La falta de reservas obligará a Endesa a parar la central hidroeléctrica de Mequinenza

Si no llegan las lluvias, la compañía cesará la producción de electricidad por primera vez desde que se contruyó en 1966.

Embalse de Mequinenza, con apenas reservas, el pasado mes de octubre.
Embalse de Mequinenza, con apenas reservas, el pasado mes de octubre.
Pilar Sariñena

Por primera vez desde que se construyó en 1966, la central hidroeléctrica de Mequinenza podría dejar de producir electricidad en apenas quince días por falta de agua. Solo unas "lluvias abundantes" podrían evitar el cese de la actividad a mediados de noviembre, según aseguraron ayer fuentes de la compañía, que reconocieron, sin embargo, que lo cierto es que las previsiones meteorológicas no incluyen precisamente fuertes precipitaciones.

La sequía -y las altas temperaturas- han dejado en mínimos las reservas de este embalse, el más grande de Aragón y el quinto de mayor capacidad de España, que almacena actualmente, según el informe de ayer de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), apenas 346,456 hectómetros cúbicos, con lo que se encuentra solo a un 23% de los 1.530 hm³ que alcanza su volumen total. Desde el organismo de cuenca confirmaron que estas cifras sitúan las reservas actuales en el nivel más bajo "o uno de los dos más bajos" de la serie histórica de este pantano, que funciona desde hace 56 años.

Según detallaron fuentes de la compañía energética, la producción acumulada por la central hidroeléctrica a cierre del pasado mes de septiembre fue de 360 GWh, lo que supone el 67% frente al acumulado a septiembre de un año medio que se situaría aproximadamente en 534 GWh). La cifra es, asimismo, muy inferior a la producción media histórica de Mequinenza, que, según los datos facilitados por Endesa, alcanza los 710 GWh al año (710.000 MWh/año), mientras que la media anual de los últimos los últimos 20 años es algo más baja: 674 GWh.

La central situada en este embalse, conocido también como Mar de Aragón y situado en Mequinenza, localidad zaragozana de la comarca del Bajo Cinca, no es la única que atraviesa esta delicada situación. Si no llueve, también se podrían parar las centrales catalanas de Talarn y Gavet de la Conca y las ribagorzanas de Pont de Montañana y Escales, según avanzó el jefe del centro de producción de la compañía, Ángel García, en una entrevista con la Agencia Catalana de Noticias (ACN), en la que aseguró que la complicada situación comenzó a darse ya en 2021, "que ya fue muy seco", aunque entonces las reservas de los embalses permitieron cerrar el ejercicio de una forma "correcta.

El escenario ha sido muy distinto durante este 2022, en el que apenas ha caído una gota, con un invierno especialmente seco y unas intensas olas de calor que se sucedieron una tras otra durante todo el verano. Todo ello, explicó el representante de la compañía energética, ha provocado una caída de reservas y ha motivado que el ejercicio actual sea "uno de los peores años de la serie histórica". De hecho, según sus cálculos, habría que remontarse hasta a 1989 para encontrar una situación tan delicada, con una producción del -32% en relación con la media de los últimos 10 años.

La central de Mequinenza no es la única de las situadas en la cuenca del Ebro que se ve obligada a cesar la producción de electricidad por la falta de reservas. Ya en el mes de agosto, recordaron ayer desde la CHE, Acciona se vio obligada a parar su central de Rialb, en Lérida, porque las reservas del pantano que le da nombre se encontraba apenas al 6%. Y todavía no ha vuelto a entrar en funcionamiento.En cualquier caso, el cese de la actividad de la centrales -que paran en distintas ocasiones para labores de mantenimiento- no es perceptible porque el sistema energético funciona como un conjunto.

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