las 'no-fiestas' de san lorenzo

Huesca vive su San Lorenzo más triste, sin fiestas pero de blanco y verde

La plaza de la catedral, donde debía lanzarse el chupinazo, ha permanecido vacía. El alcalde se ha mostrado "orgulloso" del comportamiento de sus conciudadanos. 

Huesca ha dado otro ejemplo de civismo en el San Lorenzo "más triste" que recuerda. Si hace tres semanas la ciudad, en fase 2, se resignó a no celebrar el ascenso del equipo a Primera, este domingo le ha tocado vivir un 9 de agosto inusual, sin chupinazo en la plaza de la Catedral, que ha estado totalmente vacía, ni cabalgata por el  Coso. Las calles han amanecido casi desiertas y solo se ha animado el centro a la hora del vermú, pero no se han producido las temidas aglomeraciones con el consiguiente riesgo de nuevos rebrotes. Eso sí, los oscenses no han renunciado al sentimiento laurentino y han salido vestidos de blanco y verde y con la pañoleta.

A las 12 en punto, a falta de chupinazo oficial, se ha oído el estallido de numerosos cohetes lanzados por los ciudadanos desde distintos puntos de Huesca. Frente al Ayuntamiento, donde otros años se concentraban 6.000 personas, solo han permanecido el alcalde, Luis Felipe, el concejal de Fiestas, Ramón Lasaosa, los periodistas, la Policía y empleados de las brigadas municipales que horas antes habían vallado el espacio. Se han acercado muy pocos curiosos. Solo algunos turistas y un puñado de peñistas, que aprovechaban para inmortalizar el momento, inédito un 9 de agosto con la plaza desierta.

Entre ellos, Ana Belén Espinosa. "Siempre hemos venido aquí a las 12. Este año no hubiera podido ser, porque yo estoy embarazada y vamos con un recién nacido y con niños pequeños. Hemos aprovechado que no habría gente para acercarnos". Ella tampoco renuncia a vestirse de blanco y verde, “porque San Lorenzo es San Lorenzo”. También ha pasado por aquí Iván Jiménez con sus amigos, "para ver el ambiente. No hay nadie y es cómo tiene que ser”, ha comentado. Eso sí, echa de menos el estallido del chupinazo. Carmen vive en la plaza de la Catedral y para ella ha sido una mañana "muy triste". “Lo veo siempre desde el balcón de casa. Es habitual que venga mucha gente a celebrarlo con nosotros desde los balcones, pero este año no haremos nada, será como cualquier otro día".

Unas horas antes, los que han tenido la suerte de conseguir una reserva para los tradicionales almuerzos laurentinos han respetado el máximo de 10 personas por mesa. En las terrazas de los bares el aforo sigue siendo muy limitado, como corresponde a un municipio en fase 2. Algunos establecimientos de hostelería incluso permanecen cerrados para evitar aglomeraciones en la primera mañana de las ‘no fiestas’.

En el bar Bachimaña, en la calle Zaragoza, Marisa Izuel tenía mesa reservada desde enero para almorzar. “Somos 12 amigos y nos hemos dividido en dos grupos de seis para estar en mesas separadas, cumpliendo así la normativa”, ha comentado mientras comía huevos fritos con longaniza. Desde esa calle podía ver otros años una riada humana procedente de la estación de autobuses, con la llegada de cientos de personas desde distintos puntos de la provincia y sobre todo de Zaragoza para dirigirse hacia la plaza de la Catedral y las calles adyacentes. Pero este domingo el movimiento en la estación de autobuses ha sido casi nulo. 

Marisa Yzuel no ha acudido a esa plaza porque empleó el sábado para rememorar los lugares de la fiesta: la basílica de San Lorenzo, “donde hoy se debía poner la pañoleta al santo”, la ermita de Loreto donde nació el patrón de Huesca... En su casa también se ha respetado el ritual de preparar la ropa blanca y planchar las pañoletas. “Yo trabajo en Zaragoza y cada San Lorenzo me presento allí de blanco y verde. Este año no iba a ser menos, aunque no haya fiestas”. Destaca que la ciudad está vacía. “Muchos oscenses se han ido y los de fuera no han venido. En mi calle sobran aparcamientos, algo poco habitual un 9 de agosto”.

