Huesca

La Audiencia admite ideas delirantes en el guardia civil de Huesca que apuñaló a un compañero y rebaja la pena a 10 años

El tribunal aprecia una alteración psíquica en el acusado pero no lo suficiente como para absolverlo e internarlo en un centro psiquiátrico. 

Juicio contra el guardia civil que apuñaló a un compañero y a la hija de este en plena calle en Huesca.
Verónica Lacasa

La Audiencia Provincial de Huesca ha condenado a José Luis Escarabajal Escuer, el guardia civil que apuñaló casi hasta la muerte a un compañero y a su hija en plena calle en la capital oscense, a 10 años de prisión como autor de un delito de tentativa de asesinato con alevosía y ensañamiento y otro de lesiones. El tribunal le rebaja la condena solicitada por la acusación particular al aplicar la eximente incompleta de alteración psíquica. 

La acusación particular llegó a solicitar 25 años de prisión, pero el tribunal la reduce al reconocer que el acusado, entonces de 49 años, padecía un trastorno delirante de tipo persecutorio, según informes de los psiquiatras y los forenses. Según creía, era víctima de una conspiración por parte de la Guardia Civil, que lo vigilaba, envenenaba y acosaba. Veía a su víctima, Jesús J. L., su vecino y también agente, como una pieza de esa trama, encargado de verter desde el piso de arriba sustancias tóxicas en las tuberías o proyectar radiaciones. 

Como piezas de convicción, la sentencia destaca dos cuadernos que escribió relatando lo que él suponía que eran actos de acoso, vigilancia o envenenamiento: un nudo marinero para impedirle arriar la bandera, la colocación de una cámara en su televisor o mensajes amenazantes de Youtube. Incluso cuando la Policía entró a registrar su casa y vieron pesas en los extremos de la cama, les dijo que eran para evitar ondas espías.

"Su conducta se vio influida por esta creencia falsa", señala la Audiencia, pero en el momento de los hechos no se encontraba en un brote psicótico, por lo que aplica una eximente incompleta, en la línea de lo solicitado por el fiscal (tras el juicio, rebajó su petición inicial de 20 años de prisión a 12). 

"La afección disminuía sus capacidades volitivas pero no las anulaba", aclaran los magistrados, rechazando la eximente completa de alteración psíquica, como solicitó la defensa, representada por la abogada Arantxa Guarga, quien pidió la absolución de su cliente y su internamiento en un centro psiquiátrico adecuado a su patología. Por su parte, la acusación particular, ejercida por los letrados Enrique Trebolle y Carmen Cifuentes, mantuvieron su solicitud inicial de 25 años de prisión.

Escarabajal estaba de baja laboral desde 2019 por "ansiedad" y había cursado bajas por depresiones varias veces desde 2004. La Guardia Civil le había retirado el arma oficial y su pistola particular. 

Según la sentencia, los hechos ocurridos el 2 de mayo de 2020 deben considerarse una tentativa de asesinato, no lesiones agravadas. La conducta desplegada por el acusado contra el otro agente, con el que nunca había trabajado (pertenecían a distintos departamentos y no tenían una relación especial), aunque eran vecinos, evidencia la intención de acabar con su vida. Cuando este salió con su hija a pasear al perro por la avenida de Martínez de Velasco, lo atacó "de manera sorpresiva, por la espalda, con un arma mortífera". Dirigió además sus ataques contra partes vitales (la primera cuchillada en la nuca y las inmediatamente posteriores al cuello), agrediéndolo repetidamente.

"Además, se dirige a la víctima con expresiones que denotan su desprecio por la vida del agredido, tal como '¿te gusta?', que en el contexto de un ataque de este tipo lo que denota es una ironía macabra. Y llega a decirle, sin tapujos, 'te voy a matar'", indica la sentencia. Menciona también que, tras las primeras cuchilladas, continuó con el acometimiento, sin que le hiciera cesar en su conducta la oposición desplegada por la hija del agredido. Este recibió 13 puñaladas, las últimas cuando ya estaba indefenso y prácticamente inconsciente; y la chica, cuatro. El ataque cesó por la acción de los viandantes. Escarabajal cerró la navaja y la guardó en un bolsillo, mientras los testigos lo reducían y lo ataban con una comba.

Se considera que actuó con alevosía, por la espalda, de manera súbita y sin dar tiempo a la víctima a reaccionar. Y con ensañamiento. El lesionado, entonces de 51 años, tardó 213 días en curar y presenta estrés postraumático. Sigue en tratamiento. Su hija, también con secuelas psicológicas, toma ansiolíticos y antidepresivos y recibe terapia psicológica para que integre el episodio en su vida.

El fallo menciona la declaración de la forense en el juicio. Según esta, la situación de la víctima fue crítica, incluso rozando la muerte, y si la asistencia sanitaria no hubiera sido rápida, podría haber fallecido. El hecho de que el Hospital Universitario San Jorge estuviera en las inmediaciones resultó providencial. 

La condena es de 9 años de prisión por la tentativa de homicidio a la víctima principal, y de un año y nueve meses por las lesiones, agravadas por el empleo de medios peligrosos y alevosía, a la hija. Además, deberá pagar sendas indemnizaciones de 150.000 y 40.000 euros. Y no se podrá acercar a ellos durante 19 años en el caso del padre y seis, en el de la hija.