Los Presupuestos vuelven a olvidar el tramo de Fiscal, una nacional con marcha atrás en las curvas

Los 14 km del Eje Pirenaico entre Baluport y Fiscal llevan dos décadas atascados mientras el tráfico se sigue disparando.

La estrechez de la calzada obliga a veces a dar marcha atrás al cruzarse con un camión.
La estrechez de la calzada obliga a veces a dar marcha atrás al cruzarse con un camión.
Rafael Gobantes

El tramo de la N-260 (Eje Pirenaico) entre el Túnel de Balupor y Fiscal es el eterno olvidado en los Presupuestos Generales del Estado. Podría ostentar el récord de la carretera que más veces ha salido en las cuentas del ahora Ministerio de Transportes con consignaciones de apenas 100.000 o 200.0000 euros. La licitación de las obras nunca llega a este embudo de 14 kilómetros mientras a su alrededor se mejoran otras vías del Pirineo.

Pese a tratarse de una nacional, la carretera es tan estrecha, especialmente en el congosto de Jánovas, que los camiones tienen que parar cuando se cruzan con otro, e incluso los conductores de los turismos dan marcha atrás en las curvas al ver venir de frente un vehículo pesado. "Si vas de Fiscal a Balupor podrías recoger 200 retrovisores destrozados, y las protecciones de hierro y hormigón de las márgenes están marcadas de los roces. En caso de pillar un camión vas detrás hasta Boltaña, y eso cuando tienes suerte y no hay que hacer marcha atrás si te cruzas con uno. Podría ser la carretera de la paciencia", señala gráficamente el alcalde de Fiscal, Manuel Larrosa, que en los 18 años que lleva en el ayuntamiento apenas ha visto avances.

Los usuarios deben maniobrar cuando en la vía coinciden con un vehículo de grandes dimensiones.

"Estamos hablando del Eje Pirenaico. No es una carretera local que comunica Fiscal y Boltaña sino un tramo de una nacional que atraviesa el Pirineo de este a oeste para comunicar todos los valles", recuerda.

57 millones y un túnel

El embalse de Jánovas fue durante años una hipoteca, pero ya se descartó hace dos décadas. Posteriormente, en 2013, el Ministerio de Medio Ambiente echó para atrás el proyecto viario por su impacto. En 2018 se aprobó el trazado y el nuevo estudio de impacto ambiental, que salió a información pública. Los 57 millones de presupuestos del nuevo recorrido de 12,7 km permitirán ensanchar la carretera y construir un túnel de 1,7 km para salvar el congosto de Jánovas. El proyecto apuntó como posible apertura el 2022, pero de nuevo la fecha ha quedado desfasada porque para el próximo año solo hay 100.000 euros, que únicamente, en el mejor de los casos, permitirían licitarla.

Entretanto el tráfico se ha disparado, sobre todo desde la apertura del tramo siguiente, Sabiñánigo-Fiscal, y a medida que la autovía de Monrepós abre más kilómetros. A Manuel Larrosa le preocupa sobre todo "que a diario pasa por allí el autobús escolar". Valora que al menos haya una partida, "que permitiría arrancar, si hay voluntad".

La inversión está centrada en otro tramo del mismo eje, el Campo-Congosto del Ventamillo, donde han comenzado las obras, dando respuesta así a una histórica reivindicación del valle de Benasque. La N-260 continúa desde Castejón de Sos al límite con la provincia de Lérida, un proyecto más olvidado que el de Fiscal. Las deficiencias de estos 37 km, que incluyen los puertos de Fades y la Espina, a 1.400 m, se han evidenciado todavía más por el cierre del tramo en obras al convertirse en un itinerario alternativo al de Campo.

"Está en el limbo, ni siquiera tiene proyecto", afirma el alcalde de Castejón de Sos, José Manuel Abad. "Ya sabemos que municipios como Bisaurri, Laspaúles o Montanuy tienen poca población, pero los mismos derechos a una carretera digna". Es además una ruta turística, a caballo entre los Parques Nacionales de Aigües Tortes y Ordesa, y con muchos problemas de vialidad invernal, por las heladas y la nieve.

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