Estas son las carreteras del Pirineo de Aragón con más riesgo de aludes

La protección contra las avalanchas supone un reto cada temporada invernal en los cuatro pasos fronterizos y en los complejos turísticos situados a mayor altitud.   

Mapa de las carreteras que sufren cortes por riesgo de aludes.
Mapa de las carreteras que sufren cortes por riesgo de aludes.
Heraldo

El invierno ha llegado tarde, pero antes de dar paso a la primavera, ha aterrizado con toda su crudeza para dejar los mayores espesores de la temporada. A dos semanas del cambio de estación, la sucesión de borrascas ha vuelto a demostrar la vulnerabilidad de algunas carreteras de alta montaña ante el riesgo de aludes. 

El último episodio ha sido generalizado e intenso en toda la cordillera, acumulándose importantes espesores de nieve nueva, de hasta 50 y 60 cm en algunos casos. Pero además en las zonas altas se encuentran muy venteada, con espesores de más de dos metros. 

Es la imagen que ofrece este lunes el paso fronterizo del Portalet, en Sallent de Gállego, el más vulnerable a los cortes de carretera debido al peligro de avalanchas en la parte francesa, con más pendientes y una carretera en peores condiciones. En el lado español no hay vertientes avalanchosas, pero sí en el país vecino. De hecho, desde el sábado permanece cerrado al tráfico. Cayó un pequeño alud en Francia que llegó a la calzada, y la semana pasada ya hubo cortes de tráfico. 

Una imagen este lunes del paso del Portalet.
Una imagen este lunes del paso del Portalet. Al fondo, el muro de nieve que impide pasar a Francia.
Verónica Lacasa

Exceptuando los refugios de montaña, este punto situado en el final del valle de Tena es el lugar habitado a mayor altitud del Pirineo aragonés. Aquí están las ventas del Portalet, a 1.806 metros, y los edificios de conservación de carreteras. Hay 10 establecimientos de comercio y hostelería, algunos con vivienda. El primero, Anayet, se estableció en 1957. Dada la altitud, no es extraño que las nevadas provoquen frecuentes cierres. 

Aunque en menor medida los otros puntos fronterizos del Pirineo también son vulnerables, y nuevamente por el riesgo de aludes en la parte francesa. El pasado martes tuvieron que cerrar tres de los cuatro pasos: Portalet (A-136), el túnel de Somport (N-330) y el puerto (N-330a) de Somport, estos en Canfranc. El único paso operativo durante unas horas fue el túnel Bielsa-Aragnouet (A-138), en la comarca del Sobrarbe.

Los dos pasos de las carreteras autonómicas, Portalet y Bielsa, se gestionan a través de una Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) denominada Pirineos-Pyrénées, en la que participan el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Huesca y los departamentos franceses de Hautes-Pyrénées y Pyrénées-Atlantiques. Bajo su responsabilidad está la viabilidad invernal y las inversiones para mejorar las condiciones de movilidad. 

Llanos del Hospital en Benasque y el balneario de Panticosa, grandes afectados por las nevadas

Pero además de estas carreteras, hay dos complejos turísticos situados a gran altitud que ven interrumpidos sus accesos con las grandes nevadas por el peligro de la gran acumulación de nieve. Se trata de los Llanos del Hospital, en Benasque, al final de la carretera A-139, A y el balneario de Panticosa, en la A-2606. 

El primero, a 1.750 metros. es un hotel, junto a la estación de esquí de fondo, que sufre como pocos lugares en el Pirineo los rigores del invierno. En el siglo XII era un hospital de peregrinos. Destruido en la Guerra Civil, se reconstruyó en 1989 como alojamiento turístico.

El balneario de Panticosa, aunque está más bajo (1.638 metros), se sitúa en una empinada carretera de alta montaña. El complejo hotelero y termal, reactivado hace 20 años, también tiene que afrontar cada invierno las consecuencias de la altitud. 

La Dirección General de Carreteras tiene contratado un servicio de asesoramiento con dos nivólogos para estas carreteras, que este fin de semana han tenido que cerrar por acumulación de nieve. La de Benasque ya pudo reabrir y la de Panticosa lo hará este martes por la tarde.

La protección ante las avalanchas supone un reto cada temporada invernal, sobre todo en las estaciones de esquí y en las carreteras de alta montaña, donde se aplican los sistemas más modernos para precipitar de manera controlada la salida de la nieve. Entre las medidas activas están el avalancheur (un cañón de tiro neumático que lanza flechas con explosivos a puntos de difícil acceso), el Daisy Bell (una cápsula metálica con forma de cono que transporta oxígeno e hidrógeno lanzado desde un helicóptero) o el Gazex (una estructura de tubos fijos instalados en puntos críticos). Pero también hay que recurrir a las defensas estáticas, como las viseras o paravalanchas sobre las carreteras. Es el caso de los accesos al balneario de Panticosa y a los Llanos del Hospital de Benasque.

En estos tramos, así como en los pasos fronterizos de Bielsa y el Portalet, las inversiones se han multiplicado en los últimos años para aumentar la seguridad de los usuarios y reducir el número de días de cierre de estas carreteras. Según los técnicos del departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, la operatividad de estas vías ha mejorado en un 90%.

En el túnel internacional de Bielsa-Aragnouet y en el paso de Portalet, entre 2016 y 2021, gracias a los proyectos europeos Securus I y Securus II (cofinanciados al 65% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional) se invirtieron 2.253.530. Y en las últimas construcciones antialudes de la A-139 (Benasque) y la A-2606 (Panticosa), 815.000 y 262.000 euros, respectivamente.

Si entre 2010 y 2015 el cierre y limpieza de esos tramos suponía una media de dos días con la carretera cortada para retirar el alud, ahora se ha rebajado el plazo a la mitad, según fuentes del Gobierno de Aragón.

Un proyecto dotado con 3,38 millones de euros va a permitir reforzar las protecciones contra las avalanchas de nieve y los desprendimientos de laderas en carreteras o infraestructuras vulnerables del Pirineo aragonés, tanto en la parte francesa como en la española, entre ellas los pasos fronterizos de Bielsa y Portalet y las vías de alta montaña de Benasque y Panticosa. De esa cantidad, Europa aporta 2,2 millones, procedentes de los fondos Feder, y el resto la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT).

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