Educación alternativa: “La mayoría de las familias que han venido al pueblo lo han hecho por el colegio”

En Aragón existen varias escuelas que aplican una pedagogía diferente. Algunas son privadas y otras públicas, pero tienen en común proyectos innovadores basados en la naturaleza y en un aprendizaje más libre.

Alumnos de la Escuela Bosque Abellota, en Ulle (Huesca).
Alumnos de la Escuela Bosque Abellota, en Ulle (Huesca).
Escuela Bosque Abellota

Los padres y madres del colegio de Caneto, un centro adscrito al sistema público de educación que ha sido cerrado recientemente por irregularidades administrativas, siguen luchando para que sus hijos puedan asistir a clase cerca de casa. Quieren continuar con el modelo educativo en contacto con la naturaleza que ellos eligieron al instalarse en este municipio de repoblación.

Se trata de un proyecto educativo innovador pero no es único en nuestro territorio. Aragón cuenta con diferentes alternativas educativas que se salen de la escuela tradicional a la que estamos más acostumbrados. Algunos de estos centros educativos son públicos y otros son iniciativas privadas, pero todos tienen en común la misma idea: la de proporcionar a los niños una educación personalizada, adaptada a sus ritmos y en la que el medio natural cobra un gran protagonismo, ya que este tipo de escuelas "contribuyen a fijar población en la España vaciada".

Este es el caso del colegio público de Olba, en Teruel. Desde el año pasado son independientes del CRA de Javalambre lo que les permite desarrollar su proyecto educativo con autonomía, en el que el huerto cobra un papel principal. “Somos un bosque escuela. Usamos nuestro entorno como aula y utilizamos el huerto de manera pedagógica. Trasladamos allí los contenidos curriculares que trabajamos por proyectos y los libros de texto los usamos solo como apoyo”, explica François Wirthensohn, director del colegio. 

De visita a la vaca Nelly y su ternero, una de las clases del colegio de Olba la pasada semana.
De visita a la vaca Nelly y su ternero, una de las clases del colegio de Olba.
H. A.

“Además, los niños tienen su propia empresa donde venden los productos del huerto y otras recetas elaboradas por ellos mismos”, añade. En Olba viven 150 personas y en su colegio hay ahora 44 niños. “Ninguno de los alumnos es hijo de familias autóctonas de la localidad. Todos son hijos de familias que han venido de fuera y la mayoría de ellos lo han hecho buscando el proyecto que tenemos en esta escuela” afirma Wirthensohn. 

"Tenemos familias que han venido desde Mallorca y Galicia para traer a los niños a esta escuela".

“Tenemos familias que han venido desde Mallorca, de Galicia, de Valencia y de Cataluña. Me llaman bastantes personas que quieren venir a vivir aquí porque quieren traer a los niños a esta escuela”, señala. “Yo les advierto lo primero que en esta zona no hay trabajo y que es difícil acceder a una vivienda de alquiler, porque no hay”, lamenta el director. 

“Son cosas que deben de tener en cuenta quienes deciden venir, ya que tienen que poder teletrabajar o tener un horario o jornada laboral flexible. Por ejemplo, hay una mamá que se desplaza varios días a la semana a Teruel y el resto trabaja desde casa, otra hace turnos intensivos durante unos días y después libra otros tantos que se queda en Olba”, enumera Wirthersohn. 

Un colegio con un proyecto innovador es un atractivo para que vengan familias a instalarse al medio rural.

El director tiene también una opinión sobre el cierre del colegio de Caneto: “Creo que podían haber encontrado otra salida como por ejemplo, poner barracones. Cualquier cosa para que los niños no se tengan que desplazar", dice. "Trasladar a 21 niños en dos viajes de una hora cada día va a hacer que haya familias que se vayan del pueblo. Eso es incompatible”, asegura Wirhersohn. E insiste en la idea de que un colegio con un proyecto innovador es un atractivo para que vengan familias a instalarse en el medio rural.

"Trasladar a 21 niños en dos viajes de una hora diarios va a hacer que haya familias que se vayan del pueblo".
El Gobierno de Aragón ordenó el cierre de la escuela de Caneto, por no tener autorización, y el traslado de los 21 escolares al colegio de Tierrantona, a 50 minutos por carreteras en mal estado

En un limbo legal, por el momento

Otro proyecto educativo diferente es el de la Escuela Bosque Abellota, en Ulle (Huesca). Se trata de una iniciativa privada llevada a cabo por un grupo de familias que quisieron que sus hijos continuasen en Primaria con el mismo proyecto en contacto con la naturaleza que habían tenido durante su etapa de Educación Infantil. 

