El fiscal rebaja de 20 a 12 años la petición para el guardia civil que apuñaló a un compañero por una alteración psíquica

La acusación particular ejercida por Enrique Trebolle mantiene su solicitud de 25 años de prisión, mientra que la defensa, representada por Arantxa Guarga, pide la absolución y el internamiento psiquiátrico de su cliente.

Juicio contra el guardia civil que apuñaló a un compañero y a la hija de este en plena calle en Huesca.
Juicio contra el guardia civil que apuñaló a un compañero y a la hija de este en plena calle en Huesca.
Verónica Lacasa

El juicio contra José Luis E. E., el guardia civil que apuñaló gravemente a un compañero y a la hija de este, ambos vecinos suyos de edificio, en plena calle en Huesca ha quedado visto para sentencia este jueves en la Audiencia Provincial. Después de tres días de declaraciones del acusado, las víctimas, los testigos y los peritos, la Fiscalía ha decidido rebajar su petición inicial de 20 años de prisión a 12 por los delitos de intento de asesinato y de lesiones al aplicar la eximente incompleta por alteración psíquica. La acusación particular, ejercida por los letrados Enrique Trebolle y Carmen Cifuentes, han mantenido su solicitud inicial de 25 años de prisión. Mientras, la defensa, representada por la abogada Arantxa Guarga, ha pedido la absolución de su cliente por una eximente completa de alteración psíquica, y su internamiento en un centro psiquiátrico adecuado a su patología. 

El fiscal del caso ha solicitado por el delito de intento de asesinato del guardia civil que recibió 13 navajazos una pena de 9 años y 11 meses de prisión, la prohibición de aproximación y comunicación a la víctima por 1.000 metros y por un tiempo de 19 años, así como la libertad vigilada durante 10 años; y respecto al delito de lesiones con arma por la agresión a la hija, que sufrió cuatro puñaladas, una pena de 1 año y 11 meses de prisión, la prohibición de aproximación y comunicación por un tiempo de 6 años y 11 meses, y una medida de libertad vigilada de 5 años. 

Mientras, la letrada defensora ha modificado también sus conclusiones preliminares para tipificar los hechos como sendos delitos de lesiones con instrumento peligroso con la aplicación de la atenuante de reparación del daño y la eximente completa por anomalía o alteración psíquica. Alternativamente plantea una eximente incompleta con penas que suman 3 años de prisión.

Varios expertos sostienen que actuó "en defensa propia" por su delirio

En esta tercera y última sesión del juicio, los cuatro psiquiatras llamados a declarar por la defensa han coincidido en afirmar que el acusado es "altamente inimputable" y que actuó "en defensa propia" ya que, debido al delirio persecutorio crónico o a una esquizofrenia paranoide -según cada especialista- que viene sufriendo desde hace 15 años, "estaba plenamente convencido de que el vecino era su perseguidor y que quería envenenarle y matarle". Además, todos ellos creen que atacó a la víctima "porque era guardia civil, por nada más, y porque tuvo la mala suerte de encontrarse en la calle con él aquel día; si no hubiera vivido en el piso de arriba no le hubiera pasado nada". Opiniones que difieren con los peritos judiciales que declararon el martes y que aseguraron que tenía las facultades mentales alteradas "pero no totalmente".

La psiquiatra que le trata ahora cada tres meses derivado de la cárcel de Logroño ha asegurado que pese al tratamiento que le dispensan "no ha habido mejoras, sigue absolutamente convencido de que le quieren envenenar y de que le están persiguiendo". Por ello, considera que necesita un tratamiento más continuo.

Para estos expertos, el confinamiento por la pandemia unido al abandono de la medicación y del cese de las consultas psiquiátricas provocó que su estado "empeorara". "No era un paciente agresivo, era una persona muy buena y educada. Se lo tragaba todo y quizá fue ese el problema, hasta que al final estalló como una bomba atómica", ha señalado el último psiquiatra que le atendió antes del inicio de la pandemia. 

Para dos psiquiatras que examinaron al acusado unas pocas semanas después de los hechos, la agresión fue "una forma de liberarse porque en su cabeza lo estaban acosando y tenía un miedo terrible así que estalló en un momento de ira y de furia perdiendo totalmente el juicio". "Fue la máxima expresión de la locura absoluta", han resumido. 

Ambos también han pedido su internamiento en un centro psiquiátrico y no en una cárcel normal, aunque han advertido de que sufre una enfermedad crónica "que se no cura, aunque con tratamiento y terapia esos delirios se pueden quedar latentes"

Graves secuelas físicas y psicológicas de las víctimas

Por otra parte, una psiquiatra y una psicóloga sanitaria aportadas por la acusación particular han insistido en que el agredido presenta un trastorno de estrés postraumático y que por ello continúa en tratamiento. Respecto a la chica, le han diagnosticado un trastorno adaptativo ansioso por un evento traumático con un tratamiento de medicamentos antidepresivos y antisicóticos y han recalcado que las graves secuelas psicológicas que sufre "permanecerán mucho tiempo". Además, un neurólogo y un cirujano han explicado las secuelas físicas que presenta el guardia civil apuñalado.

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