Avanzan las obras del embalse de Almudévar mientras los regantes siguen esperando la sentencia de Biscarrués

Los proyectos no se detienen y sale a licitación una de las balsas de regulación necesarias para ampliar la superficie regable de Monegros II.

Imagen aérea de las obras en el embalse de Almudévar.
Imagen aérea de las obras en el embalse de Almudévar.
Confederación Hidrográfica del Ebro

Las obras del embalse de Almudévar siguen adelante con normalidad. El estado de alarma no ha afectado a uno de los proyectos hidráulicos más importantes que se acometen actualmente en España. Los trabajos solo han parado unos días, cuando el estado decretó el cese de toda actividad, que al coincidir con el largo puente de la Semana Santa apenas supuso una demora. Según la Confederación Hidrográfica del Ebro, ya está ejecutada el 30% de la obra civil.

Se trabaja al mismo tiempo en los dos diques, tanto en el este como en el oeste, de 3,9 y 2,5 kilómetros de longitud y alturas de 25 y 45 metros. En uno ya se está subiendo la presa y en el otro hay zonas de excavación en los estribos y en la parte de la galería, ya concluida, también se está terraplenando.

Sin embargo, mientras Riegos del Alto Aragón ve avanzar un proyecto imprescindible para aumentar su capacidad de regulación, con el almacenamiento de 169 hectómetros cúbicos, sigue sin hay noticias de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el proyecto del otro embalse previsto, Biscarrués. Los jueces se reunieron para deliberar a principios de febrero, pero el estado de alarma ha ralentizado los procedimientos, y más los de la vía contencioso-administrativa.

No obstante, fuentes del alto tribunal indicaron que esto no implica que en cualquier momento no se pueda hacer público el fallo de los cinco magistrados de la Sección 5ª (especializa en temas ambientales) de la Sala 3º (Contencioso-Administrativa), quienes deben pronunciarse sobre dos recursos a sendas sentencias de la Audiencia Nacional que anularon el anteproyecto y la declaración de impacto ambiental de la presa de Biscarrués, atendiendo a las demandas de las organizaciones ecologistas por un lado, y los ayuntamientos de Biscarrués, Murillo de Gállego y Santa Eulalia, por otro.

Más obras de regadío

También se siguen adjudicando obras de regadío. Los agricultores de la comunidad de la Acequia de Ontiñena ya están un paso más cerca de ver cumplido uno de sus grandes anhelos: incrementar en más del doble su superficie regable y en consecuencia, la rentabilidad de sus tierras. Para ello, necesitan de la construcción de dos balsas laterales, La Portellada y San Gregorio II, cuya tramitación sigue avanzando, a pesar de la excepcional situación derivada de la crisis del coronavirus.

De hecho, ha salido a licitación el movimiento de tierras que permitirá ejecutar la primera de las balsas de regulación, La Portellada, que tendrá una capacidad de alrededor de 500.000 metros cúbicos. El importe del contrato ronda los 4,1 millones de euros y el plazo de ejecución será de 16 meses. La promotora es la empresa pública Tragsa.

De forma paralela, también siguen adelante los trámites administrativos para la construcción de la segunda balsa, San Gregorio II, de 265.000 metros cúbicos.

Ahora mismo, gracias a una balsa de cola, denominada San Gregorio I, la comunidad de la Acequia de Ontiñena, que forma parte de Monegros II, tiene agua para unas 3.300 hectáreas. Las dos nuevas infraestructuras permitirán llegar a otras 4.400, lo que supondrá un antes y un después para los agricultores implicados, 590 propietarios de Ontiñena, Ballobar y Fraga.

"La diferencia será enorme. De hecho, pasaremos del rabioso secano a rentables fincas de regadío, es decir, de obtener cosechas de un máximo de 2.500 kilos por hectárea de cereal cada dos años a recolecciones anuales de 7.000", indica el presidente, Enrique Isábal, satisfecho con el avance de los trámites previstos. De momento, lo único que ha detenido el estado de alarma es la reunión prevista con los propietarios de los terrenos afectados por la construcción de la primera de las balsas para tratar los detalles de las expropiaciones previstas.

Isábal espera que los plazos se cumplan y la balsa de La Portellada entre en funcionamiento en la campaña de 2021. La infraestructura también favorecerá el suministro de explotaciones ganaderas.

Nuevo sistema de financiación

El desbloqueo de estas infraestructuras tuvo lugar en octubre de 2018, tras 30 años esperando la llegada del agua, gracias a un nuevo modelo de financiación creado por el Gobierno de Aragón que daba un papel protagonista a los agricultores.

Al igual que otras obras pendientes en la zona de Monegros II, las dos balsas estaban declaradas "de interés general" y debían ser ejecutadas por el Ministerio de Agricultura, pero llevaban años paralizadas, sin ningún tipo de avance, debido a la situación de crisis económica. Por ello, a través de un cambio legislación, fueron calificadas como "de interés común", lo que permitió a regantes y DGA asumir el control y sacarlas adelante, haciéndose cargo de su coste.

Las dos balsas suponen una inversión conjunta de unos 12 millones de euros y del total, los regantes aportan el 60% (7,2 millones) y la DGA, un 40 (4,8). Las obras se ejecutan a través de las empresas públicas Sarga, que se encarga de los proyectos, y Tragsa. El mismo sistema ha permitido también desbloquear otras infraestructuras de la zona de Monegros II, como el Sifón de Cardiel, una de las más importantes.

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