El drama de los accidentes de tráfico en las carreteras sigue siendo una de las asignaturas pendientes en la sociedad. En lo que va de año un total de 46 personas han perdido la vida en 44 siniestros en las carreteras de Aragón. Unas cifras que obligan a una profunda reflexión y a una actuación más decidida de las administraciones

Este fin de semana un joven de 21 años, vecino de Teruel, fallecía tras una salida de vía y, recientemente, otro joven zaragozano perdía la vida en otro siniestro en Azkoitia. Dos tragedias dolorosas que vuelven a poner sobre la mesa la necesaria concienciación global ante un número de muertes que, aunque ha descendido en los últimos años, sigue golpeando con virulencia. Con motivo de la jornada mundial en recuerdo de las víctimas de tráfico, Stop Accidentes de Aragón ha subrayado el dolor permanente que genera cada siniestro y la secuela que arrastra en el ámbito familiar.

En efecto, lejos de ser una mera estadística, como reflexiona el delegado de la organización en la Comunidad, Miguel Ángel Bernal, es preciso detenerse en las terribles consecuencias de cada uno de los accidentes por lo que parece plausible la creación de una secretaría de Estado que aglutine a las víctimas del conjunto de hechos violentos. Al mismo tiempo, es necesaria una modificación legislativa para borrar la palabra imprudente a la hora de calificar los homicidios de tráfico cuando, en efecto, se trata de una violencia vial, con todo lo que ello engloba.

Junto con estos aspectos, hay que exigir una mayor implicación de las administraciones a la hora de erradicar los puntos negros y una creciente concienciación vial que debe nacer en las propias aulas. El hecho de que el 85% de las personas hospitalizadas por accidentes de tráfico sufra secuelas permanentes invita a una reflexión añadida sobre la gravedad de una lacra cuya lucha para erradicarla nos concierne a todos.