¿Quién y por qué se accidentó en las montañas de Aragón en el año de la covid?
Un estudio analiza los efectos de la pandemia en los percances en las actividades al aire libre. El 2020 se cerró con 361 salvamentos y 491 personas auxiliadas, más de lo esperado por los confinamientos.
El año de la pandemia apenas se notó en las cifras de rescates realizados en Aragón por el Servicio de Montaña de la Guardia Civil. Se esperaba una disminución más acusada, por los meses de estricto confinamiento y las restricciones a la movilidad, pero apenas se redujeron un 13% respecto a la media de los últimos cinco años. Eso sí, por primera vez en ese periodo el Greim realizó menos de 400 auxilios a practicantes de actividades al aire libre.
Un estudio de la campaña Montaña Segura difundido este miércoles analiza los rescates teniendo en cuenta el calendario de la covid y el cambio en los hábitos del verano de 2020. El estado de alarma y el confinamiento se prolongaron del 14 de marzo al 20 de junio, la desescalada permitió cierta relajación y la nueva normalidad se recuperó del 21 de junio al 25 de octubre, seguida de otro estado de alarma sin movilidad entre provincias ni comunidades.
Esto, traducido a cifras, supuso 361 rescates de montaña en Aragón en 2020, con 491 personas auxiliadas, 53 y 69 menos que en 2019, respectivamente. Comparándolo con un periodo más largo, 2015-2019, la disminución en el año de la covid fue solo del 13%. Para explicar el porqué, el informe hace referencia a las excepcionales circunstancias del verano. Por un parte, el aumento del paro condicionó la duración y destino de las vacaciones. Por otro, la movilidad internacional seguía limitada. "Muchos españoles descartaron realizar viajes al extranjero, y los ciudadanos de otros países también viajar a España". A ello se suma, "el inevitable miedo al contagio" y la búsqueda de destinos no masificados con actividades al aire libre. Las zonas de montaña cumplían ambos requisitos.
Así, aumentó el turismo de cercanía y la ocupación de las segundas residencias y de los alojamientos no compartidos. Sin olvidar que la falta de actividad física al aire libre en el confinamiento tuvo un efecto rebote al acabar. "Los practicantes habituales intentaban recuperar los meses perdidos aun cuando su condición física podía no ser la más adecuada. Por otro lado, se detectó la incorporación de muchos nuevos practicantes a disciplinas a priori sencillas, como el senderismo, pero que igualmente requieren de un mínimo de formación y equipo", indica el estudio.
Todo ello se tradujo en más rescates de los previstos pensando en el largo periodo con las montaña vacías. El informe reconoce que las limitaciones a la movilidad justifican la disminución del número, "aunque se esperaba que hubiera sido más acusada".
Más senderistas
Montaña Segura analiza de forma pormenorizada los 361 salvamentos y casi 500 rescatados para trazar un perfil. Un 60% resultaron heridos y hubo cuatro muertos, todos en agosto. Uno de los indicadores relevantes en el año de la covid es el aumento de los auxilios en senderismo (42%), práctica no exenta de percances, mientras disminuyeron los de alta montaña y crestas (20%).
El 71% se produjeron entre julio y septiembre (los tres meses con mayor movilidad), 17 puntos porcentuales por encima de la media de los cinco años anteriores, y casi la mitad en fin de semana (46%). Sobre todo fueron de excursionistas de Aragón (el 36%), 13 puntos más, seguido de Cataluña (16%) y País Vasco-Navarra (13%). Solo el 17% eran extranjeros. En cuanto a la edad también hubo cambios: casi la mitad (49) tenían entre 18 y 40 años, 9 puntos porcentuales más.
Uno de los datos más relevantes, al comparar con la media de los cinco años anteriores es el mayor peso de los ilesos. Uno de cada cinco grupos a los que atendió la Guardia Civil no tenía ningún herido, lo que apunta a la falta de autonomía personal, pues la intervención de los servicios de salvamento no está motivada por un accidente sino por la falta de habilidad de los miembros.
Por lesiones, la mayoría presentaban fracturas, esguinces y contusiones (60%) y un 6%, hipotermia, insolación, agotamiento o deshidratación. Y en cuanto a las causas, el 57% de los incidentes eran por tropiezos y caídas y un 37% por problemas con la toma de decisiones. La sobreestimación de posibilidades era el precursor del 64% de los rescates, y el 65% se produjeron en el tramo de descenso de la actividad, cuando el agotamiento es más evidente.
Con toda la información analizada, Montaña Segura aconseja planificar bien la actividad e informarse de las exigencias físicas de la excursión; ser sinceros en la valoración de la capacidad física y técnica de todo el grupo (la capacidad del conjunto estará condicionada por la capacidad del menos experto); llevar preparado un plan B que permita acortar la actividad cuando algo no sale bien sin necesidad de tener la sensación de haber desaprovechado el día; una toma de decisiones prudente y atenta evitaría muchos de los rescates que se practican a personas ilesas o con 'enfermedades por actividad'; y si el objetivo es una prioridad, pero no se tiene claro que se está preparado, contar con los servicios de los guías de montaña.
Precisamente este miércoles el Gobierno de Aragón, Aramón, el Instituto Aragonés de la Juventud y la Federación Aragonesa de Montañismo anunció la renovación del convenio Montaña Segura, con una aportación del Ejecutivo de 164.000 euros. La campaña se centra, un año más, en trabajar con la Red de Informadores Voluntarios (RIV), que atienden en torno a los 300 puntos de información, y procurarles acciones de formación y educación en actividades de montaña; en la difusión y divulgación del programa; en la toma de datos del perfil excursionista y barranquista y en acciones relacionadas con la montaña invernal y formativa para voluntarios de Protección Civil.
