"El Pacto del Agua generó muchas expectativas pero seguimos sin regar"

Algunas comunidades adelantan el dinero como única alternativa para ejecutar las obras pendientes. 

David Solano en los campos de La Masadera (El Tormillo) / 04-02-2020 / Foto Rafael Gobantes [[[FOTOGRAFOS]]]
David Solano preside la comunidad que pondrá en regadío nuevas hectáreas en La Masadera (Sariñena) y El Tormillo (Peralta de Alcofea).
Rafael Gobantes

"Nuestras obras estaban en el Pacto del Agua, pero luego ha habido nuevas directrices. La política agraria ya no está por la ampliación de regadíos. Si hubiéramos esperado a que las ejecutara el Ministerio, no se habrían hecho". Con estas palabras, el presidente de la comunidad de regantes de la Acequia de Ontiñena, Enrique Isábal, resume el sentir de los propietarios de miles de hectáreas del plan de regadíos de Monegros II que, hartos de esperar la llegada del agua, han decidido adelantar dinero de su bolsillo para construir balsas y acequias.

"El Pacto del Agua generó muchas expectativas en la Hoya de Huesca, la Litera Alta, Monegros II... pero hoy miles de hectáreas que estaban planificadas se siguen sin regar", añade David Solano, de otra comunidad de 1.500 hectáreas en el Cinca, concretamente en los pueblos de El Tormillo (Peralta de Alcofea) y La Masadera (Sariñena), que también ha decidido tomar la iniciativa y en dos meses espera empezar las obras.

El presidente aragonés, Javier Lambán, se ha referido en los últimos días a los regantes expectantes al defender su propuesta de una nueva Mesa de Diálogo sobre el agua, que no pretende solo revisar proyectos de embalses cuestionados, como el de Biscarrués, sino impulsar los regadíos pendientes.

El paradigma del retraso en estos planes de transformación es Monegros II, diseñado en 1915 y lastrado por el atasco administrativo de la mayoría de los proyectos. Las obras figuraban en el Pacto del Agua firmado en 1992, pero hay actuaciones pendientes en La Almolda, Bujaraloz, Ballobar, Fraga u Ontiñena. Cuatro años antes ya habían sido declaradas de interés general casi 50.000 hectáreas, afirma Ignasi Serviá, ingeniero agrónomo experto en temas de regadío. "Se ha acumulado mucho retraso y socialmente cada vez es más complicado tirar para adelante, aunque el cambio climático va a condicionar la gestión del agua por exceso, con la necesidad de embalses para evitar inundaciones, y por defecto, con regadíos para luchar contra las sequías".

Una prueba de ese atasco es el embalse de Valdepatao, en Candasnos, una de las pocas obras ejecutadas, con un coste de 20 millones de euros, pero que no se puede poner en carga por un problema con los desagües ni existe la conexión principal de 9 kilómetros para repartir el agua.

Este embalse dará servicio a la comunidad del Sifón de Cardiel, con 300 titulares y 5.300 hectáreas de las planificadas en 1915. "Se ha ido actuando y se han hecho concentraciones parcelarias, caminos, desagües y el embalse. Falta la tubería y la red secundaria hasta la parcela, que es lo que financiaremos directamente nosotros porque es la única opción que nos han dejado, tal y como están los tiempos". El proyecto tiene un coste de 45 millones de euros, 9.000 euros por ha, financiados al 50% por la DGA.

Pendientes de dos balsas

Por su parte, los 600 regantes de la acequia de Ontiñena tienen concedido un préstamo a 25 años de 7,4 millones de euros, con cargo a la comunidad. El resto, hasta los 13 millones, los aporta la administración autonómica. Este es el coste de las dos balsas de regulación que necesitan para abastecer a otras 4.400 hectáreas de Ontiñena, Fraga y Ballobar. Tienen hechas las redes de riego y las estaciones de bombeo desde hace casi 10 años, pero el parón en la inversión estatal impidió completar las obras.

En situación parecida está la comunidad de El Tormillo, un proyecto para 1.500 hectáreas que se empezó a tramitar en 1982 y se aprobó en el 2008. "Los regadíos se han hecho con una planificación que se ha quedado obsoleta", asegura su presidente, David Solano, quien lamenta que a este retraso se haya sumado la oposición de la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón, contraria a extender la mancha verde mientras no haya nuevos embalses.

Desbloqueadas 13.000 hectáreas

El Gobierno de Aragón ha convocado ayudas por valor de 159 millones: 56 para crear nuevos regadíos la pasada legislatura, 55 en la última propuesta que se resolverá en abril y 48 más para modernización. Según fuentes del departamento de Agricultura, el nuevo marco de financiación tiene como objetivo acabar aquellos proyectos "que llevaban décadas pendientes", dando prioridad a áreas donde las diferentes administraciones ya habían efectuado cuantiosas inversiones en obras "a medio ejecutar y que requerían su finalización para entrar en servicio".

Esta planificación contempla la creación de 25.000 hectáreas, con una inversión total, pública y privada, de 350 millones de euros y 1.000 empleos en zonas rurales desfavorecidas. Hasta ahora se han desbloqueado 13.660 hectáreas de nueve proyectos que benefician a más de 1.500 propietarios. Además de los mencionados de El Tormillo u Ontiñena, están los regadíos sociales de Calcón, Mequinenza, Sarrión (de apoyo a la trufa), Mas de las Matas y Fuentes de Ebro; y dos sectores de Bardenas.

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