¿Cuándo colocan los aragoneses el belén y el árbol de Navidad?
Este domingo comienza el adviento, pero el 73% de los encuestados esperarán al puente de la Constitución para adornar sus casas.
Aún no ha llegado diciembre, pero hace días que los 'papá noeles' asoman por muchos balcones y que en la plaza del Pilar se calientan motores con lo que han dado en llamar el parque temático de la Navidad. Los aragoneses ya planean estos días cómo adornar sus hogares, pero no tienen especial prisa: el 73% aguantará las ganas, al menos, hasta el puente de la Constitución. Pero, ¿hay una fecha indicada para colocar el Belén? ¿Y cuándo ha de colocarse y retirarse el árbol de Navidad?
Las fuentes más clásicas apuntan que habría que respetar el 'timing' litúrgico y recuerdan que el muérdago y los espumillones deberían aparecer el primer día de adviento. ¿Y esto cuándo es? El adviento proviene del latín 'adventus redemptoris' (algo así como "venida del redentor") y lo constituye los 28 días previos a la Navidad. Comienza el domingo siguiente a la festividad de Cristo Rey, que se celebra este 2023 se celebró el pasado domingo: es decir, el adviento comienza el 3 de diciembre, según los periodos del año litúrgico cristiano.
Con esta pauta, apenas faltan 96 horas para desplegar toda la parafernalia de la decoración navideña, si bien parece que los aragoneses tardarán una semana más. Aunque las luces iluminen ya las calles a partir de este viernes, no será hasta el día de la Inmaculada cuando muchas familias vayan al desván o al trastero a rescatar las cajas repletas de figuritas de pastores y de renos Rudolf luminosos.
Echando un ojo a la encuesta que ha lanzado HERALDO entre sus lectores de la página web, se ven algunas curiosidades como que el porcentaje de híper-tempraneros que ya han puesto la decoración es idéntico al de súper-tardanos, que la coloca la semana previa a la Nochebuena. Sobre el tipo de adornos, los aragoneses siguen siendo fieles a los árboles 'sostenibles', pero también demuestran cada vez más querencia por las luces tanto en el exterior como en el interior de la vivienda. El tradicional Belén resiste al empuje de las innovaciones navideñas y casi un 30% de las familias continuará montando el portal.
Las muchas horas de ocio del puente festivo de comienzos de diciembre también introduce una sutil diferencia: los católicos suelen esperar al día 8, con motivo de la Inmaculada (la Purísima Concepción), mientras que los más paganos y ávidos de inaugurar la tradición lo adelantan al día 6, el día de la Constitución.
Cuentan que antaño el Belén se colocaba mucho más tarde y apenas podía disfrutarse de él en adviento. De hecho, las figuras no se ponían hasta después de la Misa de Gallo, esto es, el día previo a la Navidad. Nochebuena era día de vigilia y la liturgia consistía en guardar ayuno y, al regresar a casa tras la Misa de Gallo, se bendecía la tronca y se colocaba el Belén. Poco a poco se fue cambiando la tradición y adelantando la fecha e, incluso, durante unos años era costumbre poner la ‘escenografía’ a primeros de mes e ir sumando figuritas conforme se acercaba la Nochebuena. Aún hoy hay niños que van acercando a Melchor, Gaspar y Baltasar paso a paso y día tras día al portal, acaso como herencia de aquellos hábitos.
¿Y cuándo acaban las fiestas?
Aquellos que tienen cierto espíritu 'grinch' y detestan la Navidad ya se están preguntando también cuándo acaban las fiestas... Generalmente se entiende que tras la visita de los Reyes Magos ya está todo el pescado vendido, pero este asunto también genera cierta controversia. En algunos pueblos son fieles a lo que en el catolicismo llaman "las octavas" y señalan que la Navidad termina el 1 de enero, esto es, ocho días después de su inicio, que es lo que debe prolongarse una fiesta religiosa. Sin embargo, eso dejaría fuera la cabalgata y la festividad de Reyes, que es fecha ineludible en cualquier calendario escolar y laboral. El día de la Epifanía del Señor aún se celebra por todo lo alto, con juguetes y una comida populosa, pero ya el 7 de enero se suelen quitar las luces y las decoraciones navideñas en los comercios.
Pero, ¿qué dice la Iglesia a este respecto? El Belén del Vaticano permanece, ni más ni menos, que hasta el día de la Virgen de la Candelaria, esto es, ¡el 2 de febrero! En esa fecha se cumplen 40 días tras el nacimiento del niño Jesús, que -según la tradición judía- son los días que han de pasar para llevar a los recién nacidos al templo. Aún hay reminiscencias de estos usos en algunos pueblos del Pirineo y, antaño, en el Alto Aragón la Tronca de Navidad se hacía extensible también hasta la Candelaria.
