Inmobiliaria

La vivienda cooperativa emerge en Aragón: "Despierta muchísima curiosidad entre mayores"

Cinco asociaciones, algunas ya con suelo para construir, quieren crear urbanizaciones más asequibles a través de la cesión de uso, con especial atención para el público sénior.

Recreación del proyecto de vivienda de cooperativa más grande de España, que estará en Barcelona.
Recreación del proyecto de vivienda de cooperativa más grande de España, que estará en Barcelona.
Pau Vidal y Yaiza Terré / Sostre Cívic

Imagine vivir en una comunidad en la que todos los vecinos son afines a usted. Personas de más de 70 años o familias jóvenes con hijos, por ejemplo. Y suponga que el acceso a un piso sea más asequible y que puede disfrutar de un gimnasio, un jardín con zona infantil o incluso un comedor con servicio en la misma urbanización. Básicamente, en eso consiste la vivienda cooperativa en cesión de uso, una fórmula que quiere emerger en Aragón de la mano de cinco asociaciones, algunas con suelo para empezar a construir y dar forma a unos proyectos que ya han tenido mucho éxito en Barcelona o Madrid.

Todas estas organizaciones están incluidas en la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS Aragón), que promueve esta tipología de vivienda desde hace años para garantizar un acceso al hogar más accesible, "evitar la especulación del mercado inmobiliario" y promover los cuidados. Así, nacen cinco proyectos que quieren impulsar este modelo, "que despierta muchísima curiosidad entre los mayores", uno de los públicos que más 'abraza' la vivienda colaborativa.

En Cataluña, por ejemplo, hay unas 1.000 viviendas de esta tipología (algunas todavía en construcción), con numerosos proyectos que han ratificado su éxito e interés por parte de varios sectores de la población. Aunque definirlos no es sencillo, porque existen otros modelos muy similares, la premisa está clara. "Es cooperativa con cesión de uso. Es decir, la cooperativa mantiene para siempre la propiedad de los pisos, a cambio de ceder su uso a las personas que la habitan. Se paga un montante de entrada, más económico, un 20% o un 30% del coste de la obra. Es recuperable y, si la persona que vive allí fallece, sus hijos pueden heredarlo y pasar a vivir allí", explica Anabel García, de REAS Vivienda Aragón. 

La cooperativa tiene la propiedad de manera indefinida en el tiempo, pero al no poder arrendar ni vender las viviendas, "se evita la especulación", por lo que se genera una bolsa de casas "sociales". Después, las urbanizaciones se construyen en función de las necesidades. Por ejemplo, si el edificio está destinado a personas de más de 70 años, los pisos serán de un tamaño más reducido, pero las zonas comunes serán muy amplias, incluso con comedor, espacios al aire libre para poder pasear... En cambio, para las familias con hijos, las casas tendrán más metros cuadrados y se priorizará que en las zonas comunes se puedan llevar a cabo los cuidados para los niños, zonas infantiles, gimnasio para el padre y la madre, etcétera.

Integrantes del proyecto A cobijo y de otras cooperativas, durante una reunión sobre la vivienda de cooperativa en cesión de uso.
Integrantes del proyecto A cobijo y de otras cooperativas, durante una reunión sobre la vivienda de cooperativa en cesión de uso.
H. A.

En estos momentos, cifra Anabel García, hay cinco proyectos en marcha: Somos cuidados comunes, el más veterano y con una parcela en el barrio Oliver; Las Crisálidas, enfocado a un modelo 'sénior'; L' Arna Escanilla; Abitares, en Jaca; y A cobijo, sin límite de edad y con suelo en el Arrabal, con la idea de empezar a construir el año que viene para tener una urbanización creada en 2026. De hecho, REAS y la entidad La Replazeta organiza para este fin de semana unas jornadas para dar a conocer este modelo: el 12 y 13 de abril en el centro Joaquín Roncal, bajo el nombre de Convive Aragón, y con presencia de políticos de otras Comunidades donde ya se aplica esta tipología de vivienda. 

La inmensa mayoría de iniciativas del 'cohousing' en España están enfocadas a mayores. "Es para gente jubilada o que está pensando en jubilarse. Que van a necesitar unos cuidados, pero no saben cómo abordar esa etapa. Resuelve esa necesidad de manera muy satisfactoria", comenta García. De hecho, hay estudios que constatan que este modelo retrasa la dependencia, las personas mantienen la autonomía, tienen una calidad de vida "superior" y ayuda a combatir la soledad no deseada y se fortalece el envejecimiento activo. "Hay un montón de factores que lo convierten en una alternativa muy interesante. Son familias que han tenido pocos hijos, o que viven lejos y no pueden estar pendientes. Es muy interesante porque vas a tener tu propia casa, un fisio de fácil acceso...", añade la también coordinadora de La Replazeta.

'Cohousing' en Aragón.
'Cohousing' en Aragón.
Jorge Escudero/Heraldo

No obstante, también es útil para las familias jóvenes, por ejemplo. Si la comunidad la componen personas afines, es más fácil que entre ellas puedan cuidar a sus hijos y coordinarse, en lugar de depender de personas externas que deban desplazarse al domicilio. 

Para los pisos, el número de habitaciones dependerá del proyecto. Las cooperativas sénior para mayores enfocadas a gente sin hijos y van en pareja o solas son de un dormitorio, un salón, cocina y baño. "Se ciñen al mínimo marcado en la legislación, que son unos 37 metros cuadrados, pero esto está reflejado en el precio. La cooperativa hace la promoción y no hay intermediarios, pero los costes de construcción están muy caros, por lo que a veces renunciamos a metros cuadrados", comenta García. En lo que son las viviendas relativas a las familias, hay de un dormitorio, dos o tres. "Lo que se paga dependerá de los metros", comenta. Se abonarán cuotas mensuales, también, pero depende mucho del momento económico que se atraviesa o las ayudas que se consigan. En Cataluña, gracias a las subvenciones, es más asequible. Se han visto cuotas de entrada desde los 30.000 hasta los 100.000 euros en proyectos en otras comunidades.

"Desinstitucionalización" de los cuidados

Uno de los numerosos objetivos de estas iniciativas pasan por la "desinstitucionalización" de los cuidados. "Al final, aquí en España solo hay residencias. También hay mayores que quieren cenar a la hora que les apetezca o echarse a dormir más tarde", indica Anabel García. Así, hacen que las personas sean dependientes "antes de tiempo". "En el primer proyecto que se hizo en Madrid, las personas que viven allí tienen la salud de hierro. Están como un roble", asevera.

En Aragón, se va a poner el enfoque también en el mundo rural. "En la Comunidad tenemos dos cualidades, pueblos muy turísticos con vivienda tensionada y zonas despobladas y envejecidas sin oferta de casas. Se amplía el mercado sin necesidad de que haya especulación, blindando las viviendas", añaden desde REAS. Reclaman, además, más apoyo de la Administración y que se comience a regular esta tipología, ya que precisamente las ayudas han hecho que en Cataluña este modelo suba como la espuma.

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