La polémica arenga del consejero de Agricultura aragonés, Ángel Samper, a los agricultores que estos días protestan en las calles y carreteras de Aragón no es un caso aislado ni espontáneo. La dirección nacional de Vox ha movilizado a sus cuatro representantes autonómicos al frente de un departamento clave para el partido en la actual crisis. La formación que lidera Santiago Abascal quiere capitalizar las manifestaciones para mantener su principal granero de votos a las puertas de las elecciones europeas, incluso marcando distancias con su socio de Gobierno, el PP.

Samper mantuvo el jueves una reunión con los agricultores que participan en las tractoradas al margen de las organizaciones agrarias y sin autorización. "Hay que mantener la tensión para que la protesta no sea flor de un día", les arengó el que fuera secretario general de Asaja en la Comunidad hasta hace poco más seis meses, cuando llegó de la mano de Vox al Ejecutivo autonómico.

Sus declaraciones no pasaron inadvertidas, y el PSOE-Aragón salió ayer en tromba a pedir la dimisión del consejero. “Demuestra que está superado y es incapaz de asumir su responsabilidad”, advirtió la portavoz socialista en la Cortes, Mayte Pérez.

En cambio, y a diferencia de lo ocurrido días atrás en cuestiones como la inmigración o la política de trasvases, el PP sí respaldó en este caso a su socio del Ejecutivo al entender que en sus declaraciones “no llama a la revuelta ni al desorden público”. “El Gobierno de Aragón reitera que las reivindicaciones de los agricultores son totalmente justas, es comprensible que mantengan sus protestas”, señalaron fuentes del PP en el Pignatelli.

Pocas horas después, el consejero improvisaba una nueva arenga, esta vez a pie de carretera, con los manifestantes. Y aunque negaba que alentara la movilización, acusando a la prensa de hacer esa interpretación, volvía a conminar a los agricultores a "mantener el tipo" para lograr "doblar la rodilla de Bruselas". "Hay que ir a piñón porque si no esto no va a valer de nada", subrayaba.

Sus palabras están en consonancia con las directrices del partido a nivel nacional, que ve en la actual crisis del campo una oportunidad para consolidar su apoyo electoral en el medio rural a las puertas de las elecciones gallegas y, sobre todo, las europeas. Según fuentes de Vox, responde a la “unidad de acción que caracteriza al partido” no solo en este asunto. “Nosotros decimos lo mismo en todos los rincones de España, ya sea sobre el agua, la inmigración ilegal o la situación del campo”, reiteran.

En este sentido, la dirección del partido ha elaborado un dossier en el que manifiesta que “Vox apoya las justas reivindicaciones del mundo rural y gobierna para garantizar su futuro” y que recopila las principales medidas adoptadas por sus consejeros autonómicos en este ámbito. En el caso de Aragón, se destacan entre otras las “ayudas a granjeros cuyas explotaciones tienen problemas burocráticos”, la “ayuda por FITE para vehículo que recoja residuos orgánicos urbanos y los lleve a planta de tratamiento de purín” o la “propuesta de modificación de la Ley de economía familiar”.

Acción global

Además de Samper, el propio vicepresidente de Aragón, Alejandro Nolasco, respaldó las protestas en primera persona. “Es una reivindicación legítima y la tenemos que apoyar”, dijo tras fotografiarse con un tractor que portaba una pancarta contra la Agenda 2030, una de las batallas ideológicas de Vox.

La situación se repite en el resto de comunidades donde gobierna Vox con el PP. El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, acudió el martes a las protestas de los agricultores en Valladolid. También su consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas, y el de Gestión Forestal y Mundo Rural de Extremadura, Ignacio Higuero, han arropado en los últimos días a los manifestantes.

De hecho, los cuatro consejeros autonómicos de Vox (Aragón, Extremadura, Castilla y León y Valencia), mantendrán el miércoles un encuentro en la sede del Parlamento europeo con Janusz Wojciechowski, máximo responsable comunitario de Agricultura.