entrevista

Rafael Marrón: "El récord de urgencias en Aragón refleja que el sistema no funciona bien"

El repunte de las asistencias en los servicios de urgencias sanitarias de Aragón preocupa al doctor Rafael Marrón, jefe de unidad del servicio de Urgencias del Miguel Servet de Zaragoza.

Rafael Marrón, frente al servicio de Urgencias del Servet.
Rafael Marrón, frente al servicio de Urgencias del Servet.
Toni Galán

El doctor Rafael Marrón, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) en Aragón y jefe de unidad del servicio de Urgencias del Miguel Servet, considera que alcanzar cifras de récord en asistencias en los servicios de Urgencias hospitalarias "no es una buena noticia": "Refleja que el sistema sanitario no está funcionando bien".

Durante todo 2023, excepto en primavera y principios del verano, "se ha estado por encima de las cifras de 2022, que ya fueron de récord", con episodios de saturación frecuentes en los grandes hospitales por falta de camas, incluso en el periodo estival. El doctor Marrón considera que el análisis de este "aumento imparable de la demanda» es «muy complejo". Es evidente, dice, que «en las últimas semanas el incremento de las patologías respiratorias (previsible por otra parte)» condiciona a todo el sistema: "Pero esto no nos debe alejar de analizar las causas que provocan que los usuarios acudan en masa a las Urgencias: la cultura de la inmediatez, la dificultad de los usuarios para conseguir cita en Atención Primaria, la demora en las pruebas diagnósticas y en la Atención Especializada, el déficit y la precariedad laboral del personal sanitario que dificulta que se cubran plazas, el envejecimiento de la población y una política de gestión de los centros sanitarios que no termina de adecuarse a las nuevas realidades epidemiológicas".

En este sentido, cita el mantenimiento constante de los ingresos hospitalarios (incluso en verano) o la falta de alternativas al ingreso convencional en los hospitales, que podría aliviar la saturación de las Urgencias, cuya causa principal es la falta de camas hospitalarias.

"Todo tiene un límite"

"Las Urgencias hospitalarias son un recurso que debemos cuidar tanto gestores y profesionales sanitarios como ciudadanos", evidencia. Tal y como explica: "Las situaciones de sobreaforo y saturación dificultan que se pueda dar una asistencia de calidad y ponen en riesgo a los pacientes más urgentes y vulnerables provocando que el personal tenga que trabajar en condiciones de riesgo laboral donde se incrementa la probabilidad de sufrir agresiones o cometer errores de seguridad clínica". Para el presidente de Semes Aragón, "el personal está entrenado y acostumbrado a trabajar en condiciones complejas, dispone de protocolos de triaje, códigos para las patologías tiempo-dependientes, circuitos específicos según patologías y nivel de prioridad... pero todo tiene un límite, el espacio es limitado y el personal no aumenta con la demanda por lo que se pueden crear peligrosos ‘cuellos de botella’".

La atención en los servicios de Urgencia hospitalarios se presta las 24 horas, los 365 días del año: "No hay que confundir esta cualidad con que es un servicio al que se puede ir “por cualquier cosa, en cualquier momento”, sino porque es el garante de ofrecer la atención a las situaciones clínicas que ponen en peligro la vida de las personas". "Recuerdo –relata–, que un paciente hace no mucho nos recriminaba: “Deberían ustedes organizarse mejor y poner más personal para atender a los que venimos con cosas normales, porque aquí no paran de venir urgencias (se refería a las ambulancias que llegaban con pacientes) y nos eternizamos". "Algo estamos haciendo mal a nivel de educación sanitaria y es preciso que todos, profesionales y usuarios, nos pongamos a trabajar por recuperar este bien tan preciado que es la Sanidad pública". 

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