“Llevamos tres años con esta escuela y estamos intentando homologarla para poder formar parte del sistema educativo. Seguimos el currículo aragonés y estamos dedicando todos nuestros esfuerzos para homologarla lo antes posible”, asegura Jara Campos, maestra de este centro al que asisten 16 niños de entre 6 y 10 años, que hoy por hoy no forma parte del sistema aragonés de educación.

Alumnos de la Escuela Bosque Abellota, en Ulle (Huesca), en una clase al aire libre.
Alumnos de la Escuela Bosque Abellota, en Ulle (Huesca), en una clase al aire libre.
Escuela Bosque Abellota

Sin embargo, no es un camino fácil. “La ley no se interesa tanto por el proyecto educativo como por que el espacio cumpla la normativa y creemos que no todas las escuelas necesitan los mismos espacios. Nosotros no tenemos un patio de recreo como tal sino que disponemos de todo un bosque”, explica Campos. “Una escuela bosque se sale de esas características porque la ley está pensada para colegios en un entorno urbano. Debería ser más flexible en este sentido”, lamenta. 

"Nosotros no tenemos un patio de recreo cono tal sino que disponemos de todo un bosque".

Ahora mismo, el lugar donde imparten las clases es “un refugio de piedra y madera, pero ya tenemos la cesión de uso de las antiguas escuelas para trasladar allí las clases en cuanto nos homologuen”, dice Campos. Sin embargo, “se está retrasando demasiado por lo que estamos pensando en hacerlo a través de la New England Association of Schools and Colleges (NEASC) y hacer de nuestro colegio un centro internacional”, confiesa la maestra. “Muchas escuelas como nosotros optan por este camino ante la dificultad de entrar a formar parte del sistema educativo español”, asevera.

Sobre Caneto, Campos lamenta que “con la energía que se pone en animar a la gente a que se instale en el medio rural, se cierre un colegio que estaba funcionando y que atraía población”. “He estado en esa escuela y es maravillosa. Habría que flexibilizar la ley porque no todos los colegios necesitan los mismos espacios y mirar más el proyecto educativo de cada centro”, insiste.

Escuelas Waldorf y Montessori

La capital aragonesa cuenta también con otras escuelas alternativas. Dos de ellas siguen la pedagogía Montessori: El colegio Montessori Zaragoza y Zaragoza SchoolHouse. Este último es una escuela autorizada como centro extranjero en España -no está dentro del sistema aragonés de educación- que acoge a 80 niños y niñas desde Infantil a Secundaria. “Las aulas están mezcladas por edades, y es en el taller, laboratorio y espacio exterior donde el estudiante aprende a través de lecciones y experimentación”, señala Teresa Benito, directora de este centro privado.

Por su parte, el colegio Montessori Zaragoza implementa esta metodología que "siempre ha sido una herramienta liberadora y un método pedagógico diferente, centrado en el desarrollo y la madurez social", dice Amparo García Dueñas, guía internacional Montessori. "El niño aprende cuando lo necesita de manera espontánea por lo que esta pedagogía no se parece a ninguna otra corriente que se haya dado en los años de investigación educativa", señala.

Otros colegios que apuestan igualmente por el entorno natural y por que el niño sea el protagonista de su propio aprendizaje son los dos centros de pedagogía Waldorf de la capital: O Farol y Waldorf Munay. Al primero de ellos, al filo de las dos décadas de historia, asisten casi un centenar de alumnos de Educación Infantil y Primaria que, además de las materias curriculares, dan clase de talla, euritmia -el arte de moverse de forma bella y armoniosa-, acuarela, botánica y ecología.

En estos centros el juego libre y el movimiento de los alumnos es fundamental en las primeras etapas. “En esta pedagogía es importante el contacto con la naturaleza y los animales. Al estar ubicados en el campo, hacemos salidas al entorno y los niños pueden subir a los árboles. Tenemos huerto, gallinas y cada día recogen los huevos”, explica María Navarro, maestra de Educación Infantil de la escuela Waldorf O Farol. “Facilitamos que los niños se conviertan en personas críticas, empáticas, sociales y libres al terminar su etapa escolar”, concluye.

Sendas escuelas Waldorf y el colegio Montessori Zaragoza forman parte del sistema de educación aragonés como "centros educativos que implementan metodologías Montesorri y Waldorf como proyecto educativo de centro", explican desde el departamento de Educación del Gobierno de Aragón. E insisten en que "los centros privados deben ser autorizados por la administración, de lo contrario están en un limbo no legal. No son centros reglados", señalan.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión