La falta de médicos en Aragón potencia el interés de las universidades por implantar esta titulación

La CEU San Pablo se ha interesado por terrenos y valoraría su expansión a la Comunidad. La USJ quiere ponerla en el 2025-2026 y la de Zaragoza estudia hacerlo en Teruel.

Acto de acogida a los nuevos residentes en el Hospital Universitario Miguel Servet II, este miércoles.
Acto de acogida a los nuevos residentes en el Hospital Universitario Miguel Servet II, este miércoles.
Oliver Duch

La falta de médicos y el elevado número de jóvenes que buscan formarse para ello ha convertido a Medicina en uno de los grados estrella. Por ello, cada vez son más las universidades que muestran su interés por implantar esta titulación, incluso algunas que, de momento, no tienen presencia en la Comunidad. Este es caso de la CEU San Pablo que, según ha podido saber este diario, estaría valorando la posibilidad de expandir su oferta a Aragón. La pretensión sería desembarcar en Zaragoza. De hecho, en las reuniones mantenidas se habrían interesado por varios terrenos, algunos de ellos cercanos a centros hospitalarios de la ciudad, como el proyectado por el grupo HC en Miralbueno. No obstante, desde el propio campus no confirmaron esta intención.

Si finalmente se materializara, se sumarían a una oferta que en los próximos años no va a dejar de crecer en las tres capitales de provincia. Ya el próximo curso, la Universidad de Zaragoza empezará a impartir el grado de Medicina al completo –desde 1º hasta 6º– en el campus de Huesca, que hasta ahora solo ofertaba 1º y 2º. También, y gracias a la financiación que llega desde el Ministerio de Sanidad, ampliará en 20 las plazas que se ofertan en Zaragoza hasta alcanzar las 220. Entre ambas facultades se pondrán a disposición de los jóvenes que en solo una semana se examinan de la Evaluación de Acceso a la Universidad (Evau) un total de 265 vacantes.

Y la ampliación de Medicina en el campus público aragonés no se quedará ahí. Este mismo mes tuvo lugar la primera reunión del grupo de trabajo, en el que también participa el Gobierno de Aragón, en la que se analizarán las diferentes opciones para Teruel. Una posibilidad pasaría por ofertar los dos primeros cursos, como se ha hecho en Huesca hasta ahora, a la espera de que el nuevo hospital Obispo Polanco consiguiera la acreditación de universitario. La otra, por la que apostó el rector José Antonio Mayoral en su última comparecencia en las Cortes de Aragón, es hacerlo "desde arriba", es decir, comenzando "ofreciendo prácticas en los últimos cursos de forma voluntaria y el con el apoyo de la diputación". También a la espera de que se tenga un hospital universitario.

Durante los próximos meses se analizarán las necesidades de profesorado y especialidades requeridas, así como las de infraestructuras académicas y sanitarias y se elaborará una memoria económica que contemple el coste total de la implantación del grado. Se estima que la primera valoración, que arroje una primera foto de la situación, podría estar concluida a finales de año.

Más de un año llevan también trabajando en la Universidad San Jorge (USJ) para la puesta en marcha de Medicina. El objetivo es presentar el nuevo proyecto a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación y poder empezar a impartir la titulación en el curso 2025-2026. La idea es que cuando se implante este nuevo grado se ofrezcan un total de 100 plazas. De hecho, alrededor de 650 personas ya se habían interesado en cursarla, puesto que la USJ abrió a finales de noviembre de 2023 el proceso de información para posibles alumnos, evidenciando así la alta demanda con la que cuenta este grado, cuya nota de corte se encuentra disparada.

Nuevos centros privados

Más allá de la rama sanitaria, Aragón está despertando el interés de las universidades privadas. Esta misma semana, el Departamento de Educación ha recibido la memoria de la que podría ser la próxima universidad privada en la Comunidad. Se trata de la que pretende impulsar la compañía de capital italiano Società delle Scienze Umane en Calatayud y que se anunció hace ya más de un año.

El propósito es poner en marcha 14 grados, 6 másteres y dos doctorados dentro de las ramas de Ciencias, Ciencias Sociales e Ingeniería y Arquitectura. La ubicación, después de actualizar el contrato de arras con la familia Ibarra, seguirá siendo la antigua Azucarera Labradora, edificio a escasos metros de la estación de tren de alta velocidad. A esta iniciativa podrían sumarse otros centros universitarios de carácter privado.

La expansión de estos campus es a día de hoy una realidad en todo el país. Según los datos del Ministerio de Universidades, estos centros ya acogen a uno de cada cuatro matriculados en grado, han cuadruplicado sus alumnos desde 2000, pasando de 102.500 a 420.000; y respecto al volumen de alumnos de máster están a punto de superar a la pública. Todo ello ha llevado a la ministra Diana Morant a crear una comisión para modificar el decreto de creación y reconocimiento de universidades aprobado en 2021 con el objetivo de endurecerlo.

De momento, para poner en marcha un nuevo campus, sea público o privado, es necesario contar con una oferta académica de al menos diez títulos oficiales de grado, seis de máster y dos programas de doctorado, que podrán ofertarse de manera presencial, virtual e híbrida. En la memoria se especificará con cuáles se empezará y las que se implantarán a los cinco años de actividad. Al menos el 50% de su personal docente e investigador deben de ser doctores en el caso de grado y máster y alcanzar el 100% en el doctorado. Y debe dedicar al menos el 5% del presupuesto a programas propios de investigación, entre otras cuestiones recogidas en la norma.

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