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Desmantelan una organización que usaba la provincia de Huesca para el cultivo de marihuana a gran escala

Los detenidos, de origen albanés, usaban un edificio entero de Monzón y un paraje boscoso de la Noguera Ribagorzana para los cultivos. La Policía Nacional ha intervenido 7.870 plantas.

Dos agentes de la Policía Nacional, en la plantación de la Ribagorza.

La Policía Nacional, en el marco de la operación Templón-Osbale, ha logrado desarticular una organización criminal de origen albanés dedicada al cultivo y distribución de marihuana a gran escala. La operación policial ha permitido desmantelar los tres enclaves de esta organización: un cultivo oculto en un paraje boscoso en el espacio natural de la Noguera Ribagorzana, una plantación cubierta que usaba todo un edificio en Monzón y un chalet de la provincia de Lérida que hacía de centro de operaciones y de lugar para el secado y envasado de la marihuana.

Se ha detenido a cuatro miembros de la organización, entre los que se encuentran sus dos líderes. En total se han intervenido 7.870 plantas de marihuana y 107 kilogramos de esta sustancia en cogollos, con un peso total de cinco toneladas y media.

La investigación se inició en el mes de abril, al detectar una plantación de marihuana en una gran extensión en una zona boscosa ubicada en la zona limítrofe entre Huesca y Lérida. Un trabajo conjunto y coordinado entre agentes especializados en la investigación del tráfico de drogas pertenecientes a las comisarías de Huesca, Lleida y Barcelona permitió dibujar el entramado de la organización, identificar a sus jefes, así como averiguar los inmuebles desde los que desarrollaban las actividades.

Gracias a este trabajo se localizó, además de este cultivo al aire libre, otra plantación que ocupaba la totalidad de un edificio en el casco histórico de Monzón, así como el lugar donde se llevaba a cabo el secado y envasado de la marihuana, y que hacía además de centro de operaciones de los líderes de esta organización.

La operación culminó el 2 de julio con la detención de los dos cabecillas de este entramado, así como de dos operarios que custodiaban las plantaciones referidas. A todos ellos se les imputan los delitos de tráfico de estupefacientes, pertenencia a grupo criminal y defraudación de fluido eléctrico.

La plantación desmantelada se encontraba oculta en una zona boscosa de muy difícil acceso, ubicada en el espacio natural de la Noguera Ribagorzana. Los integrantes del grupo habían talado grandes superficies de pinares aprovechando al máximo los bancales del bosque para cultivar la marihuana y habían alterado los barrancos para poder almacenar agua, que posteriormente era conducida hasta los campos de cannabis con mangueras movidas con bombas de agua alimentadas por generadores de energía eléctrica.

Los líderes de la organización reclutaban operarios para hacerse cargo del cultivo, mantenimiento y recolección de la marihuana y les destinaban a las plantaciones por largos periodos de tiempo. Para ello, habían levantado campamentos en zonas estratégicas con todo lo necesario para permanecer largas estancias, proveyéndoles de gran cantidad de víveres no perecederos.

De esta forma, además, aseguraban una guardia continua de las plantaciones, al haber instalado los refugios junto a los cultivos que custodiaban y al haber establecido puntos de vigilancia para detectar presencia policial, llegando incluso a utilizar los árboles talados como torretas de vigilancia. Los investigados también habían cortado los caminos de acceso a la plantación con rocas de grandes dimensiones y con árboles, simulando que la vía era inaccesible.

Esta custodia permanente y activa, unida al perfecto conocimiento del bosque en el que vivían, dificultó enormemente la investigación sobre el terreno. La organización se procuró un edificio en el casco histórico de la localidad oscense de Monzón, utilizando sus tres plantas para el cultivo de marihuana y así poder garantizar una producción continua de cannabis. En el registro practicado en este edificio se constató que contaba con una completa instalación con todos los elementos de ventilación, riego y climatización necesarios para favorecer el crecimiento de las plantas, procurando las condiciones óptimas de calor y humedad.

La organización proveía el suministro eléctrico de estas instalaciones mediante enganches ilegales a la red eléctrica pública, soportando una potencia cinco veces mayor a la de un consumo familiar y creando una situación de peligro debido a la estado defectuoso de estos enganches. Durante esta intervención los agentes procedieron a la detención del operario que en esos momentos se encontraba custodiando la plantación y la incautación de 187 plantas.

Las actividades de secado de la marihuana recolectada en las plantaciones y de preparación de la misma para su distribución se llevaban a cabo en un chalet ubicado en una partida de Lérida en el que, además, los líderes de la organización habían establecido su centro de operaciones y de reuniones. Durante el registro de dicha vivienda se procedió a la detención de los dos líderes de la organización, así como de uno de los operarios destinados a la plantación en el bosque, y se aprehendieron 107 kilogramos de cogollos de marihuana.

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