María José Hernández: "Hay mucho ruido en torno al poder judicial"

Jueza pionera, es la primera mujer en presidir una sala, la de lo Social, del TSJA. Acaba de recibir La Sabina de Oro.

María José Hernández, en una de las salas del Palacio de los Condes de Morata, sede del TSJA.
María José Hernández, en una de las salas del Palacio de los Condes de Morata, sede del TSJA.
Toni Galán

El Club de Opinión La Sabina ha hecho merecedora este año de su  Sabina de Oro  2023 a María José Hernández, presidenta de la Sala Social del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.  Jueza pionera, es la primera mujer en presidir una sala del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, en su caso, la de lo Social. 

¿Qué supone para usted el reconocimiento de Las Sabinas?Mis destinos profesionales me han llevado durante 25 años fuera de Aragón. Volver a la tierra donde me crie, estudié y nacieron mis hijos me supuso una emoción como la que debió experimentar Ulises cuando regresó a Ítaca después de haber permanecido durante 20 años lejos de su patria. En mi caso que ese regreso haya culminado con el premio Sabina de oro ha multiplicado mi emoción y agradecimiento.

Se ha distinguido por la lucha de la presencia de la mujer en ámbitos que secularmente le han estado vedados. ¿Cómo ve la situación ahora al respecto en la Justicia desde su pionera posición como presidenta de la Sala de lo Social del TSJA?Hay que echar la vista atrás para tomar conciencia de los peldaños que han escalado las mujeres en el ámbito de la justicia y los tiempos que ha costado esa escalada. Hago un rápido repaso cronológico. El año en el que por primera vez una mujer ocupó el puesto de juez comarcal fue 1966. El acceso al Tribunal Supremo de la primera magistrada tuvo lugar en 2002. La primera presidencia de una Sala del Tribunal Supremo ocupada por una mujer tuvo que esperar hasta 2020. Este resumen nos da una idea del recorrido avanzado a lo largo de casi 70 años hasta nuestros días. Un recorrido lento, imparable y paralelo al progresivo aumento de las mujeres en la carrera judicial, que hoy en día son casi el 60% de ésta, lo que necesariamente debe reflejarse en el futuro en su llamada a ocupar puestos de responsabilidad jurisdiccional y de orden gubernativa acordes con esa realidad. 

Ya lleva un tiempo en el cargo. ¿Qué cree que ha aportado?Una cosa que me interesó desde el primer día fue dar presencia pública de la Sala Social del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, sobre todo en el ámbito jurisdiccional social, porque, aunque era una Sala de nivel técnico alto, creo que no tenía el reconocimiento que merecía. Para conseguir esa presencia hay que estar en Foros jurídicos, presentar ponencias, intervenir en cursos formativos, etc, y eso es un trabajo laborioso y adicional al del día a día. Creo que lo estamos consiguiendo.

¿Se cumple en su caso eso de que las mujeres siempre tienen que demostrar más?Personalmente por el hecho de ser mujer no me he sentido obligada a demostrar nada más que mis compañeros varones, que los he tenido y tengo en este momento muy buenos. Lo que sí me pesó cuando me incorporé al Tribunal de Aragón fue el refrán “Nadie es profeta en su tierra” y tuve claro que tenía que hacer un esfuerzo por encajar en esa nueva sociedad judicial.

En su discurso para Las Sabinas habló de la "psicología de la decisión”, de la importancia de ser conscientes de que las decisiones se toman en función de los elementos de juicio que tenemos en cada momento. ¿Cree que, en general, vivimos en un momento poco reflexivo?La pregunta se refiere a la falta de reflexión en general y desde esta perspectiva sí creo que hay poca reflexión, porque, de igual modo que el mercado de bienes materiales necesita un lanzamiento continuo de campañas de productos nuevos para fomentar el consumo , también a nivel de ordenación de la sociedad hay una multiplicidad de órganos con competencias duplicadas y superpuestas que incurren en un continuo lanzamiento de iniciativas que a veces solo responden a la estrategia del mercado político de esos organismos, mientras los consumidores de ese mercado, la ciudadanía, muchas veces ni somos conscientes de esta situación ni reflexionamos sobre ella.

Se dice que hay mucho ‘ruido’ en torno al poder judicial. ¿Lo cree así?Sí. En este momento hay mucho ruido en torno al poder judicial. Demasiado, porque acaba afectando al buen hacer de las cosas. Se habla de judicialización de la política cuando en realidad el problema es la politización de la justicia. Nuestra Constitución no se puede cambiar en ciertos puntos, dado el anclaje de España en el mundo occidental europeo, y uno de los pilares fundamentales de esa Constitución es el art. 117, que resalta de forma muy esencial la independencia del Poder Judicial como mecanismo necesario para cumplir su función institucional de Tercer Poder del Estado. Hay quien quiere olvidar que en el trípode en que se asienta el buen orden de la sociedad el Poder Judicial es una pata tan esencial como las restantes y la única que las equilibra. 

El club Las Sabinas se creó en los 90, década en la que usted ingresó en la carrera judicial. ¿Cómo recuerda sus inicios?
Me vienen recuerdos de afecto. Tuve ocasión de comentar dos recuerdos para mí especiales en el acto de entrega de los premios de Las Sabinas de este año. Uno de esos momentos fue en el año 2002, en medio de una época difícil que yo pasé a raíz del asesinato por ETA del magistrado José María Lidón, al que conocí en el Tribunal de Bilbao, donde yo estaba entonces destinada. Era el segundo magistrado asesinado por ETA que yo conocía personalmente, tras el de Rafael Martínez Emperador. Otro momento fue en 2019, a raíz de la presentación de mi candidatura ante el Consejo General del Poder Judicial a la presidencia de la Sala Social de Aragón. En ambos casos tengo recuerdos de gran sororidad por parte de las Sabinas.

En su ámbito profesional, ¿qué espera de este 2024 que está a punto de empezar?Lo que espero de 2024 en mi ámbito profesional es, a nivel de cúpula judicial, la constitución de un nuevo Consejo General del Poder Judicial y el consiguiente desbloqueo en el nombramiento de cargos judiciales de libre designación. A nivel de Aragón que se creen todas las plazas judiciales que tan necesarias resultan. A nivel de la Sala Social que siga la armonía que reina tanto entre los miembros de la carrera judicial que la componemos como con el personal de la Secretaría.

¿Y en lo personal?Mantener la necesaria curiosidad intelectual para saber apreciar cómo va el mundo y tener criterio personal para posicionarme frente a esa realidad. Y, por supuesto, mantenerme junto a mi familia y mis amistades.

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