Cachou murió tras ser atacado por otro oso

El informe preliminar de la autopsia del animal, uno de los más conflictivos de los soltados en los Pirineos, apunta a esa hipótesis.  

Una de las heridas aparecidas en el cuerpo del animal.
Una de las heridas aparecidas en el cuerpo del animal.
Consejo General del Valle de Arán

Una agresión producida "muy probablemente" por otro oso. Esta es la hipótesis barajada para explicar la muerte de Cachou, un macho de 6 años de edad, considerado uno de los ejemplares más conflictivos de la población de osos pardos reintroducida en el Pirineo, junto al temido Goiat. El Consejo General del Valle de Arán ha informado este martes de los primeros resultados de la necropsia practicada al cuerpo del animal hallado el pasado día 9 por agentes forestales en el municipio leridano de Les. 

El hallazgo de su cuerpo coincidió con la denuncia de los primeros ataques a ganado tras el final de la época de hibernación de la especie, atribuidos precisamente a Goiat y ocurridos en el valle aragonés de Chistau, a donde ha regresado después de que el pasado verano sembrara la alarma entre los ganaderos por sus repetidas incursiones.  

El primer informe del servicio de Ecopatología de Fauna Salvaje de la Universidad Autónoma de Barcelona junto con el acta de recogida del cadáver de Cachou permiten verificar "de manera preliminar" una agresión producida por otro oso y una caída de unos 40 metros por un terreno muy abrupto.

Según la administración del Valle de Arán, la pendiente por donde había rodado y caído ya pudo ser inspeccionada en el momento de recuperar el cuerpo del animal, mientras que durante el examen de la necropsia se pudo constatar que presentaba heridas perforantes con hemorragias en el lado izquierdo de la cabeza (por debajo de la oreja y cuello proximal), que correspondían a heridas 'antemortem'. "Al tratarse de un macho adulto, se deduce que solo otro oso puede causarle estas lesiones", ha precisado el Consejo General en una nota informativa.

El oso mostraba un buen estado corporal "y no se ha observado ninguna lesión macroscópica ni órgano vital alterado". A pesar de ello, ha anunciado la realización de pruebas complementarias para descartar causas infectocontagiosas o de otra índole. El informe completo se retrasará, ya que "dada la situación de confinamiento provocada por Covid-19, los laboratorios no trabajan al ritmo habitual y los resultados de las analíticas pueden tardar algunas semanas", ha precisado. 

Aunque no hay constancias de la presencia de Cachou en Aragón, los sindicatos agrarios de la Comunidad alertaron el pasado verano de que podía seguir los pasos de Goiat, liberado en el Pirineo catalán pero que acabó en el valle de Chistau. "Mañana lo podemos tener aquí, lo mismo que a Goiat", advirtieron. Ambos estaban considerados osos conflictivos, con ataques verificados a ganado equino, y se había solicitado repetidamente su retirada del territorio.  

Los ataques por parte de otro ejemplar de la misma especie explican también la muerte el año pasado de dos crías de la osa Sorita, reintroducida en Francia en otoño de 2018 cerca de la frontera con Aragón. En esos cachorros estaban puestas las esperanzas de la recuperación de la especie en la zona occidental del Pirineo, donde solo habitaban machos hasta que hace dos años se soltó a Sorita y a Claverina. Ahora, se confía en esta última, ya que el retraso en abandonar la osera, localizada en el valle de Hecho, hace pensar en un alumbramiento.         

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