Fernando Martínez Altarriba: "Todas las grandes ciudades convierten sus campos de fútbol en un icono de la arquitectura"

Idom es una consultora de ingeniería y arquitectura con proyectos en 125 países, pero siempre ha estado muy vinculada a Zaragoza.Sí. Zaragoza es la segunda oficina que se abrió del grupo. Idom nació en el año 57 en Bilbao y desde el 65 está en Zaragoza. Desde entonces, hemos tenido presencia continua en Aragón y hemos ido creciendo poco a poco.

Han participado en proyectos muy importantes, desde el recinto de la Expo hasta el Caixaforum. ¿De cuál se sienten más orgullosos?Yo creo que de todos. Hemos participado en la Expo, desde el estudio de alternativas de ubicación hasta la construcción de los pabellones y en su reconversión. Pero también hemos hecho la rehabilitación del Seminario, residencias de ancianos, la plaza de San Juan de los Panetes, San Pedro Nolasco, los temas de equipamiento comercial con el Ayuntamiento de Zaragoza. Es una alegría ir por la ciudad y ver cosas que se han hecho en Idom.

¿La ciudad ha cambiado para mejor?Creo que sí. Hace poco ha salido en la prensa que Zaragoza es la segunda ciudad de España con mayor calidad de vida. Tenemos una ciudad más amable, con buenos equipamientos, con un tamaño adecuado, infraestructuras y sigue mejorando. ¿Se pueden hacer cosas? Claro. Ese es el objetivo.

Hoy la empresa está participando en uno de los proyectos estratégicos más importantes que tiene Zaragoza, que es la nueva Romareda.Un estadio hoy en día es una de las obras más grandes que puede hacer una ciudad. Alguien les llama las nuevas catedrales de las ciudades. Todas las grandes ciudades convierten sus campos de fútbol en un icono de la arquitectura. Pero no solo es un icono. Juntar a 40.000 o 50.000 personas, organizar esos flujos para la entrada y evacuación tiene implicaciones urbanísticas. No solo es hacer un estadio para albergar partidos de fútbol. Cuando lo haces en el sitio donde está tienes que ser amable con el entorno, que cuando esté terminado sea coherente con lo que le rodea. 

¿Esta vez es la definitiva y en 2024 veremos obras de construcción?Esperemos que sí. Pero evidentemente eso no está en nuestras manos. Nosotros tenemos la encomienda de terminar el proyecto para el 30 de junio y en eso estamos trabajando.

¿Qué supone para un zaragozano y un zaragocista estar en este proyecto? 
Es una enorme ilusión, a la vez que un reto y una gran responsabilidad, porque eso se va a quedar ahí. Si lo hacemos bien, que lo haremos bien, será un orgullo. Pero bueno, en este momento es una responsabilidad porque tenemos que encajar todas las piezas y hacer el estadio que la ciudad se merece.

¿Tienen proyectos en el extranjero?Estamos con las instalaciones de seguridad del túnel de Fehmarnbelt, que va a unir Dinamarca y Alemania, que es el túnel sumergido más largo del mundo. Va a tener 18 kilómetros y medio, uno más que el Canal de la Mancha, y tenemos la suerte de poder estar trabajando desde Zaragoza en ese proyecto.

Será un desafío técnico.Hacemos los temas de ventilación, climatización, protección contra incendios, señales de telecomunicación... Empezamos en el túnel del Somport, que es otro de los proyectos emblemáticos que hay en Aragón, en el que tuvimos la suerte de participar hace ya 24 años. Es un proyecto espectacular.

Idom también está en otros sectores.
Lideramos el grupo de renovables de energía eólica de Idom. Tenemos clientes aragoneses, pero también internacionales en Grecia, en Arabia, en Brasil. Y en lo que es industria tenemos la suerte de haber colaborado con las principales empresas aquí y fuera de aquí: Saica, Pikolin, CAF…

Han sido seleccionados para los trabajos del futuro Plan General de Ordenación Urbana de Zaragoza. ¿Cómo será la ciudad del futuro?Me gustaría que fuera cada vez más una ciudad más amable para todos, con unas calles limpias, zonas para pasear amplias, buen transporte público... Y que sepa aprovechar la tecnología para ayudar al ciudadano. Con el concepto de ‘smart cities’ se pueden hacer muchas cosas, pero tienen que hacerse con el objetivo de ayudar al ciudadano. Hoy en día es muy fácil tener datos de todos nosotros y esos datos se deberían utilizar para facilitar la vida diaria.