Los ayuntamientos esperan criterios de la DGA para abrir las piscinas y celebrar sus fiestas

El Consejo Local de Aragón del día 20 tratará estos temas con la presencia de diputaciones y capitales de provincia. "Hubiéramos preferido una decisión conjunta con otras ciudades", dice el concejal de Huesca.

Las piscinas de la Ciudad Deportiva han abierto este viernes tras la reforma.
Las piscinas de la Ciudad Deportiva el pasado verano.
Verónica Lacasa

El Ayuntamiento de Huesca decidió el pasado viernes suspender las fiestas de San Lorenzo y parece que le seguirán en cascada muchos festejos patronales previstos para este verano. Este asunto y la apertura o no de las piscinas municipales son motivo de preocupación para los ayuntamientos, que están a la espera de la senda marcada por el Gobierno autonómico antes de tomar una decisión.

De momento, el próximo miércoles, día 20, la consejera de Presidencia, Mayte Pérez, ha convocado al Consejo Local de Aragón con esos dos temas en el orden del día: los criterios a adoptar sobre la celebración de las fiestas y la apertura de las piscinas municipales; y, en su caso, las medidas de protección a implementar por los ayuntamientos. Dada la importancia de estas cuestiones, la consejería de Presidencia confirmó que se ha invitado a participar a los presidente de las tres diputaciones provinciales y a los ayuntamientos de las tres capitales de provincia.

Sobre la mesa del Consejo, integrado por igual número de miembros de la DGA y de las entidades locales, y encargado de elaborar propuestas que afectan a ambas administraciones, estará el documento publicado por el Ministerio de Sanidad sobre las piscinas, cuyas condiciones son difíciles de cumplir para muchos ayuntamientos, al marcar un aforo limitado para garantizar la distancia preventiva mínima entre personas de al menos 2 metros.

La última en suspenderse 

Huesca ha sido la última ciudad en decidir la anulación de sus fiestas, previstas del 9 al 15 de agosto. La decisión de suspender San Lorenzo, "muy dura", en palabras del edil del área, Ramón Lasaosa, se estuvo demorando precisamente a la espera de saber si había un criterio general, mientras se veían caer uno tras otro los grandes festejos de julio, como los de Teruel o Pamplona, y se estaba a la expectativa de lo que pasara con los de agosto, por ejemplo Vitoria.

"Hubiéramos deseado que la decisión hubiera sido conjunta con el Gobierno de Aragón y con otras ciudades importantes de la Comunidad que celebran las fiestas entre julio y septiembre. Sería más coherente, porque cuando acabe el estado de alarma será la DGA la que va a tener el mando en cuestiones sanitarias", declara Lasaosa, quien opina que debería haber un criterio general y no dejarlo solo en manos de un ayuntamiento, "porque si un pueblo decide hacer fiestas, se desplazarán allí desde otros lugares cercanos".

La publicación del mapa de anticuerpos, que indicaba que solo el 4% de los habitantes de la provincia había pasado el virus, pesó en la decisión, según el concejal, porque "nos temíamos un repunte, al ser unas fiestas en las que fundamentalmente la gente está en la calle".

El Ayuntamiento se marcó la fecha del 15 de mayo para la resolución final, por la necesidad de acelerar la contratación, e incluso llegó a barajar actos de pequeño formato como alternativa al modelo más tradicional, "pero siempre veíamos que al final nos íbamos a encontrar con el problema de la seguridad. Una verbena en López Allué con un aforo limitado significaba cortar las calles y controles de acceso, y no evitaba las aglomeraciones en las calles aledañas".

Lasaosa agradece la posición responsable de peñas, danzantes, hosteleros, asociaciones de vecinos y del obispado, "que han mirado más allá de intereses particulares". "Se ha hecho un esfuerzo muy grande durante estos meses como para tirarlo todo por tierra por querer celebrar unas fiestas. No podíamos cometer esa irresponsabilidad", concluye.

En Sariñena, Monzón, Binéfar y Barbastro, cuyas fiestas se celebran en el mes de septiembre, aún no se ha tomado una decisión. Lo mismo en Fraga, programadas para el Pilar. Más cerca están las de Sabiñánigo, en julio, que previsiblemente se suspendan. Y sobre todo las de Jaca, a finales de junio. No podrá haber carpas de peñas ni actos multitudinarios, pero la semana próxima la junta de portavoces decidirá qué se hace y si hay algún acto religioso o de otro tipo con carácter simbólico.

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