y del transporte publico colectivo frente al resto de tráfico a motor. Para ello, se ha evitado la existencia de elementos voluminosos (estacionamiento, cargo y descarga, contenedores o mobiliario urbano) en los metros previos a las intersecciones que dificulten la visibilidad, y por otro lado se ha resaltado visualmente el itinerario de las bicis con el fin de alertar a quienes van al volante de un vehículo a motor de posibles cambios de dirección del carril para velocípedos. 

Asimismo, se hace constar que el carril bici está planificado y construido retirando espacio a los coches "ya sea a costa de plazas de aparcamiento en superficie o de carriles dedicados a la circulación de automóviles". En ningún caso se hace a expensas de zonas dedicadas al uso peatonal, o solo cuando estas están sobredimensionadas, como ocurre con Martínez de Velasco.

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