El otoño apenas alivia la sequía en los embalses al dejar un 20% menos de lluvia

Las precipitaciones anunciadas para estos días resultan insuficientes dadas las escasas reservas. La central de Mequinenza finalmente no ha tenido que parar la producción hidroeléctrica.

El árido paisaje de Yesa contrastaba este jueves con la lluvia y la presencia de algunos bañistas que aprovechaban el bajo nivel de las aguas para disfrutar de las antiguas termas.
El árido paisaje de Yesa contrastaba este jueves con la lluvia y la presencia de algunos bañistas que aprovechaban el bajo nivel de las aguas para disfrutar de las antiguas termas.
Verónica Lacasa

El otoño, la estación de lluvias por excelencia, no ha conseguido resolver la grave sequía que sufre la cuenca del Ebro, cuyos embalses siguen muy por debajo de la media para esta época. El año hidrológico acabó el 30 de septiembre con un 37% de reservas y dos meses después apenas ha subido al 38%, cuando en estas fechas del 2021 el porcentaje era del 54% y el promedio del último lustro, del 58%. Y es que las precipitaciones de octubre y noviembre solo han sumado 92 litros por metro cuadrado, un 20% menos que las de los 20 años anteriores, según la red del Sistema de Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH).

El otoño no ha acabado y este jueves entró una nueva borrasca que dejará lluvias durante los próximos días, aunque los agricultores advierten de que "todavía queda mucho hueco por llenar". Las precipitaciones fueron generalizadas pero de menor intensidad que en otros puntos del país. En Aragón afectaban sobre todo al Pirineo, con una previsión de hasta 40 litros.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) reconoce en el informe mensual de indicadores de la sequía que con la campaña de riego ya finalizada, "la preocupación actual es la recuperación de las reservas". Estas partían de una situación "muy deficiente" a final de verano, señala, sin ocultar que la escasez de agua embalsada "puede lastrar la próxima campaña y hacer peligrar los riegos de invierno". Las predicciones de lluvia de la Aemet barajadas por la CHE para diciembre, enero y febrero indican, con una probabilidad de 80%, que estarán en valores medios o inferiores.

Abastecimientos garantizados

De momento los efectos de la sequía son sobre todo económicos, en el campo. Se puede cumplir con los caudales ecológicos, y los grandes sistemas de abastecimiento tienen una situación "robusta" y están garantizados, según la CHE. El Ayuntamiento de Huesca tuvo que tomar medidas por la escasa reserva en el embalse de Vadiello (sigue en un 11%), pero no afectan a los usos domésticos y dispone de otra fuente de suministro.

La margen derecha del Ebro, normalmente en precario, continúa en situación de normalidad, en contraste con los grandes embalses de la margen izquierda, donde sigue la sequía, pese a mejorar algo las reservas. El río Aragón es el que mejor lo refleja. Desde agosto está en situación de emergencia por la falta de agua en la presa Yesa, que en los dos meses del otoño ha pasado del crítico 12% a un escaso 19%.

"Algo hemos mejorado, pero la situación es de incertidumbre y preocupación. La recuperación de Yesa es insuficiente", afirma José María Vinué, presidente del Canal de Bardenas. Lo único positivo es que en la zona regable ha llovido para hacer tempero en las siembras de invierno.

Los regantes afrontaron el otoño conscientes de la dificultad de recuperar unos embalses en situación crítica, en una de las sequías más graves de las últimas décadas, y la estación húmeda ha traído menos lluvias de las previsibles. Ls esperanzas están puestas en la nieve (por ahora menos abundante que en otras campañas) y el deshielo primaveral para garantizar agua en la campaña del 2023. "De momento pedimos a nuestros regantes que sean prudentes porque seguimos en emergencia. No les podemos decir qué tienen que sembrar, pero les aconsejamos una buena planificación porque no sabemos qué pasará en invierno y primavera con los embalses de cara a las cosechas de verano", indica José María Vinué.

La intercuenca Gállego-Cinca tampoco abandona el estado de alerta, con Mediano al 31% (al 16% a finales de septiembre) y La Sotonera al 30%, prácticamente igual que hace dos meses (29%). Por su parte, el Noguera-Ribagorzana se mantiene en prealerta. Su gran embalse, Canelles, el mayor del Pirineo, apenas ha variado del 28 al 29%.

Menos kilovatios

Otra de las grandes, Mequinenza, se encuentra a solo una cuarta parte de su volumen total de 1.533 hm3. Se temía que a mediados de noviembre, por primera vez desde que se construyó en 1966, Endesa tuviera que parar la central hidroeléctrica por falta de agua. Sin embargo, las lluvias caídas principalmente en la margen derecha del Ebro, en el Matarraña, y en menor medida en el Pirineo han permitido seguir turbinando. Tampoco se ha tenido que dejar de producir en las de Pont de Montañana y Escales. "La situación crítica se ha salvado", indican desde la empresa.

No obstante, la caída de la producción es notable. Endesa la cuantifica en un 33% en Aragón y Cataluña respecto a la media del periodo 2012-2021. Solo en el Noguera-Ribagorzana ha bajado un 27% frente al 2021 y en el caso de Mequinenza, un 21%.

Quejas de los regantes por la escasa regulación

Sequías como las de este año demuestran, según los regantes, la necesidad de seguir ejecutando obras de regulación. Que no solo son útiles para las épocas de escasez, también para laminar avenidas evitando los daños de las inundaciones, aclara el presidente de la Federación de Regantes del Ebro, César Trillo.

"La recuperación de los embalses habrá que fiarla al deshielo y a las lluvias de la próxima primavera"

La capacidad de regulación de la cuenca resulta "claramente insuficiente", en su opinión, y más si se compara con otras del resto del país. Para justificar su afirmación se remite a los datos facilitados por la presidenta de la CHE, María Dolores Pascual, en el último Consejo Nacional del Agua. Actualmente, en un año medio, las infraestructuras hidráulicas son capaces de regular el 53% de las aportaciones del Ebro. Ese porcentaje aumentará al 59% cuando concluyan los cinco embalses en construcción: uno en Soria (San Pedro Manrique) y cuatro en Aragón (recrecimiento de Yesa, Santolea, Almudévar y Mularroya).

"Como el Ebro solo está el Duero, el resto llegan incluso a superar el 100% de regulación, y el Segura alcanza el 186%, porque se aprovechan los ciclos buenos para hacer una regulación hiperanual que el Ebro no tiene, ni siquiera anual. Nuestro embalse extra es la nieve, pero que tiene un comportamiento irregular", asegura el presidente de la Federación de Regantes, quien recuerda su gran batalla en el debate del Plan Hidrológico de la Cuenca 2022-2027 para que no se cerrara el paso a nuevos embalses.

Trillo valora que la margen derecha, el Jalón, el Matarraña o el Guadalope, están en buena situación, pero en la izquierda resulta "preocupante" llegar a la Navidad con tan escasas reservas, "porque el periodo de lluvias, por estadística, va del 20 de septiembre al 20 de diciembre, y apenas ha llovido y ha caído poca nieve".

Confía en romper la tendencia, pero cree que todo dependerá de que sea un buen invierno en cuanto a la reserva nival, "porque la recuperación de los embalses habrá que fiarla al deshielo y a las lluvias de la próxima primavera".

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