“Estamos tristes, no es lo mismo", asegura un grupo de adolescentes en el parque de Miguel Servet. "Se echa de menos la plaza, el almuerzo rodeado de tu gente. Estamos intentando hacer algo pero siempre siendo responsables", dice una de ellas, Sara Laborda. "Somos 9, nos hemos separado del resto de la cuadrilla porque no podemos ser más de 10”. A las 12.00, con música de San Lorenzo, saltó alguna lágrima. "Esto es un palo. No nos hemos despertado con la ilusión de todos los años ni vivido los nervios de la semana previa". Mañana, muchos se marcharán, "si podemos a la montaña, “porque aquí ya no hay nada que hacer”.

El alcalde, "orgulloso" de su ciudad

El alcalde se ha mostrado "tremendamente orgulloso" de sus conciudadanos, "por la responsabilidad que están demostrando ante la difícil situación que vivimos". Ha hecho una mención especial para un sector "que está sufriendo mucho", la hostelería. "Muchos de los hosteleros de esta ciudad han cerrado sus puertas de manera muy responsable en un día importante en el que los almuerzos eran una seña de identidad de Huesca. Este sector, que pasa por momentos muy difíciles, está sacrificando sus economías y sus negocios por el bien de todos", ha manifestado Luis Felipe.

Huesca les debe una, ha añadido, y también a todos los sectores del mundo del folclore y la cultura que propician más de 300 actos en las fiestas de San Lorenzo en una semana, "que tampoco han podido participar". "A todos ellos, y a la ciudad, gracias por este comportamiento".

El alcalde ha confirmado que la jornada ha transcurrido sin incidentes. "Es un día tranquilo y lo que me transmiten los mandos policiales es la ausencia de intervenciones. Esta plaza que alberga a miles de personas, hoy está perfectamente tranquila sin que la Policía tenga que advertir a nadie de que no se puede celebrar nada".

Por su parte, el concejal de Fiestas, Ramón Lasaosa, reconoció que es un 9 de agosto "extraño" y "triste", pero eso se compensa "al ver la responsabilidad demostrada por la ciudad". "La gente ha respondido al llamamiento del Ayuntamiento, vive por la salud y pensando que el año que viene tengamos unas fiestas como siempre, con la plaza llena para el chupinazo, y con todos, sin que falte ninguno", ha declarado. Espera la misma normalidad el día 10, festividad del patrón, cuando solo habrá actos religiosos.

Denuncias por cerrar después de la 1.00

La noche del 8 al 9 ha sido tranquila, ha confirmado el inspector de la Policía Nacional Manuel Mariño, que forma parte del dispositivo desplegado en la plaza de la Catedral. Este cuerpo ha interpuesto 19 denuncias por no llevar mascarillas, beber en la calle o formar grupos de más de 10. Otras dos a establecimiento de ocio nocturno que no han cumplido con el cierre a la 1.00, y 11 más por asuntos no relacionados con la covid. A estas se suman otras 8 denuncias de la Policía Local por no usar mascarillas. 

La manaña ha sido “de absoluta normalidad”, según el inspector, “sin aglomeraciones”. También han montado controles “para evitar fiestas privadas en las pedanías y zonas rurales”, ante el temor de que los oscenses celebren fuera de la ciudad chupinazos alternativos.

La madrugada del domingo al lunes está previsto desplazar a Huesca una unidad especial de intervención de la Policía Nacional, un refuerzo preventivo teniendo en cuenta que la pasada noche y la del domingo al lunes, festivo en Huesca, son los momentos más delicados desde el punto de vista de la seguridad. 

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