Patrimonio desaparecido: “Vinieron las excavadoras y escacharon la Universidad, fue una pena muy grande”

El último vestigio de la Universidad de Zaragoza, la capilla-biblioteca del siglo XVI, se derrumbó en 1973 víctima de la desidia y el abandono tras años a merced de los saqueadores y el fuego.

La biblioteca de la antigua Universidad de Zaragoza, del siglo XVI, se derrumbó en 1973 tras años de abandono y saqueos.
La biblioteca de la antigua Universidad de Zaragoza, del siglo XVI, se derrumbó en 1973 tras años de abandono y saqueos.
Archivo Heraldo de Aragón

Los vecinos de la Magdalena todavía lo recuerdan. El edificio de la antigua Universidad de Zaragoza, creada en el siglo XVI y que albergó todos los estudios superiores hasta el siglo XIX, cuando, poco a poco, las nuevas facultades de Ciencias y Medicina abrieron sus puertas en la plaza de Paraíso.

La guerra de la Independencia dañó gravemente el inmueble y tuvo que ser rehabilitado. A principios del siglo XX recibió un buen lavado de cara de la mano del arquitecto zaragozano Ricardo Magdalena que construyó una fachada de estilo clasicista, con grandes escalinatas y un patio interior con otra escalinata monumental. 

“Recuerdo lo bonito que era el edificio de la Universidad y la gran escalinata que daba a la plaza de la Magdalena. Mi abuela vivía en esas calles y todas las mujeres mayores salían cada tarde a sentarse en esas escaleras a tomar el sol”, recuerda Victoria Luis, una zaragozana, vecina de Tenerías de 84 años. “Aun tengo la imagen de esas señoras mayores con sus largas sayas, los mantones y el pañuelo negro en la cabeza charlando tranquilamente a los pies del edificio”, rememora.

Antigua Universidad de Zaragoza situada en la plaza de la Magdalena.
Antigua Universidad de Zaragoza situada en la plaza de la Magdalena.
Ayuntamiento de Zaragoza

Con el paso del tiempo se fueron inaugurando nuevas facultades, en el campus San Francisco y la antigua Universidad se quedó como reducto de la Escuela de Magisterio y sede del Instituto de Educación Secundaria Goya -masculino- y del Miguel Servet -femenino-, en los años 50 del siglo pasado. “Yo estudié en los 50 en el IES Miguel Servet que era un edificio junto a la Universidad. Hoy forma parte del IES Pedro de Luna. Era el instituto femenino porque los chicos iban al Goya, que era la antigua Universidad y se entraba por la gran escalinata de la plaza de la Magdalena que era una preciosidad”, señala por su parte, Mercedes Martínez, de 81 años que hizo el Bachillerato en el edificio desaparecido.

El final, de la noche a la mañana

“Me acuerdo que en la parroquia de la Magdalena se hacía un Belén viviente para Navidad y lo representaban en los jardines de la Universidad. Yo me vestí un año de Virgen María y todos los niños del barrio entrábamos a los jardines para verlo. Un buen día dijeron que iban a tirar el edificio, llegaron las grúas y lo deshicieron”, apunta Pili Alvero, de 70 años y vecina de la Magdalena.

"Los parroquianos comentaban que los estudiantes no habían venido ese curso y no sabían la razón"

“Mis padres regentaban entonces el bar Gallizo, en la calle de San Lorenzo, y era la comidilla de los parroquianos. Comentaban que no habían abierto las clases y que los estudiantes no habían venido ese curso pero nadie sabía la razón. De repente vinieron un día con las excavadoras, lo escacharon y no dijeron nada”, recuerda. Los vecinos lo sintieron mucho”.

"Se demolió por un tema urbanístico"

“El edificio de la Universidad se demolió por un tema urbanístico. Las autoridades de la época querían centrar el Coso y hacer la calle más ancha para las necesidades de la ciudad en crecimiento, siguiendo un modelo urbanístico de ensanches de las calles de los Cascos Históricos”, explica Jesús Peña. Este profesor jubilado de 78 años impartió sus clases de Filosofía en el IES Pedro de Luna en los primeros años en los que se puso en marcha el centro sobre el solar donde estuvo la Universidad.

