Un juez absuelve al ganadero acusado de afeitar los toros en el mano a mano de El Juli y Ponce en Huesca

La ganadería de Vellosino, cuya corrida se celebró el 12 de agosto de 2018, recurrió el expediente sancionador. Es la segunda vez que consigue anular una sanción por una lidia en la feria de San Lorenzo.

Imagen de la polémica corrida del 12 de agosto del 2018 con el mano a mano de El Julio y Ponce (en la foto).
Imagen de la polémica corrida del 12 de agosto del 2018 con el mano a mano de El Julio y Ponce (en la foto).
Pablo Segura

El juzgado de lo contencioso administrativo número 4 de Zaragoza ha anulado la resolución que sancionaba a la ganadería de Vellosino por un delito de manipulación de astas en la corrida lidiada en Huesca el 12 de agosto de 2018, según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso la agencia EFE.

El ganadero, Manuel Núñez, ha afirmado a través de un comunicado que, además del fallo a su favor en la demanda interpuesta contra el Departamento de Presidencia del Gobierno de Aragón, ha quedado evidenciada "la ilegalidad del procedimiento" de análisis de astas.

"Ha encontrado indicios, incluso, de manipulaciones de las mismas una vez depositadas en las cajas de custodia, por lo que estamos seguros que todo este proceso que hemos vivido durante los últimos dos años se ha debido a temas personales contra nosotros", asegura el propietario de este hierro salmantino.

Por todo ello, además de quedar acreditado que aquella corrida se lidió "con las defensas íntegras", los propietarios de la ganadería tomarán medidas en el orden jurisdiccional penal "por presunta prevaricación administrativa de los responsables de tramitar el procedimiento sancionador en un primer momento a esta ganadería, y así respondan por los daños de imagen ocasionados a esta divisa".

La corrida de Vellosino del 12 de agosto de 2018 en Huesca fue lidiada, mano a mano, por Enrique Ponce y El Juli. Al término de aquella tarde se inició el procedimiento para analizar las astas de los seis toros lidiados por sospechas de manipulación o "afeitado", que se dice en la jerga taurina.

Al cabo de los días se confirmaba dicha manipulación desde la Oficina Centra de Asuntos Taurinos de la Policía Nacional de Madrid, a cuyo laboratorio se enviaron las astas para su análisis, pero, dos años después, la ganadería ha quedado exculpada de este presunto delito que podría haber supuesto una sanción que, en algunos casos, supera los 100.000 euros. 

Segundo recurso que gana por una corrida en Huesca

En el 2015, esta misma ganadería fue expedientada tras la Feria Taurina de San Lorenzo de Huesca por la manipulación de las astas de dos toros. Pero Vellosino recurrió y no hubo sanción.

La Oficina Central de Asuntos Taurinos de la Policía Nacional de Madrid, a cuyo laboratorio se enviaron las muestras, confirmó en diciembre del 2018 que las astas estaban manipuladas. Los resultados así como la documentación y las actas del festejo en cuestión se enviaron a la Delegación Territorial del Gobierno de Aragón en Huesca, con competencias en la materia, para que iniciara el expediente sancionador según el Reglamento Taurino de Aragón.

Fue un caso muy sonado porque se trataba del afeitado de las astas de los seis toros, un caso que es prácticamente inédito en España, indicó entonces el presidente del Colegio de Veterinarios de Huesca, Fernando Carrera, quien dijo que en Francia, si se demuestra el fraude, a la ganadería se le prohíbe volver a esa plaza en dos años.

Según explicó, el equipo de veterinarios que el 12 de agosto estaba en la plaza, que ya había visto los toros a su llegada a los corrales dos días antes (y advirtieron al ganadero), así como la presidenta del festejo de esa tarde, Carolina Chaves, y el delegado del coso, de la Unidad Adscrita de la Policía Nacional en Aragón, decidieron coger muestras de los pitones una vez que los animales estaban en el desolladero.

Las astas de los toros se afeitan para restarles poder ofensivo, ya que los cuernos son decisivos en el sentido de la orientación de estos animales. El objetivo de esta manipulación es, según los expertos, que los toreros tengan más seguridad porque a veces, de esos dos o tres centímetros de cuerno depende que se enganchen o no. Curiosamente, cuando el diestro sufre una cornada, dijo entonces el veterinario, "es peor que le coja un toro con las astas afeitadas porque la entrada es más grande, no como la del cuerno, que entra y sale, como una aguja". 

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