La Cartuja de Las Fuentes ya cuenta con un centro de acogida de visitantes

El nuevo espacio, que pendiente de amueblar y que se estrenará en primavera, ocupa las antiguas porterías del recinto monacal. Su rehabilitación ha supuesto una inversión de 500.000 euros.

La Cartuja de Las Fuentes ya cuenta con un centro de acogida de visitantes
La Cartuja de Las Fuentes ya cuenta con un centro de acogida de visitantes
Ainhoa Valladolid

La Diputación Provincial de Huesca ha convertido las antiguas porterías de la Cartuja de Nuestra Señora de Las Fuentes, ubicada en Sariñena, en un centro de acogida de visitantes, con zona de descanso, espacio para actividades grupales y aseos. La inversión ha sido de 500.000 euros.

Para su estreno, todavía resta amueblar el edificio, que estará listo en un plazo de entre cuatro y cinco meses, lo que permitirá que entre en uso durante la próxima primavera, según ha explicado este martes la vicepresidenta de la DPH, Elisa Sancho, justo después de firmar el acta de recepción de las obras de la fase concluida. A través de esta nueva intervención, "se busca -ha dicho- mejorar la experiencia del visitante y favorecer el conocimiento y difusión del monumento".

Según ha explicado Sancho, cada vez son más las personas que se acercan hasta el conjunto monacal, donde el programa de visitas convive con las continuas actuaciones de mejora. Desde 2017, cuando se estableció un horario de apertura, casi 22.000 personas han hecho uso del programa de visitas guiadas. El boca a boca ha hecho que hasta aquí lleguen turistas de fuera y dentro de la Comunidad, pero también personas originarias de Japón, Argentina, Alemania, Brasil, Colombia o Hungría.

Hace menos de una década, la actividad y estado actual del monumento era inimaginable. El agujero del chapitel de su torre campanario era el signo más evidente de su progresivo deterioro. Con su adquisición, la DPH ha devuelto el enclave a la vida, consolidando cada uno de los edificios, mejorando sus servicios y actuando en el mayor de sus tesoros, las pinturas de fray Manuel Bayeu, cuñado de Goya, que ocupan más de 2.500 metros cuadrados de muros y techos. Desde su adquisición, la institución provincial ha invertido ya más de 4 millones de euros en la rehabilitación del enclave y además, lo ha convertido en el centro de algunas de sus actividades culturales. Aquí actuaron este verano Antonio Orozco, Miguel Ríos y Manu Chao.

"Te tienes que frotar los ojos al entrar. Todo esto estaba en ruinas. La apuesta de la DPH ha sido valiente y decidida", ha señalado el alcalde de Lanaja, Gerardo Castillo, sin poder evitar emocionarse al entrar a las dependencias recién acondicionadas. A una distancia de tan solo cinco kilómetros, sus vecinos están muy ligados a este enclave.

La empresa Damarim ha sido la encargada de rehabilitar las antiguas porterías, que son la puerta de entrada al conjunto monacal y que están divididas en dos edificios. Las plantas bajas de ambos han sido rehechas, conservando la fachada y revalorizando los elementos tradicionales, según ha explicado la arquitecta de la DPH, Laura Puyal. "Hemos intentado dotarlo de comodidades, pero conservando su esencia y uso original, ya que fue concebido como punto de acogida y hospedería", ha señalado. El ala izquierda del edificio incluye un espacio de descanso de los visitantes y permitirá el desarrollo de actividades grupales informativas.

Además de estos trabajos, en la planta superior de ambos lados se han habilitado sendos apartamentos de un dormitorio para alojar a personal que realice tareas de investigación o restauración en el monumento.

Al margen de esta nueva obra, la DPH sigue trabajando en la segunda fase de restauración de las pinturas de fray Manuel Bayeu, que afectan a la tribuna de la iglesia y que suponen una inversión de 247.000 euros. Su finalización está prevista "antes de que finalice el año", ha indicado Sancho. A ello, se sumará además en el mismo plazo la llegada de suministros de agua potable y energía eléctrica a todo el recinto.

De forma paralela, también se está procediendo a la consolidación del edificio de obediencias, que, según ha dicho Sancho, podrá tener diferentes usos, desde hospedería hasta acoger aulas de formación o talleres. Y todo con el mismo fin: "conservar el valor patrimonial de la Cartuja y, al mismo tiempo, convertirla en un motor de desarrollo para Los Monegros", ha subrayado.

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