La capilla del siglo XVI, el único reducto

En 1969 comienza la demolición del edificio. El único elemento que se respeta es la capilla Cerbuna, tras ser declarada Monumento Histórico Artístico Nacional. Una joya gótica del siglo XVI que había perdido su uso religioso y se había convertido en la biblioteca universitaria. Sin embargo, el edificio quedó aislado y desprotegido de los muros de la Universidad en cuyo corazón había estado alojado durante 400 años. 

La capilla-biblioteca Cerbuna, es el único vestigio que quedó de la demolición de la antigua Universidad de Zaragoza.
La capilla-biblioteca Cerbuna, es el único vestigio que quedó de la demolición de la antigua Universidad de Zaragoza.
Archivo Heraldo de Aragón

Abandonado a su suerte, la rapiña, la ocupación y el saqueo hicieron acto de presencia hasta que en el año 1973 el edificio se hundió parcialmente y se originó un incendio, enterrando y calcinando todo el patrimonio bibliográfico que todavía permanecía en su interior.

Abandonado a su suerte, la rapiña, la ocupación y el saqueo hicieron acto de presencia hasta que se hundió

A pesar de las voces de expertos, como la del académico de Bellas Artes, Francisco Oliván Baile, que clamaban por su conservación y alertaba del peligro de su desaparición en un artículo de HERALDO del 8 de abril de 1973, apenas un mes antes de que ocurriera el desastre, las autoridades desoyeron sus súplicas.

Recorte de una página de Heraldo de 1973, alertando del mal estado de conservación de la capilla Cerbuna.
Recorte de una página de Heraldo de 1973, alertando del mal estado de conservación de la capilla Cerbuna.
Archivo Heraldo de Aragón

Así, el domingo 6 de mayo de 1973 a las 15.30 ocurrió lo inevitable. HERALDO se hizo eco del suceso. En cuestión de segundos un “gran estrépito y una nube de humo” convirtieron en polvo el último vestigio de la antigua Universidad de Zaragoza, que se derrumbó tras años abandonada y a merced de los saqueadores y del fuego.

Recorte de una página de Heraldo en la que se da cuenta del hundimiento de la capilla Cerbuna de la antigua Universidad.
Recorte de una página de Heraldo en la que se da cuenta del hundimiento de la capilla Cerbuna de la antigua Universidad.
Archivo Heraldo de Aragón

Los libros, en anticuarios y coleccionistas

A pesar de los saqueos, entre los escombros todavía se encontraron algunos ejemplares de volúmenes antiguos meses después del derrumbe, cuando se procedió a limpiar el solar. Y durante años, los libros perdidos de esta biblioteca han ido apareciendo con cuenta gotas. Algunos han sido devueltos a la Universidad de Zaragoza y otros siguen en manos de coleccionistas privados tal y como explicaba el periodista de HERALDO, Mariano García en un artículo de 2013 en el que daba cuenta de la recepción por parte de la entidad académica de volúmenes provenientes de la antigua biblioteca. 

Hoy, más de 50 años después de su desaparición algunos de ellos todavía continúan en manos privadas. “En los 90 compré en un anticuario zaragozano un lote de una veintena de libros que llevaban el sello de la biblioteca de la Universidad Literaria de Zaragoza. Algunos de ellos eran ejemplares de los siglos XVII y XVIII en pergamino que se encontraban muy deteriorados por haber sufrido los efectos del derrumbe, el fuego y el expolio”, confiesa Jesús Peña. 

Algunos de los libros provenientes de la biblioteca de la antigua Universidad de Zaragoza que se encuentran en manos de coleccionistas.
Algunos de los libros provenientes de la biblioteca de la antigua Universidad de Zaragoza que se encuentran en manos de coleccionistas.
M.O.

“Los guardo como oro en paño y les tengo mucho cariño. Había igualmente un manuscrito del siglo XVII que tenía incluso una parte quemada y que doné a la biblioteca del Paraninfo”, asegura el profesor. “Fue una pena porque la capilla era preciosa. Yo tuve la suerte de poder verla en alguna ocasión, siendo niña. La gente decía que era como la capilla Sixtina de Roma pero en Zaragoza”, recuerda Pili Alvero.

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